Pentecostés
¿Era importante para Pablo guardar Pentecostés?
“Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Éfeso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén” (Hechos 20:16).
“Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés” (1 Corintios 16:8).
Las Escrituras registran que, por lo menos en estas dos ocasiones, Pablo hizo todos los arreglos necesarios en su itinerario para poder pasar la Fiesta de Pentecostés donde él quería. La única razón que Pablo tenía para “estar en Éfeso hasta Pentecostés”, era que allí quería celebrar la fiesta con los cristianos gentiles. La instrucción de Pablo a los cristianos gentiles en Corinto era que guardaran la Fiesta de Panes sin Levadura; aquí otra vez encontramos una indicación obvia de que los primeros cristianos, judíos y gentiles por igual, guardaban las fiestas anuales de Dios.
¿Qué sucesos bíblicos están asociados con la Fiesta de Pentecostés?
“El Eterno nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb… Cara a cara habló el Eterno con vosotros en el monte de en medio del fuego” (Deuteronomio 5:2, 4).
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse” (Hechos 2:1-4; NVI).
Otro aspecto importante es el hecho de que Pentecostés también es el aniversario del comienzo del cristianismo bajo el nuevo pacto. Fue en Pentecostés cuando Dios ofreció su Espíritu a todos aquellos que se arrepintieran—comenzando de esta forma la iglesia, que él había comisionado a Cristo para que la edificara (Mateo 16:18). Pentecostés es muy importante para los cristianos porque en ese día Dios estableció la iglesia del Nuevo Testamento.
Pentecostés también representa que Dios está utilizando a su iglesia para hacer su obraen medio de este mundo, en el que Satanás domina espiritualmente sobre la humanidad.
¿Qué les dijo Jesús a sus discípulos después de su resurrección?
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
La primera parte de esta profecía fue cumplida cuando, en la Fiesta de Pentecostés, los discípulos de Cristo recibieron el Espíritu Santo y comenzaron su labor de proclamación de su evangelio al mundo (Hechos 2:1, 4-18). Sus vidas comenzaron a cambiar de una forma milagrosa. Esta transformación espiritual, hecha posible por el poder del Espíritu Santo, es el tercer paso en el plan de Dios para la salvación de la humanidad.
El don del Espíritu de Dios comenzó el cumplimiento de las profecías de Jeremías 31:31-33 y Ezequiel 36:26-27. Él prometió hacer un nuevo pacto con la comunidad de fieles creyentes. Por medio del Espíritu Santo, Dios prometió escribir sus leyes en sus corazones y mentes; ya no lo haría solamente en tablas de piedra, como lo hizo en la época de Moisés. Fue en la Fiesta de Pentecostés de Hechos 2 cuando la Iglesia de Dios fue fundada y comenzó a predicar el evangelio de Cristo al mundo.
¿Se refiere la Biblia a la Fiesta de Pentecostés con otros nombres?
“También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo…” (Éxodo 34:22).
“Durante la fiesta de las Semanas, presentarás al Señor una ofrenda de grano nuevo en el día de las primicias, y celebrarás también una fiesta solemne. Ese día nadie realizará ningún tipo de trabajo” (Números 28:26; NVI).
La palabra griega pentekoste,que significa “50”, se convirtió en el nombre del Nuevo Testamento para la “Fiesta de las Semanas” del Antiguo Testamento, porque ocurre 50 días (siete semanas más un día) después del primer sábado semanal que ocurre durante la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura (Levítico 23:10-16).
Pentecostés también se conocía como la “fiesta de la siega, los primeros frutosde tus labores” (Éxodo 23:16). Este nombre anticipaba el establecimiento de la iglesia del Nuevo Testamento. Los cristianos son aquellos que “tenemos las primicias del Espíritu”y aquellos que “fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”(Romanos 8:23; Apocalipsis 14:4). Santiago escribió: “Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”(Santiago 1:18).
Las fiestas que siguen después de Pentecostés señalan el momento en que el plan de Dios ofrece la oportunidad de arrepentimiento para el resto de la humanidad.Los aspectos del plan de Dios representados por las tres fiestas de la primavera—Pascua, Panes sin Levadura y Pentecostés—ya han ocurrido. Pero las implicaciones proféticas de las cuatro últimas fiestas, que se celebran anualmente en el otoño, todavía están por cumplirse. Están relacionadas con acontecimientos proféticos que todavíano se han cumplido.
Veamos ahora cómo las últimas fiestas representan aspectos del gran plan de Dios para ofrecer salvación a muchas más personas.