Colosenses 2:16
confirma que los gentiles cristianos celebran las fiestas bíblicas
El apóstol Pablo escribió: “Nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir . . .” (Colosenses 2:16-17). En muchas ocasiones este pasaje ha sido mal entendido. ¿Qué es lo que realmente dice?
Pablo estaba refutando una herejía local. Algunos falsos maestros estaban introduciendo una filosofía religiosa que era una mezcla de conceptos judíos y gentiles. Sus torcidas ideas se basaban en “tradiciones de los hombres” y “rudimentos del mundo”, no en la Palabra de Dios. El apóstol les advirtió a los colosenses que no se dejaran engañar por “filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (v. 8).
Estos falsos maestros estaban enseñando sus propias reglas y normas con respecto a lo que ellos consideraban que era la conducta apropiada (vv. 20-22). Esta advertencia de Pablo a la iglesia de Colosas es una fuerte indicación de que esos individuos eran los precursores de una gran herejía que se convirtió en el nosticismo (el término nosticismo se deriva de la palabra griega gnosis que significa “conocimiento”). Los nósticos consideraban tener un conocimiento secreto que podía enriquecer cualquier religión que uno practicara. Éstos se creían tan espirituales que despreciaban casi todo lo físico, considerándolo como inferior y hasta degradante.
Los falsos maestros en Colosas rechazaban lo físico —las cosas perecederas que podían tocar, gustar o manejar (vv. 21-22)— particularmente cuando tenía que ver con la adoración. Su filosofía incitaba al descuido de las necesidades físicas del cuerpo a fin de realzar la espiritualidad. Sin embargo, la realidad es que la religión que ellos mismos se habían impuesto no lograba eso; ni siquiera les ayudaba a vencer su propia naturaleza humana. Tal como Pablo escribió, esas cosas “no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne” (v. 23).
Los cristianos de Colosas obedecían a Dios. Guardaban el sábado y las fiestas bíblicas y se alegraban en ellas, siguiendo la instrucción bíblica (Deuteronomio 16:10-11, Deuteronomio 16:13-15; Nehemías 8:9-10).
Nótese que los falsos maestros no ponían en tela de juicio la validez de las fiestas bíblicas en sí, sino que criticaban a los miembros de la congregación en Colosas por la forma gozosa en que las celebraban. Es decir, los colosenses, igual que todos los que obedecen las instrucciones de Dios en este aspecto, procuraban comer y beber algo especial en tales días.
Leamos una vez más las palabras de Pablo: “Nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a [meros, en griego, que quiere decir ‘en parte’ o ‘con relación a cualquier porción de’] días de fiesta, luna nueva o días de reposo” (Colosenses 2:16). Es interesante notar que según el Comentario exegético y explicativo de la Biblia, de los autores Jamieson, Fausset y Brown, las palabras griegas traducidas como “comida” y “bebida” en este versículo significan “comer y beber” (vol. 2, p. 520). Lo que Pablo les estaba recomendando a los cristianos colosenses era que no hicieran caso de las críticas y ataques de estos herejes acerca de los aspectos agradables y gozosos del comer y del beber en las fiestas de Dios.
Los comentarios del apóstol Pablo en este pasaje no muestran ningún desacato por las fiestas que Dios estableció como santas; antes bien, confirman que más de 30 años después de la muerte y resurrección de Jesús los cristianos colosenses, quienes en su mayoría eran gentiles (v. 13), estaban guardando el reposo semanal del sábado y las fiestas santas de Dios.
Si no hubieran estado celebrando estas fiestas, los falsos maestros no hubieran tenido ninguna base para sus críticas relacionadas con el comer y el beber —el hecho de agasajarse o regalarse— en el sábado y en las fiestas de Dios.