¿La Biblia contiene historias racistas?

Usted está aquí

¿La Biblia contiene historias racistas?

La Palabra de Dios nos dice que él no considera superior a ningún grupo racial o étnico (Hechos 10:34). Su evaluación de todos y cada uno de los seres humanos se basa en la disposición de éstos a escucharlo y actuar de acuerdo con lo que escuchan (Romanos 2:11-12).

Sin embargo, la Palabra de Dios ha sido acusada de racismo, especialmente en las últimas décadas. Y en los últimos cientos de años, personas con un enfoque erróneo han usado las Escrituras para respaldar sus propias teorías racistas e incluso sustentar la opresión institucional (por ejemplo, la esclavitud).

La idea de que algún grupo de personas es superior a otro debido a su ascendencia, etnia o composición genética, es una noción concebida por el ser humano. Los lectores de la Biblia cometen un gran error cuando proyectan su propia forma de pensar en los pensamientos de Dios. Él nos dice claramente que la forma en que pensamos no es la forma en que él piensa (Isaías 55:8-9).

Las bases de las acusaciones de racismo contra Dios y su Palabra, provienen de muchas direcciones diferentes, pero giran en torno a un tema común: el nombramiento de Israel como el pueblo elegido por Dios. En ese sentido, los críticos presentan a la Biblia como si estuviese basada en el favor de Dios de una raza sobre otras. Los ejemplos específicos que se citan a menudo incluyen:

  • El mandato de Dios de acabar con los cananeos — Deuteronomio 20:16-17
  • Exclusividad religiosa y prohibición de matrimonios mixtos con otras naciones — Números 25:1-3; Nehemías 13:23-30
  • Comentarios de Jesús a una mujer cananea: Mateo 15:22-28

Para algunos, estos son ejemplos de que hay preferencia racial en las Escrituras. Veamos si podemos aprender un poco más sobre cómo Dios ve a las diferentes razas y pueblos usando su propia Palabra para guiarnos.

¿Qué significa la elección de Dios?

La mente humana interpreta el ser elegido por Dios como una insignia de superioridad. Pero no es así como Dios visualiza el hecho de elegir a una persona. Que Dios elija a alguien, significa que se le está asignando una tarea, y que, si la acepta, se espera que la cumpla de acuerdo con las instrucciones que se le han dado.

Israel fue elegido para ejecutar una tarea u obra para Dios: movilizarse y apoderarse de la tierra de Canaán mientras Dios expulsaba al pueblo cananeo delante de ellos. De hecho, Dios le explicó a Israel que no fueron elegidos porque fueran superiores a los demás pueblos (Deuteronomio 9:1-6).

El pueblo de Canaán no fue expulsado por ser inferior a nadie, ni tuvo que dar paso a otros que fueran de mejor estirpe. El pueblo de Canaán fue expulsado debido a su comportamiento flagrantemente perverso, que Dios ya no toleraría más.

También notemos que Dios advirtió a Israel que, si actuaban de manera semejante a los cananeos, recibirían el mismo trato (Deuteronomio 8:17-20).

Dios mide y evalúa a todas las personas basándose en los mismos criterios: ¿Escuchan su Palabra? Y ¿La obedecen?

¿Excluye Dios a otras naciones de su plan?

Ya que Israel se hubo establecido en la tierra de Canaan, quedaba por cumplir una tarea aún mayor. Debían vivir según las instrucciones que Dios les había dado antes de su llegada. Era una tarea que solemnemente habían acordado realizar. Ese acuerdo se conoce comúnmente como el Antiguo Pacto. Viviendo de esta manera, Israel proporcionaría una vívida demostración de la manera de vivir de Dios para que el mundo entero lo testificara.

Con esto, Dios tenía la intención de que las naciones circundantes pudieran observar las cosas buenas que resultaban de la obediencia a él y que trataran de adoptar los caminos de Dios por sí mismos. De ese modo, Israel enseñaría a esas otras naciones la forma de vivir piadosamente (Deuteronomio 4:5-8; Isaías 49:3).

Dios no quería que ninguna influencia externa socavara o distorsionara la verdadera adoración y moralidad que le había obsequiado a Israel. Esta es la verdadera razón por la que ordenó a Israel que no se mezclara con otros pueblos (Deuteronomio 7:2-4).

Las personas de origen extranjero eran bienvenidas a unirse a Israel si adoptaban y se comprometían con las leyes y la adoración ordenadas por Dios (Levítico 19:34, Levítico 24:22). Y simplemente hay demasiados ejemplos que demuestran esto, como Rahab o Ruth.

Dios tiene la intención de bendecir a todas las personas a través de Jesucristo

Israel recibió la oportunidad de servir a Dios como cumplimiento de una promesa hecha a Abraham. Y Dios favoreció a Abraham, lo bendijo e hizo dicha promesa a su familia porque Abraham creyó a Dios y obedeció sus mandamientos, estatutos y leyes (Génesis 26:4-5).

Dios no mostró su favor a Abraham porque fuese de raza superior. De nuevo, el criterio que Dios usa para evaluar y elegir a ciertos seres humanos es su disposición para escuchar y obedecer su Palabra. Además, Dios también vio en Abraham a alguien que enseñaría fielmente a sus hijos a escuchar y obedecer los mandamientos de Dios (Génesis 18:18-19).

La promesa de Dios a Abraham fue proporcionar bendiciones para toda la humanidad. Dios haría esto finalmente a través de Jesucristo; pero, mientras tanto, estableció a los descendientes físicos de Abraham como una nación llamada Israel y les dio sus mandamientos, leyes y estatutos para vivir. Su obediencia resultaría en grandes bendiciones materiales para Israel, y esto a su vez serviría como una lección objetiva, para que todas las naciones y pueblos de la tierra la copiasen.

Más adelante en la historia, Israel acordó realizar esta obra de promulgar la obediencia mediante su ejemplo en un pacto con Dios, aceptando también ciertas condiciones de castigo severo si no lo hacía.

¿Por qué dijo Jesús que fue enviado solo al pueblo de Israel?

Jesús no limitó su ministerio al territorio y al pueblo de Israel porque fueran más dignos o superiores de alguna manera. De hecho, les dijo que si otras naciones vieran las cosas que el Mesías estaba haciendo, habrían respondido mucho mejor (Lucas 10:13).

Jesús limitó su ministerio a los hijos de Israel, porque el acuerdo que Dios había hecho con Israel todavía estaba vigente durante su vida. Dios continuaría cumpliendo con el acuerdo y continuaría obrando a través de Israel (los hijos de Abraham) hasta el día en que Jesús murió (Mateo 10:5-6). A Israel se le presentó la suma de toda la verdad en la persona de Jesucristo y la proclamación del Reino de Dios. Su tarea asignada fue llevar esa verdad a las naciones. E Israel la rechazó.

¿Fracasó Israel porque era inferior a otros pueblos? No, Israel falló porque no era mejor que cualquier otro pueblo (Romanos 3:22-23).

El nuevo pacto

Después de la muerte de Jesús, Dios trabajaría a través de la Iglesia, que está compuesta por personas de toda la humanidad (1 Pedro 2:9-10, Efesios 2:19-22). Ante Dios, la apariencia física derivada de la etnia, género o posición social no tiene sentido (Gálatas 3:26-29).

Acusar a la Biblia -o a Dios- de promover el racismo, se basa en una suposición errónea de que Dios piensa como nosotros, así como en un malentendido de lo que significa la elección de Dios.

Cuando proyectamos nuestras propias ideas maliciosas en su Palabra, estamos insultando a Dios; y él responsabilizará a quienes atribuyen a su nombre y a su reputación ideas inútiles, vanas y engañosas como el racismo (Éxodo 20:7).

La Biblia Racismo Dios el Padre Israel

Recommended