El orgullo puede arruinarnos. Podemos confiarnos demasiado, tener la sensación de que somos mejores que otros. Y ese, ciertamente, fue un problema en la iglesia de Corinto. En la Primera Carta a los Corintios, capítulo cinco, versículo seis, Pablo les habla de este mismo hecho, y les dice que no es buena su vanidad, su orgullo, el cómo se pensaban mejores que los demás. Y les dijo que tenían que controlar este pecado, que era un problema importante. Luego hizo una comparación interesante y compara el pecado con la levadura. Pablo usa la levadura aquí en este ejemplo para representar el pecado. Cuando pones levadura en la masa del pan ¿qué pasa? Esto es lo que Pablo simboliza con esta vanidad, este orgullo. Él dice: "¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?"

Como pueblo, como congregación, e incluso como individuos, solo un poquito de pecado, solo un poquito, ya sabes ¿has visto esos paquetitos de levadura? son pequeños, pero pones solo un poquito en esa masa y ¿qué pasa? Se expande y crece hasta abarcar todo el lote. Eso es lo que dice Pablo. Es mejor que lo tomemos en serio. Puede parecer insignificante, puede que no parezca gran cosa. Pero Pablo comienza este estudio señalando el hecho mismo de que cada uno de nosotros necesita mirar su propia vida y erradicar el pecado porque, como un poquito de levadura, si no lo dominamos, si no nos arrepentimos de eso, nos envolverá por completo al igual que lo hace con la masa de pan. Debemos recordarnos a nosotros mismos que no es algo intrascendente. Tómalo en serio. Reconoce el hecho de que el pecado se puede propagar, propagar dentro de nosotros mismos, dentro de nuestra familia, dentro de la congregación. Entonces, Pablo dice y nos recuerda: deshagámonos de esto, controlémoslo y no permitamos que el pecado se apodere de nosotros como levadura.

Ese es BT Daily. Hasta la próxima.