Una influencia maligna pero invisible

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Una influencia maligna pero invisible

Hemos visto que se profetizó que el mundo sería un lugar extremadamente peligroso en el tiempo del fin. Las acciones humanas nos habrán llevado al borde de la extinción. Pero ¿por qué pensamos y actuamos de manera tan destructiva? ¿Será que existe alguna otra fuerza —una que pocos reconocen— que influye en la conducta humana?

¿Cuál es la principal fuente de la ceguera espiritual que impide que las personas puedan entender la verdad de Dios?

“Si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:3-4).

La razón por la cual tan pocos entienden y aceptan la verdad de Dios, es la influencia de Satanás el diablo. Este poderoso e invisible ser espiritual es el supremo mentiroso, el archiengañador. Es la fuente del engaño religioso que envuelve al mundo entero; ha cegado a la humanidad para que no entienda la verdad de Dios. De una u otra manera, todos hemos sido engañados por él.

La Iglesia de Dios Unida le ofrece estas lecciones, la revista Las Buenas Noticias y otras publicaciones que pueden ayudarle a entender lo que verdaderamente dice la Biblia.

¿Cuán grande es la influencia de Satanás?

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:9).

“Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19).

Estos versículos revelan que Satanás domina el mundo. Su influencia es tan poderosa que se le llama “el dios de este mundo” (2 Corintios 4:4, NVI). Apartados de Dios, los seres humanos están bajo su poder y su dominio (Hechos 26:18). Este no es el mundo de Dios; es el mundo de Satanás.


¿Desempeña Satanás un papel predominante en el pecado y sufrimiento humanos?

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).

Satanás ha ejercido una influencia muy efectiva en la gente desde los tiempos de nuestros primeros padres, Adán y Eva. Logró separarlos de Dios (Génesis 3), y desde entonces la humanidad ha elegido vivir apartada de su Creador.

¿Cuál es el resultado natural de esta ceguera espiritual y de la falta de conocimiento de Dios?

“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento . . .” (Oseas 4:6).

Estando apartado de Dios y cegado a la sabiduría divina, ¿puede el hombre tomar decisiones sabias?

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12; 16:25).

“Conozco, oh Eterno, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23).

Puesto que el hombre se ha alejado del conocimiento salvador de Dios y ha preferido seguir su propio camino, ¿cuáles son los resultados?

“He aquí que no se ha acortado la mano del Eterno para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua. No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad” (Isaías 59:1-4).

“No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz. Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad” (Isaías 59:8-9).

Desde su comienzo la humanidad ha adoptado voluntariamente los caminos de Satanás y ha cosechado lo frutos de esa decisión. Satanás es quien ha propiciado un sinnúmero de pecados e indescriptible sufrimiento.

Para poder comprender las razones de tanta angustia y pesadumbre en el mundo no tenemos que buscar más allá de Satanás, de nuestros propios actos y decisiones, y del resultado de nuestros pecados. Este mundo violento y sangriento —un planeta que se acerca al desastre— es el resultado de una humanidad que, colectivamente, ha rechazado la guía de Dios y ha seguido al “dios de este mundo”.


¿Estará Satanás especialmente activo justo antes del retorno de Jesucristo?

“. . . ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira . . .” (Apocalipsis 12:12).


¿Por qué estará Satanás especialmente furioso en ese tiempo?

“. . . El diablo [tiene] . . . gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (mismo versículo).

Al saber que su tiempo es corto, y que Jesucristo pronto tomará su lugar como gobernante de la tierra, Satanás de­sa­tará toda su furia en contra de los habitantes del mundo. Su ira causará aún más sufrimiento y dolor.


¿Estará airado Satanás contra algún grupo en particular?

“Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón . . . Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:13, 17).

Así como Satanás odiaba a Jesús tan intensamente que intentó varias veces eliminarlo (Lucas 22:2-6; Juan 13:27), también odia especialmente a los miembros de la iglesia que Jesús fundó. Es la fuerza que impulsa la persecución de aquellos que son fieles a Jesucristo y guardan los mandamientos de Dios.


¿Confirmó Jesús que sus seguidores padecerían persecución?

“Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre . . . Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre” (Lucas 21:12, 16-17).

Jesús profetizó que, a medida que los acontecimientos progresen hasta llegar al clímax antes de su regreso, algunos procurarán acabar con los que son fieles a Dios. Muchos sufrirán encarcelamiento o serán muertos. En una sociedad cada vez más hostil a Dios y sus leyes, serán odiados quienes crean en el camino de Dios y traten de vivir de acuerdo con él. El apóstol Pablo nos advierte que “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12).