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¿Cuál es tu condimento favorito? ¿Sabías que tenemos que sazonar algo más que solo nuestra comida?

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[Steve Myers] ¿Cuál es tu condimento favorito? Quizás sea la cebolla, el ajo, o la sal. A mí me encantan algunas especias Cajún. Estuvimos algún tiempo en Nueva Orleans, y ellos sí que saben cómo sazonar una comida. A veces, incluso el azúcar se considera un aliño. Ahora, ¿por qué importaría esto? La conexión es la siguiente: ¿Cómo son nuestras palabras? ¿Cómo sazonamos las cosas que decimos?

Cuando se prepara un platillo se tiene que poner la cantidad exacta de condimentos si realmente se va a hacer algo delicioso. Estos precisamente realzan el sabor de los demás ingredientes. Y este es un tema fundamental, porque Cristo mismo dijo que somos justificados por nuestras palabras, y de hecho también por ellas nos podemos condenar. Entonces, ¿cómo sazonas las cosas que dices?

Esto es algo de suma importancia porque el libro de Proverbios también nos dice que las palabras que expresamos pueden ser penetrantes, herir o proporcionar dolor. Pero, por otro lado, pueden brindar un bienestar. En Proverbios, en el capítulo 12, versículo 18 (Proverbios12:18). Así que de acuerdo a la forma en que las sazonamos, ¿Somos portadores de palabras hirientes o de las que entregan sanación? Esto es algo que no se puede cubrir en un solo programa.

En realidad, es algo que sería muy provechoso si hicieras un estudio más profundo sobre este tema. Mira lo que dice la Biblia acerca de la manera en cómo usamos las palabras o la forma en que nos comunicamos con otros. Es fundamental, incluso el apóstol Pablo lo dice plenamente en la Biblia, en el libro de Efesios. “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca” (Efesios 4:29). Wow, expresa un desafío. No permitamos que nada de eso salga de nosotros. Entonces, ¿podemos hacer esto nuestro objetivo?

Por cierto, hay una escritura que está en Colosenses 4:6 que expresa: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”. Ahí está el desafío. Cuando hablamos: ¿Podemos sazonar nuestras palabras con gracia, con amor, preocupación, bondad o misericordia? Porque, definitivamente esa es la forma en que queremos que Dios hable con nosotros, ¿no es así? Por lo tanto, ¿podemos nosotros sazonar también las cosas que decimos de la manera adecuada?

Pongamos en práctica en nuestras vidas la escritura de Colosenses 4:6 porque cuando sazonamos adecuadamente la forma en que hablamos, significa que las palabras que usamos tendrán el perfecto toque divino.

Esto es BT Daily. Nos vemos la próxima vez.