En congestiones de tráfico, mire hacia adelante

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En congestiones de tráfico, mire hacia adelante

El otro día estaba conduciendo a casa de regreso del trabajo cuando me encontré con una congestión de tráfico muy pesada, lo que es bastante común en la carretera cerca de mi casa. Las velocidades comenzaron a disminuir. Las molestas pero acostumbradas luces rojas comenzaron a aparecer. El espacio entre los autos disminuyó cada vez más.

De repente, el vehículo tres o cuatro autos delante de mí frenó bruscamente. Frenéticamente, los conductores que íbamos detrás de él también pisamos los frenos, virando en diferentes direcciones para evitar una colisión. Felizmente no hubo accidente.

Gracias a Dios había estado pendiente de los autos enfrente de mí, de lo contrario alguien pudo haber terminar herido. Es probable que usted también haya tenido una experiencia similar mientras haya estado conduciendo en una carretera o en una avenida con mucho tráfico. ¡De verdad que fue muy bueno que hubiera estado mirando hacia adelante!

Mientras estamos en el camino de la vida, Jesús nos ha encargado que estemos atentos y preparados para ese momento.

Sin duda, mirar hacia adelante es algo bueno. No es de extrañar, entonces, que Dios nos diga en su Palabra que lo hagamos: "Donde no hay visión, el pueblo se extravía" (Proverbios 29:18, Nueva Versión Internacional [Castellana]).

Dios quiere que miremos hacia adelante, no solo en la carretera, sino también como una forma de enfocar la vida. Cuando estamos mirando hacia adelante, podemos evitar los problemas y peligros en los cuales eventualmente podríamos caer si desviamos nuestra atención. Esta fórmula nos da una mejor perspectiva en la vida y nos ayuda a planear grandes cambios.

Hay una aplicación interesante de este principio de la Biblia. Jesús enseñó esto durante su ministerio terrenal y, al igual que en la carretera, es fundamental para nuestra seguridad.

En la frecuentemente citada parábola de las 10 vírgenes, podemos echarle un vistazo a esta lección (Mateo 5:1-13). Diez jóvenes mujeres se dirigían a una boda, y mientras cinco de ellas iban preparadas con aceite extra para rellenar sus lámparas, las otras cinco no habían hecho ninguna reserva. Hoy en día, esto sería como salir de casa con la batería de nuestro teléfono celular cargado totalmente al 100 por ciento, en vez de un menor porcentaje. Fue hasta la noche cuando comenzó la boda. Las cinco doncellas que estaban bien preparadas pudieron encontrar el sitio de la boda e ingresar usando el combustible adicional. Pero las otros cinco no pudieron. En su irresponsabilidad, trataron de ir a comprar más o de encontrar un enchufe para recargar sus teléfonos. Sin embargo, cuando regresaron, ya era demasiado tarde. No pudieron participar de la boda.

Jesús terminó la parábola con este dicho: "Velad pues, porque no sabéis ni el día ni la hora en que el Hijo del Hombre vendrá" (versículo 13). Ninguna de las diez mujeres sabía el momento en que la boda sucedería, así como nadie en la Tierra sabe cuándo exactamente regresará Cristo. Sin embargo, cinco de las mujeres fueron sabias y trataron de mirar hacia adelante. De manera similar, los cristianos debemos mirar hacia adelante, hacia al regreso de Cristo.

En otro punto de su ministerio, Cristo fue probado por los fariseos, que le pidieron una "señal del cielo". Él les respondió diciendo: "Al atardecer, decís que hará buen tiempo porque el cielo está rojizo, y por la mañana, que habrá tempestad porque el cielo está nublado y amenazante. ¡Hipócritas! Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no así las señales de los tiempos" (Mateo 16:2-3).

Los seguidores de Dios deben estar conscientes y comprender las "señales de los tiempos". Tristemente, esos líderes religiosos no pudieron hacer eso. Pero, ¿qué significa eso? ¿Cuáles son las "señales de los tiempos"?

De toda la Biblia, la Palabra de Dios, aproximadamente un tercio es profecía. Muchas de esas profecías aún no se han cumplido. Esto significa que Dios nos ha dado una gran cantidad de información sobre el futuro y lo que sucederá. Esta es sin duda una gran manera de mirar hacia adelante. ¿Realmente estamos usando esa porción de la Palabra de Dios lo mejor que podemos? Es posible que podamos determinar qué clase de clima tendremos mañana, pero ¿entendemos dónde se encuentra el mundo en términos de la Biblia? El desarrollo de las tendencias que conducen al cumplimiento de la profecía bíblica son las "señales de los tiempos" a las que Jesús se estaba refiriendo.

Dios no quiere que nos olvidemos, desconozcamos o comprendamos mal las profecías descritas en su palabra (1 Tesalonicenses 5:20). Por lo tanto, interpretarlas y aplicarlas de manera apropiada son parte de nuestro deber cristiano de "observar" y estar preparados a medida que nos acercamos al final de esta era (Marcos 13:35-37).

Lo invito a dedicar tiempo al estudio, repasando estas partes especiales de la Palabra de Dios, y a no dejarse amedrentar con su lectura. No permita que el intenso tráfico de la vida lo desanime o lo distraiga de esta responsabilidad. Asegúrese de orar a Dios y pedir comprensión. Si no sabe por dónde empezar, nuestro folleto Usted puede entender la profecía bíblica es un buen punto de partida, y una búsqueda rápida de "profecía" en nuestro sitio arrojará una serie de resultados ricos y profundos.

Vivimos en tiempos especialmente inciertos, y pareciera que una calamidad o controversia siempre están a la vuelta de la esquina. Pero Dios nos ha dado la firmeza de su palabra para que nos ayude cuando el futuro se vea sombrío. Toda su palabra apunta hacia un brillante futuro lleno de alegría, misericordia y amor. Jesús regresará a la Tierra para establecer este Reino de paz y justicia para el beneficio de toda la humanidad.

Mientras estamos en el camino de la vida, Jesús nos ha encargado que estemos atentos y preparados para ese momento. Él ha dicho que volverá a una hora inesperada, como un ladrón entrando a una casa por la noche (Mateo 24:42-43). En esta congestionada carretera, debemos conducir con precaución y siempre mirar hacia adelante, pendientes de los autos en frente. Siempre esté listo para frenar.