¿Qué fue abolido en Cristo, según en Efesios 2:14-15?

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¿Qué fue abolido en Cristo, según en Efesios 2:14-15?

A través de su muerte, Jesús puso fin a las reglas que regulaban quién podía acercarse a Dios basándose en su ascendencia.

Específicamente, la circuncisión ya no es la marca de quién es y quién no es de Dios. La circuncisión fue reemplazada por el bautismo y la recepción del Espíritu Santo bajo un Nuevo Pacto. Además, las muchas tradiciones creadas por humanos que intentan imponer la separación y categorización de las personas en grupos aceptables o inaceptables para Dios, no son parte del Nuevo Pacto. Para ejemplificar este segundo punto, el apóstol Pablo usó el ejemplo de un muro real que se construyó alrededor de los terrenos del templo de Jerusalén para mantener alejados a los no judíos.

El mensaje general de Efesios es que el pueblo escogido de Dios es ahora un Cuerpo de creyentes extraídos de todas las diversas procedencias posibles de la humanidad. Dios trae individuos a ese Cuerpo a través de la fe, y los marca con el sello de su Espíritu Santo, como vemos en Efesios 1:13-14. Ese cuerpo de creyentes se conoce como la Iglesia (ekklesia, o "llamados a salir") de Dios.

Este fue un gran cambio respecto al antiguo método de Dios para regular sus interacciones con la humanidad. Pablo habla de este nuevo enfoque como una nueva administración, de la cual él era ministro (Efesios 3:2-7). Este nuevo enfoque se denomina más comúnmente el Nuevo Pacto.

¿Cuál era la forma antigua?

Anteriormente, Dios había trabajado con una nación que estaba presente en la escena mundial. Esa nación, llamada Israel, fue elegida de entre todas las naciones para ser separada y distinta. Su distinción provino de recibir de Dios el código escrito que explica sus estándares de comportamiento, y de vivir de acuerdo con los estándares de ese código. Las personas se convertían en parte de esa nación a través de la familia en la que nacieron y fueron marcadas por la circuncisión.

De hecho, el pueblo de esa nación de Israel solo podía acercarse a Dios a través de un grupo de intermediarios o sacerdotes. Estos sacerdotes mantuvieron escrupulosas normas de pureza personal y social para poder llevar sacrificios de expiación ante Dios. Algunas de esas regulaciones vinieron de Dios, como se registra en los libros de Levítico, Números y Deuteronomio. Pero también algunas de esas regulaciones fueron agregadas más tarde por las autoridades judías.

Con la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, se dio término formal a la antigua forma de manejar las interacciones de Dios con la humanidad a través de la nación de Israel. El nuevo camino sería a través de la Iglesia de Dios, una nación espiritual extraída de toda la humanidad (1 Pedro 2:9-10). Entonces, la idea de una nación perteneciente a Dios sigue presente, pero ha sido reinterpretada y adaptada a una situación que Jesucristo cambió para siempre.

Un reglamento dado por Dios que separaba a las personas

Bajo la antigua forma de hacer las cosas, Dios ordenó que los varones de todas las familias de la nación elegida, llevaran la marca de la circuncisión como señal para separarlos de las demás naciones. Dios quería que Israel se mantuviera separado de las otras naciones para evitar que se mezclara la adoración verdadera con la falsa, o contaminar los buenos principios del comportamiento piadoso con principios falsos y dañinos.

La separación y la distinción siguen siendo la meta de Dios, pero ahora se manejan de manera muy diferente. Ahora, el grupo de personas que permanecen separadas, que adoran en espíritu y en verdad y usan sus mandamientos para guiar sus vidas, es la Iglesia de Dios.

Con la vida, muerte y resurrección de Jesucristo se reemplazó la antigua forma de marcar al pueblo especial de Dios. El nuevo método sería mediante el bautismo en la muerte de Jesucristo y la recepción del Espíritu Santo de Dios, que el bautismo hace posible (Colosenses 2:11-12; Hechos 2:38). La obra activa del Espíritu Santo en el pueblo de Dios, los distingue del mundo que los rodea. Así que la idea de una marca de separación sigue presente, pero ha sido reinterpretada y adaptada a una situación que Jesucristo cambió para siempre.

En Efesios 2:11-13, Pablo define la circuncisión como una regulación que marcaba y categorizaba a las personas según su ascendencia. Mientras tanto, en el versículo 13, él mismo enseña que ha habido un cambio debido a Jesucristo. Ahora a través de Cristo todos los pueblos pueden acercarse a Dios.

Una regulación ideada por humanos que separaba a las personas

Pablo continúa en Efesios 2:14 y los siguientes versículos, mencionando un “muro divisorio” de separación y hostilidad que ha sido destruido. Esto es más que una alegoría, y se refiere a un muro real construido por humanos, que tenía como objetivo separar a las personas y regular su interacción con Dios.

Como se mencionó anteriormente, el pueblo judío había instituido algunas de sus propias regulaciones para controlar la pureza personal y social. Los líderes judíos tomaron el lugar de autoridad de Moisés y ostentaron una autoridad legítima para imponer tales regulaciones a la nación judía. Sin embargo, eso no significó que a Dios le agradaran sus añadiduras o que estuviera obligado a mantener vigentes tales regulaciones una vez que su autoridad fuera finalizada junto con el Antiguo Pacto. Como nota, recordemos que durante su ministerio, Jesucristo fue muy crítico con muchas de estas regulaciones.

Una de esas normas añadidas humanamente, fue la de construir un muro alrededor de los patios del templo para separar a los visitantes gentiles de los judíos. Los judíos pensaban que necesitaban una barrera física porque, durante la época de Jesús, Jerusalén estaba ocupada por fuerzas romanas y había muchas personas no judías viviendo en el territorio de Israel.

Ese muro tenía inscripciones adheridas en intervalos regulares, advirtiendo a los no judíos que no siguieran adelante bajo pena de muerte. Los arqueólogos han encontrado dos ejemplos de estas inscripciones (escritas en griego) y actualmente se exhiben en museos de Estambul y Jerusalén. ¡Era un muro de hostilidad!

¿Por qué un muro construido en la lejana Jerusalén podría tener alguna relevancia o significado para la gente de Éfeso, que leyó por primera vez esta carta de Pablo?

¿Sabía que Pablo le escribía a Éfeso desde la prisión?

En Efesios 3:1 y Efesios 3:13, Pablo se refiere a sí mismo como el prisionero de Cristo Jesús, que sufre por ellos. Eso es porque estaba escribiendo desde la cárcel.

Según Hechos 21:27-36, el arresto de Pablo se produjo porque supuestamente llevó a un no judío más allá del muro de los patios exteriores, hacia los patios interiores del templo de Jerusalén. La acusación era falsa y no se pudieron presentar testigos del hecho, pero Pablo tuvo que permanecer en prisión mientras esperaba su día en la corte. Entonces ese muro habría estado en la mente de todos.

Se realizan algunos cambios en las leyes y regulaciones

La circuncisión fue un mandato dado por Dios. El muro era un reglamento ideado por humanos. Debido a la muerte de Jesucristo, la circuncisión física ya no es necesaria, pero la circuncisión del corazón ahora lo es para todas las personas: "Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.” (Romanos 2:28-29). El antiguo mandamiento ahora se ha actualizado en Cristo. Las regulaciones diseñadas por humanos que crean separación (como el muro divisorio), ahora se invalidan.

Bajo la administración del Nuevo Pacto, el acceso y el acercamiento de la humanidad a Dios es a través de Jesucristo. Jesucristo resucitado es la cabeza viva de la asamblea del pueblo de Dios. A través de él, los miembros de ese cuerpo lo conforman todas personas que vienen a él por fe, no por su ascendencia. Jesucristo es el Sumo Sacerdote que ofrece sacrificios para expiar nuestras violaciones a los mandamientos de Dios. A través de él, todos podemos acercarnos a Dios. Este entendimiento es fundamental para el nuevo pacto.

Por favor, no se deje engañar

Si ha sido confundido para pensar que Efesios 2:14-15 significa que los Diez Mandamientos de Dios no son su ordenanza de cómo se debe vivir y los criterios de cómo se le evalúa, le instamos a que lo reconsidere. Pensar y enseñar de dicha forma, es contrario a la clara enseñanza del mismo Jesucristo (Mateo 5:17-20).

Si desea obtener más información sobre cómo deben entenderse los mandamientos, los estatutos y los juicios de Dios dentro de la administración del nuevo pacto, le recomendamos leer nuestra guía de estudio gratuita El nuevo pacto: ¿Anula la ley de Dios? Ore y medite en las escrituras señaladas en la guía de estudio, y pídale a Dios que le dé sabiduría para comprender la verdad escrita en su Palabra.

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