El Cercano Oriente: Mundos en conflicto

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El Cercano Oriente

Mundos en conflicto

Necesitamos entender lo que está profetizado para el Cercano Oriente en un tiempo todavía futuro. Nos demos cuenta o no, lo entendamos o no, los acontecimientos en esa región van a afectar profundamente la vida de todos los moradores del planeta.

¿Por qué es que el Cercano Oriente ocupa constantemente los encabezados de las noticias? Una respuesta obvia es el petróleo, la sangre de la economía mundial. Sin petróleo para el funcionamiento de fábricas, la calefacción en las casas, el transporte, el suministro de energía y materia prima para miles de usos, las economías de muchos países se desplomarían. Tan sólo la vital importancia del petróleo nos asegura que el Cercano Oriente permanecerá en los encabezados por muchos años.

Pero hay otras cosas que lo mantienen en las noticias. Es la cuna de las tres religiones monoteístas más grandes del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Con frecuencia ha sido no sólo su cuna, sino también su campo de batalla, ya que sus seguidores pelean unos contra otros por el control del territorio que ellos consideran sagrado.

En ningún lugar son más claras estas dificultades que en el Estado de Israel, y particularmente en Jerusalén. Para quien nunca ha estado en Jerusalén, es muy difícil entender cómo tanta historia, religión y cultura puedan chocar y estar literalmente amontonadas. Esto es especialmente cierto en el monte del templo, sitio que por siglos ha sido un foco de muchas dificultades.

Primeramente le interesó al rey David, quien compró allí una era y edificó un altar, para luego construir allí mismo el templo (1 Crónicas 21-22). Se le llama el monte del templo porque es el sitio donde Salomón, hijo de David, construyó el templo (destruido por los babilonios en el año 586 a.C.) y la reconstrucción que llevó a cabo Zorobabel, que más adelante fue ampliada por Herodes el Grande (finalmente fue destruido por Tito, general romano, en el año 70 d.C.).

Jesús oró en ese lugar, enseñó, y también amonestó a los cambistas, escribas, fariseos y otros dirigentes religiosos. Después de su muerte y resurrección, el cristianismo nació a la sombra del templo. Sus seguidores continuaron adorando y enseñando allí por algunas décadas más, hasta que el ejército romano aplastó una rebelión judía y se llevó a la mayoría de los habitantes que no habían muerto en la lucha. Una rebelión posterior del pueblo judío, en los años 132-135, provocó que el gobierno romano decretara la pena de muerte para cualquier judío que volviera a Jerusalén.

Siglos después, en el año 638, los árabes musulmanes se apoderaron de la ciudad. En el 691 construyeron lo que se conoce como el Domo de la Roca en el mismo monte del templo, encerrando el lugar del que los musulmanes creen que Mahoma ascendió al cielo. En la actualidad, los musulmanes lo consideran el tercer sitio más sagrado del islamismo, después de La Meca, donde nació Mahoma, y Medina, donde se refugió y murió.

Pocos siglos después, los cruzados europeos se apoderaron de Jerusalén y masacraron tanto a musulmanes como a judíos y convirtieron el Domo de la Roca en un templo católico. Pero en menos de un siglo los musulmanes volvieron a controlarla. La ciudad cambió de manos tres veces más antes de que los musulmanes lograran el control total, el cual retuvieron de 1244 a 1917, cuando lo perdió el Imperio Otomano en la primera guerra mundial y la ciudad quedó bajo el régimen británico.

En 1948 se formó el nuevo Estado de Israel, y en la guerra de 1967 los israelíes tomaron control de toda la ciudad de Jerusalén, dejando el monte del templo bajo la autoridad musulmana.

Actualmente podemos ver a los musulmanes orando en el Domo de la Roca en la parte alta del monte, a los judíos orando frente al muro de los Lamentos, que se encuentra a muy poca distancia, y a los cristianos orando a lo largo de la Vía Dolorosa y en la iglesia del Santo Sepulcro, que se encuentran a pocos cientos de metros al norte y al poniente. Y en todo el derredor uno puede ver los resultados de los siglos de lucha por este lugar santo.

¿Quién escribirá el siguiente capítulo en la historia de esta conflictiva ciudad? Aunque no lo creamos, los últimos capítulos ya fueron escritos, profetizados hace siglos en las páginas de la Biblia. Estos capítulos encajan de manera ominosa con los encabezados de hoy. En las páginas siguientes presentamos una perspectiva del pasado y de los encabezados del mañana.