¿Cuál es el modelo familiar de Dios?
Cuando Ronald Reagan, cuadragésimo presidente de los Estados Unidos, dejó su puesto, destacó cuál es la fuente de los grandes cambios nacionales: “Permítanme ofrecer la primera lección acerca de los Estados Unidos: todo gran cambio comienza en la mesa, a la hora de la cena” (Discurso de despedida a la nación, 11 de enero de 1989).
Por otro lado, el papa Juan Pablo II entregó una lección similar en Perth, Australia, acerca de la importancia de la familia: “Según el estado de la familia, es el estado de una nación, y también el estado de todo el mundo en el que vivimos” (Homilía, 30 de noviembre de 1986).
¿Ha cambiado el modelo de la familia en el mundo actual? El Centro de Investigación Pew informa: “La familia tradicional clásica, aquella que fue grabada en la imaginación de los estadounidenses gracias a series televisivas como Déjaselo a Beaver, ha pasado al olvido. En 1960, 37% de los hogares se componían de un matrimonio que criaba a sus propios hijos. Más de medio siglo después, solo 16% de los hogares son así” (Jens Krogstad, “5 Facts About the Modern American Family” [Cinco hechos acerca de la familia estadounidense moderna], PewResearch.org,30 de abril de 2014).
¿Y qué se puede decir de las familias actuales? ¿Cuántas familias conoce usted que exhiben características cristianas como las que presentan las Escrituras? El apóstol Pablo aconsejó: “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor” (Colosenses 3:18-20).
Entonces, ¿cuál es el mejor modelo familiar? ¿Cuál es el propósito fundamental de la familia humana? Analicemos el modelo familiar desde varias perspectivas: familias de tiempos antiguos, del presente, y el modelo que nos entrega la Biblia.
Cómo discernir las buenas cualidades familiares en medio de valores cambiantes
Deténgase a pensar por un momento en las familias que usted conoce. ¿Cuáles son algunas de las características más notables que ha observado en ellas? ¿Cuántas familias parecen tenerlo todo en orden?
¿Logra acordarse de qué fue lo que le hizo sentir que una familia en particular era estable y exitosa? ¿Fue acaso la atmósfera de paz en la que interactuaban sus integrantes? ¿O tal vez el hecho de que se reían mucho juntos o decían “por favor” y “gracias” frecuentemente? Al despedirse, ¿deseó tener lo que ellos tenían, pero sintió que no podía describir o imitar su ejemplo?
Mucha gente admira las representaciones de grupos familiares que entregan los medios de comunicación, ya sea en dramas, series televisivas e incluso noticieros, pero lo que se considera típico o ideal ciertamente ha cambiado. Los medios de comunicación reflejan los cambios sociales, pero son también su fuerza motriz. ¿Debiera ser este nuestro patrón de una familia feliz, productiva y saludable?
¿O será que las caracterizaciones televisivas modernas de la familia modelo se imponen por sobre los valores y conceptos de una familia sólida que han superado la prueba del tiempo? Gente bien intencionada y sincera cita los medios de comunicación como si estos fueran el evangelio de la verdad en muchos temas. Sin embargo, el evangelio de la verdad es la Biblia, no los medios de comunicación. La industria del espectáculo está cada vez más involucrada en la política, siempre con la mira en el todopoderoso dólar. Sus proveedores no solo informan las noticias: las crean o recrean, y los medios noticiosos frecuentemente hacen lo mismo.
La industria de los medios de comunicación está motivada por el dinero, la amoralidad, la invención de códigos morales sobre la marcha y la credulidad de los espectadores bien intencionados, que pueden ser influenciados para aceptar lo que puede convertirse en una nueva normalidad.
Familia moderna vs. Papá lo sabe todo
Observemos el cambio cultural que ha ocurrido en comparación. Primero, consideremos un ejemplo del modelo familiar televisivo actual: Modern Family [Familia moderna]. Wikipedia en inglés lo describe de la siguiente manera:
“Familia moderna es una comedia familiar en formato de falso documental que sigue la vida de tres tipos diferentes de familia (tradicional, ensamblada, y del mismo sexo), quienes residen en la zona de Los Ángeles [EE. UU.]. Todos están interrelacionados por [el patriarca] Jay Pritchett . . . [quien] se ha vuelto a casar con una mujer mucho más joven que él, Gloria . . . con quien tiene un bebé . . . y Gloria tiene un hijo de su matrimonio anterior . . .
“La hija de Jay, Claire, solía ser ama de casa, pero ha vuelto al mundo de los negocios . . . Está casada con Phil Dunphy, corredor de propiedades y autonombrado ‘papá genial’. Tienen tres hijos... una adolescente estereotípica y despistada . . . una [hija] estudiosa e inteligente . . . y un hijo excéntrico. El hijo abogado de Jay, Mitchell, y su esposo Cameron Tucker, tienen una hija”.
La expresión “falso documental” en este caso es muy apropiada, ya que este tipo de producción utiliza un trasfondo ficticio para analizar y parodiar temas de actualidad. Sin embargo, es preocupante ver el poder que tienen los medios de comunicación para difundir y ayudar a establecer una nueva norma social. ¿Cómo se compara esta así llamada “nueva norma” con la norma familiar antigua?
Por supuesto, las familias han sufrido desde tiempos inmemoriales de una gran carencia de los altos valores morales que Dios estableció, y muchas han fracasado en proveer una instrucción divina fundamental, como la que Dios impartió al antiguo Israel (vea Deuteronomio 5:29; 6:6-7). Pero aun así, los valores bíblicos fueron una influencia importante en los Estados Unidos [y en el mundo occidental] hasta hace unas cuantas décadas.
Y cuando uno considera cómo ha cambiado el modelo familiar en tiempos recientes, el que presentan los medios de entretenimiento puede parecer bueno, al menos en líneas generales. Tome por ejemplo la antigua serie de televisión Father Knows Best [Papá lo sabe todo]. Elliot Katz, escritor e instructor sobre temas de paternidad, escribió lo siguiente hace un par de años en una columna del periódico estadounidense USA Today, justo antes del Día del Padre.
“La serie de televisión Papá lo sabe todo ha llegado a simbolizar los roles estereotípicos de los géneros en los años cincuenta. El padre, Jim Anderson, trabajaba como agente de seguros mientras que su esposa, Margaret, se quedaba en la casa. Sus tres hijos bien educados . . . amaban y respetaban a sus padres . . . En cada episodio, Jim llegaba a casa y tenía que lidiar con problemas . . . [y] estos eran resueltos al seguir los sabios consejos paternos.
“En los últimos diez años, a la hora de discutir el rol de los padres frecuentemente se ha citado Papá lo sabe todo como un reflejo de roles de género tan anticuado, que carece de cualquier información útil para un padre moderno. Cuando veo la serie hoy en día, encuentro lecciones importantes para los padres, lecciones que abordan quejas comunes que las esposas tienen de sus maridos. Estas quejas incluyen el no prestarle demasiada atención a lo que ocurre en el hogar y no ayudar suficiente con la crianza de los hijos — el tipo de tensiones que pueden conllevar a la separación”.
“Jim Anderson era un padre muy involucrado. En cada episodio mostraba estar al tanto de las situaciones que ocurrían en el hogar y que requerían ser tratadas, y eso era lo que él hacía. Y si bien puede ser poco realista representar a un padre como alguien que puede solucionar todos los problemas, la lección importante para los padres modernos es que Jim se manifestaba y participaba. No ignoraba lo que ocurría en el hogar ni esperaba que su esposa lidiara con todo” (“Father Knows Best, Even in 2016” [Papá lo sabe todo, incluso en 2016], 16 de junio de 2016).
Los críticos modernos por lo general son un poco sarcásticos y condescendientes en cuanto a los modelos antiguos de familia como este. Pero, como Katz observa, aún existen muchos valores que se pueden extraer de tal ejemplo.
Antiguo no significa necesariamente anticuado, y esto es especialmente cierto en referencia a algunos ejemplos bíblicos que han sido preservados y transmitidos desde tiempos antiguos.
El ejemplo de las Escrituras: Abraham y Sara
La Palabra de Dios, la Biblia, no nos da un ejemplo de la familia perfecta, ya que las personas tienen defectos y limitaciones. Incluso los grandes personajes de la fe lucharon con dificultades familiares provocadas por sus propios pecados y los problemas de la cultura en que vivían. Sin embargo, hay ejemplos de un modelo familiar divino en la Biblia que podemos seguir y de los cuales debemos aprender en muchos aspectos.
Examinemos brevemente el ejemplo del antiguo patriarca Abraham y su esposa Sara. Esta pareja demostró características de alto calibre que rara vez se ven hoy en día.
A pesar de sus debilidades humanas, Abraham y Sara fueron verdaderos ejemplos de fidelidad a Dios y él trabajó con ellos, reformándolos para convertirlos en un buen modelo familiar que ha resonado a través de cuatro milenios.
Y aunque Abraham tenía algunos defectos como esposo y padre, su obediencia, fe, hospitalidad y eficaz intercesión fueron ejemplares. Dios dijo de él: “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino del Eterno, haciendo justicia y juicio, para que haga venir el Eterno sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él” (Génesis 18:19). Y agregó, “por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes” (Génesis 26:5).
Él era humano y susceptible a las debilidades de la carne. Sin embargo, a pesar de ello demostró un carácter piadoso y se esforzó por poner a Dios primero en su vida, llegando a ser llamado “amigo de Dios” y “padre de todos los creyentes” (Santiago 2:23; Romanos 4:11).
Cuando Dios le dijo a Abraham que tendría hijos, Sara lo instó a apurar las cosas valiéndose de una madre sustituta, situación que más tarde suscitó sus celos y la llevó a comportarse duramente (Génesis 15-16). Luego, cuando Dios le dijo a Abraham que Sara le daría un hijo, ella inicialmente se echó a reír debido a la avanzada edad de ambos (Génesis 18:10-15).
Sin embargo, fue mediante la fe que Sara recibió la capacidad de tener hijos pasada su edad fértil (Hebreos 11:11-12). Se convirtió en un modelo de belleza interna gracias a su magnífico espíritu de gentileza y sumisión devota a su marido y su matrimonio (1 Pedro 3:1-7). Junto a Abraham criaron a Isaac, un hijo piadoso y obediente.
Tales cualidades de carácter y vida familiar trascienden el tiempo, lugar y cultura. Y lo que vemos en la vida familiar de Abraham y Sara es típico de las mejores familias que aparecen en la Biblia.
Y aun cuando hay otros buenos ejemplos familiares bíblicos, en las Escrituras hay un modelo familiar muy especial que está siendo desarrollado ahora ¡con el propósito de que en el futuro se convierta en la perfecta familia de Dios para siempre! ¿Es usted parte del modelo familiar divino que actualmente está siendo adaptado para que se parezca más al diseño de Dios?
La familia humana, un tipo de familia espiritual de Dios
Dios el Padre y su Hijo Jesucristo están creando ahora mismo su familia modelo por medio de los seres humanos que desean honrarlos. Este modelo comenzó con ellos; como Hijo de Dios y como hombre, Jesús amó y honró a su Padre con todo su corazón, mente y alma. Esta es la clave de la familia cristiana que pone a Dios primero en todo y cada ser humano debe llegar a comprender este hecho: Dios, a través de su sabiduría y amor, instituyó la unidad familiar y es el autor del modelo familiar perfecto. Creó al primer hombre y la primera mujer, los unió como una carne, y los exhortó a que fuesen fructíferos y se multiplicasen teniendo hijos (Génesis 1:27-28; 2:23-24).
Desde luego, no todas las parejas de casados pueden tener hijos, y Dios entiende esto. No obstante, hay muchas bendiciones y mucho que ganar y aprender en la relación matrimonial, la que simboliza una realidad espiritual mucho más sublime (vea “Un propósito más sublime para el matrimonio”).
Aun así, tener y criar hijos es una de las razones principales del matrimonio. En Malaquías 2:15 leemos: “No hizo él uno . . . ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios”.
Dios nos dice además que instruyamos a nuestros hijos en sus caminos (Deuteronomio 6:6-7; vea Proverbios 22:6) y que los hijos son una herencia que proviene de él (Salmos 127:3). De hecho, todos los hijos le pertenecen a Dios, y él los ha puesto bajo nuestro cuidado para que los criemos apropiadamente (Vea “Cómo cultivar familias a la manera de Dios: Aspectos que debemos emular” en la página 12).
El mejor modelo de familia en la Tierra se encuentra en la Iglesia de Dios del nuevo pacto: “. . . sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:15-16).
El apóstol Pablo mostró que Dios está edificando su creciente familia aquí en la Tierra: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2:19-22; vea también 3:14-15).
Dios, por medio de Jesucristo, ¡está renovando a quienes ha llamado en esta vida para que lleguen a formar parte de su familia santa por toda la eternidad! Él renueva nuestro pensamiento, forma de hablar y acciones para transformarlas en su forma de vida (Romanos 12:2).
Ninguna familia en la Tierra hoy en día es perfecta, y esto incluye a la familia espiritual de Dios, porque los seres humanos estamos llenos de imperfecciones. Dios trabaja con aquellos de nosotros que somos imperfectos y necesitamos mejorar, para perfeccionarnos y ayudarnos a madurar en su camino santo de vida. Esto nos lleva a la gran meta que Dios tiene para su futura familia.
La familia final de Dios en la Jerusalén celestial
Es posible vislumbrar el estado final de la familia de Dios en la visión que recibió el apóstol Juan de la Nueva Jerusalén, la ciudad santa que Dios el Padre traerá del cielo a la Tierra:
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:1-4).
Perfección al fin — ¡no más problemas!
Este es el modelo familiar perfecto que Dios Todopoderoso producirá por medio de Jesucristo. Y como el deseo de Dios es la salvación para todos (1 Timoteo 2:4), finalmente incluirá a muchos miles de millones de personas en su modelo divino de familia en la Nueva Jerusalén — como las estrellas en el cielo y la arena a la orilla del mar.
El modelo de familia de hoy fue instituido por Dios y representa el tipo de familia divina que él ha planificado para toda la humanidad, ¡una familia que durará por toda la eternidad! BN