Gog, Magog y el príncipe de Ros, Mesec y Tubal

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Gog, Magog y el príncipe de Ros, Mesec y Tubal

Además de las profecías más generales que hemos visto en este capítulo sobre las potencias al norte y al este de Tierra Santa que avanzan contra un resurgimiento final del Imperio romano en Daniel 11:44 y Apocalipsis 9:13-19 y 16:12-16, evidentemente hay una mención específica de Rusia y de otras naciones euroasiáticas en una profecía registrada en Ezequiel 38 y 39. Aquí leemos sobre una invasión masiva a la tierra de Israel en el tiempo del fin por parte de una coalición de fuerzas que salen del lejano norte bajo la dirección de “Gog, de la tierra de Magog”, al que distingue aún más claramente como “el príncipe de Ros, Mesec y Tubal” (Ezequiel 38:2-3, La Nueva Biblia de las Américas). Algunos creen que esta invasión precederá el regreso de Jesucristo y esperan que ocurra en cualquier momento. Pero la terminología de la profecía afirma claramente que lo que describe ocurrirá poco tiempo después de la llegada de Cristo, aunque la coalición aquí puede reunirse antes de su arribo y bien podría estar representada por las potencias orientales mencionadas anteriormente.

Analicemos más a fondo quiénes son los grupos específicos de personas que se describen aquí. Este “Gog de Magog y príncipe de Ros, Mesec y Tubal” está aliado con Persia, Cus y Put (estos dos últimos generalmente son identificados como Etiopía y Libia), y también con las naciones de Gomer y Togarma. Estos diversos pueblos se registran en la tabla de naciones de Génesis 10, que muestra a las familias que descienden de Noé. De su hijo Jafet surgieron varios pueblos, como Gomer, Magog, Tubal y Mesec. Y de Cam, otro de los hijos de Noé, surgieron los pueblos de Cus y Put, que parecen haber dado origen a los pueblos africanos, aunque su historia no termina ahí.

Magog significa “el país de Gog”, lo que tal vez indica que [Gog] era un alto gobernante. Los asirios llamaban Mat Gugi a este pueblo. A través de antiguos escritores y estudios geográficos podemos rastrear los movimientos de este pueblo sobre las estepas del sur de Rusia hasta la tierra de China. De ellos surgieron algunos de los pueblos turcos de Asia Central, además de los mongoles y sus descendientes, los mogoles, y otros en la zona de China. Muchos de los turcos orientales también parecen descender de Togarma, mencionado anteriormente, que ya vivía en el este de Asia Menor y en Armenia en los tiempos bíblicos del Antiguo Testamento. Los Mushki y los Tabali (Mesec y Tubal), mencionados en los monumentos asirios, se encontraban junto a ellos en esa época. Con el tiempo, estos pueblos se abrieron paso al norte de las montañas del Cáucaso, en la zona de Rusia. The Scofield Reference Bible (Biblia de referencia Scofield) señala que “la referencia a Mesec y Tubal (Moscú [la capital rusa] y Tobolsk [pueblo de Siberia occidental], respectivamente) es una marca muy clara de identificación”.

¿Y qué hay del nombre Ros? Algunos creen que esta palabra es el término hebreo equivalente a “cabeza” y la traducen como “príncipe soberano” en lugar de “príncipe de Ros”. Sin embargo, muchos creen que Ros es el nombre de una nación, especialmente porque el reino de Mitani, junto a los antiguos Mushki y los Tabali, llegó a ser conocido como la tierra de los rashu, palabra que significa “rubio”. Una vez más, los historiadores antiguos nos ayudan a rastrear al pueblo de los rashu hasta el sur de Rusia. Los estudiosos occidentales suelen creer que el nombre de Rusia procede de los varegos Rus (vikingos suecos), pero los historiadores soviéticos sostienen que los Rus eran eslavos de las estepas del sur. Es posible que haya habido una combinación de factores. En cualquier caso, es razonable concluir que Ros, Mesec y Tubal, tal y como se mencionan en Ezequiel, aluden a la Rusia occidental, central y oriental que se extiende hasta la Siberia occidental, siendo la Siberia oriental la que alberga a muchos de los pueblos turcos de Togarma.

El Gomer que se menciona en la alianza de los tiempos del fin evidentemente es un pueblo del sudeste asiático, el Imperio Khmer (o Jemer) centrado en Angkor, Camboya, que duró cientos de años en la época medieval. Este nombre se preserva en el pueblo Khmer de Camboya y otras numerosas distinciones regionales.

Persia es el actual Irán y ciertas zonas a las que emigraron algunos de los antiguos persas. Hasta ahora hemos cubierto gran parte de Asia, excepto el subcontinente indio del sur de Asia; pero es evidente que también se menciona a los pueblos de esa zona. Cus y Put podrían parecer los hombres raros en la designación de los pueblos de África, pero esto adquiere sentido cuando nos damos cuenta de que la gente de la antigua Cus emigró de la antigua Babilonia en dos direcciones: algunos fueron a África, como los etíopes, y otros viajaron a la India, dando su nombre a la cadena de montañas del Hindu Kush [ubicada en Afganistán y Pakistán] y otros lugares. Lo mismo parece haber ocurrido con Put, del cual no solo provienen los libios en el oeste, sino que además dejó su nombre a los rajputs o
rashputs (que significa “gobernantes de Put”) en la India. Por lo tanto, Cus y Put en esta profecía podrían no referirse en absoluto a las ramas africanas de estas familias, sino exclusivamente a las ramas asiáticas de la India y Pakistán, completando así la amplia coalición euroasiática.

En cuanto al momento de esta invasión del tiempo del fin encabezada por China y Rusia, hay que tener en cuenta que ambas consideran a Israel, con sus exiliados retornados, como una tierra en paz y sin murallas, rejas o puertas, es decir, un blanco fácil de saquear para un invasor. Esto definitivamente no describe al Israel actual, que tiene un muro físico e instalaciones de defensa que lo protegen y además está armado hasta los dientes. El tiempo que mejor se ajusta a lo descrito en Ezequiel 38 y 39 es el periodo después de que los israelitas hayan sido reunidos de nuevo en su tierra al comienzo del reino milenario de Cristo, cuando no necesitarán armamento físico ya que estarán bajo la protección directa de Cristo y de sus santos y ángeles.

¿Cómo se producirá esto? Sabemos por Apocalipsis 16 y 19 que cuando Cristo regrese, los ejércitos orientales descenderán a Tierra Santa para enfrentarse a los ejércitos de la bestia europea, pero que ambos serán destruidos simultáneamente cuando intenten luchar contra Cristo en su venida. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el ejército euroasiático será increíblemente numeroso y probablemente todavía estará esparcido por gran parte de Eurasia, y que solo la vanguardia de este ejército habrá ingresado a Tierra Santa cuando Jesús destruya a los que van a luchar allí contra él.

Aparentemente estas fuerzas se reagruparán e intentarán evaluar lo sucedido, sin comprender o creer aún que el Mesías divino ha asumido el gobierno del planeta. Al cabo de un tiempo, al ver a los exiliados retornados aparentemente débiles y desprotegidos, las potencias euroasiáticas se lanzarán a la conquista de Tierra Santa. Pero la invasión no termina bien para estos pueblos de Magog, Ros, Mesec, Tubal y sus aliados. Los pueblos enterrarán sus restos y quemarán sus pertrechos militares durante un período muy prolongado.

Podemos ver aquí que evidentemente la conquista del mundo por parte de las fuerzas divinas se llevará a cabo en etapas. Jesús no se apoderará del mundo de una sola vez, sino que comenzará con Israel y luego se expandirá a las naciones circundantes y finalmente a todo el planeta, pero este proceso  tomará algún tiempo. Habrá esta última batalla, y luego paz durante el resto del Milenio.

En la Biblia no hay indicación de ninguna resistencia militar significativa durante el Milenio después de eso. Las Escrituras sí hablan de reprender a los pueblos lejanos y de imponer disciplina mediante la retención de la lluvia en algunos casos, por lo que puede haber problemas ocasionales aquí y allá en los primeros años del Milenio. Pero pronto todo el mundo estará en paz, sin que nadie cause daño o destrucción en todo el Reino de Dios, y la Tierra estará entonces tan llena del conocimiento de Dios como las aguas cubren el mar (Isaías 11:9-10).

Sin embargo, cabe señalar que habrá una última batalla contra Dios al final del Milenio, cuando Satanás sea liberado de su prisión para volver a engañar a las naciones, como se describe en Apocalipsis 20:7-10. Aquellos que lo siguen para atacar al pueblo de Dios son denominados “Gog y Magog”. Algunos creen que la invasión de Ezequiel 38 y 39 es la misma que la de Apocalipsis 20, pero hay varios indicios de que se trata de conflictos diferentes. Obsérvese, por ejemplo, que en Apocalipsis 20 se dice que las naciones proceden de “los cuatro ángulos de la tierra”, es decir, de todo el mundo y no de la región geográfica específica de Eurasia señalada en Ezequiel. Al parecer,  debemos entender la invasión de Gog y Magog cerca del comienzo del Milenio como un tipo y precursor de la última invasión rebelde por parte de personas de todas las etnias al final del Milenio. En ambos casos, los enemigos de Dios son derrotados y su pueblo liberado.

Y aunque la invasión descrita en Ezequiel 38 y 39 no es inminente como algunos proclaman, ya que tendrá lugar después del regreso de Cristo, no significa que debemos ignorar las señales de esta alianza en gestación. Como ya se ha señalado, es muy posible que se forme antes del regreso de Cristo para oponerse al poder de la bestia que surgirá en Europa. De hecho, podríamos estar viendo los inicios de esta coalición incluso hoy en día con el fortalecimiento de los lazos entre Rusia, China, India, Irán y otras potencias asiáticas.

La lista de miembros de la Organización de Cooperación de Shangái, liderada por China, es prácticamente la misma lista de naciones descrita en la profecía de Ezequiel. Hay que estar muy atentos a estos acontecimientos.