Típicamente, estos métodos se usan para el bautismo de infantes, basados en la idea que esto garantizaría su admisión al cielo en caso de que muriesen antes de alcanzar la edad de la razón. La práctica del bautismo infantil esta sustentada en un razonamiento erróneo.

El bautismo no garantiza la salvación. O dicho de manera más precisa, es una demostración abierta del compromiso interior que un cristiano ha hecho, admitiendo sus pecados y buscando no solo el perdón de Dios, sino también el don del Espíritu Santo. Entonces el bautismo es solo el comienzo del proceso de conversión.

Obviamente, los bebés no pueden tomar una decisión acerca de comprometer sus vidas con la obediencia y el servicio de Dios; ellos no entienden qué es el pecado o cómo pecan. Dios requiere de todos estos factores en una persona que busca el bautismo y nadie puede hacer esto por si solo. Pese a que suene bien la idea de bautizar a un bebé, los padres no pueden tomar decisiones sobre la conversión de sus hijos.

¿Cuál es el destino de los niños inocentes que mueren antes de llegar a la edad del razonamiento? Ampliemos la pregunta: ¿Cuál es el destino de cada persona que ha muerto sin entender la verdad de Dios? Pocas personas, incluidas las que estudian la Biblia con regularidad, entienden que Dios planea devolver a todas esas personas a la vida 1,000 años después de establecer el Reino de Dios en la Tierra (Apocalipsis 20: 5, 11-13).

¿Le gustaría aprender más acerca de  este fascinante tema? Lo invitamos a leer nuestros folletos: Usted puede entender la profecía bíblica, ¿Qué sucede después de la muerte? y El cielo y el infierno: ¿qué enseña realmente la Biblia? Si no tiene ejemplares a su disposición, Con mucho gusto se los enviaremos. O puede descargarlos desde la biblioteca de literatura de nuestro sitio web en www.iduai.org.