El problema con la evolución y el regreso de la fe en Dios

Usted está aquí

El problema con la evolución y el regreso de la fe en Dios

La teoría de la evolución darwiniana, a pesar de estar muy afianzada en la mente de mucha gente, nunca ha explicado el origen de la vida. Y si bien muchos textos de enseñanza secundaria y universitaria le dicen a uno que la evolución proporciona una explicación para el origen de la vida, esto es totalmente falso. Ningún científico ha sido capaz de demostrar cómo surgió vida de los elementos, sustancias químicas y compuestos disponibles en nuestro planeta.

La verdad es que la generación de vida mediante procesos irracionales y carentes de dirección es imposible. A continuación veremos lo que nos dice sobre este tema un respetado experto en química sintética, muy bien equipado para criticar la investigación sobre el origen de la vida. ¿Cómo se puede explicar entonces el origen de la vida?

Es posible que muy pronto iniciemos una era en la cual se admita una explicación distinta para el origen de la vida: no la evolución darwiniana, sino Dios. El diseño inteligente está siendo rápidamente reconocido (tal como lo fuera en tiempos pasados) como la mejor explicación para el origen de la vida.

Los científicos no pueden fabricar vida

Primero, veamos lo complicado que es el ámbito llamado “vida”. Muy pronto nos daremos cuenta de que ni siquiera las personas más inteligentes son capaces de replicarla. El origen de la vida es prebiótico, es decir, se inició antes de que tuviera lugar cualquier otro proceso o desarrollo biológico. ¿Cómo podrían haber producido vida los primeros elementos químicos inanimados? Los inteligentísimos científicos modernos no son capaces de producir ni siquiera una simple bacteria.

El primer paso para desarrollar una bacteria, la cual contiene 256 genes codificadores de proteínas, consiste en tener los cuatro tipos de moléculas que se necesitan. Sin embargo, aun en el caso de que a los científicos se les dieran estas moléculas, no sabrían como ensamblarlas.

El Dr. James Tour, un famoso experto en química sintética orgánica que se especializa en nanotecnología, ha sido calificado como uno de los científicos más influyentes del mundo actual. En una videoentrevista que le hizo el Instituto Discovery, titulada “James Tour: El origen de la vida no ha sido explicado” (disponible en YouTube, aunque solo en inglés), él afirma categóricamente: “Podemos crear tecnologías, pero no podemos crear ni la bacteria más simple. Cualquiera que diga lo contrario no sabe de qué está hablando. Presénteme la demostración. Nadie lo ha hecho jamás. Y no ha sido por falta de esfuerzo; ni tampoco por falta de voluntad” (5 de julio de 2019).

Respecto a quienes intentan replicar la vida, el Dr. Tour agrega: “Pero aun si les diéramos el ADN en la estructura que ellos quieren, no sabrían como unir todos los componentes, debido a la sofisticación de la célula. Todos los interactomes, o sea la conectividad interactiva entre las moléculas [dentro de una célula] . . . deben estar en el lugar y orden correcto para que una célula pueda funcionar. ¡Ni siquiera sabemos definir lo que es vida, y mucho menos cómo hacer que comience!” Vamos a resumir y citar más comentarios del Dr. Tour a medida que avancemos en este artículo.

Abunda la información falsa respecto a este tema

Si usted abre un típico texto de estudio de enseñanza secundaria o universitaria, leerá que la vida comenzó en un charco prehistórico gracias a químicos que formaron moléculas, las que se unieron para formar una simple célula que adquirió vida debido al golpe de un rayo o algo similar, y que de esto surgió una criatura que con el tiempo se arrastró del charco a la tierra seca.

¡Pero esto es absolutamente falso! Los científicos, aun en el caso de contar con todos los elementos y químicos que componen una simple célula viva, no saben cómo fabricar las moléculas necesarias para su ensamblaje, ni cómo ensamblarlas. El Dr. Tour lo explica así: “No solamente ignoramos cómo hacer los componentes básicos. Tampoco sabemos cómo construir la estructura, ni siquiera si se nos entregan los componentes básicos . . . Aun si yo le diera todos los componentes, aminoácidos, proteínas y estructuras proteicas de esos aminoácidos que usted quisiera (y aunque le diera el código) . . . ¿Podría ensamblar una célula en su laboratorio personal? . . . ¿No en una cloaca prebiótica, sino en su agradable laboratorio? La respuesta es un estridente ¡no! Y cualquiera que diga lo contrario no sabe nada sobre este tema”.

Existe un enorme malentendido incluso entre los profesores de ciencia y biología: que la humanidad sabe cómo producir vida siempre y cuando cuente con todas las estructuras, ácidos y lípidos necesarios. Sin embargo, ¡jamás se ha logrado acoplar estos componentes para hacer ni siquiera una célula ni nada que se le parezca!

Como indica el Dr. Tour, los artículos de ciertas revistas proclaman con mucho orgullo que los científicos pueden desarrollar vida, y entonces la persona promedio lee tal cosa y cree que los científicos saben cómo hacerlo. Incluso algunos científicos creen que otros científicos saben cómo hacerlo, pero no es así; ¡nadie sabe cómo hacerlo! ¡El público en general está siendo terriblemente engañado!

¡Tiempo de retirar el producto del mercado!

¿Ha tenido alguna vez un auto que haya sido retirado del mercado por razones de seguridad? Tal vez los cinturones de seguridad no cumplían con los estándares establecidos, o las bolsas de aire podían salir de sus compartimientos antes de tiempo, o los frenos no soportaban condiciones extremas. En estos casos, y para su propio beneficio, se le avisa al propietario que lleve su vehículo para ser reparado y le instalen los repuestos nuevos y mejorados.

La reputación del fabricante del automóvil está en juego. Si no corrige el problema de seguridad del vehículo y deja que siga circulando, se arriesga a perder clientela y a que sus ventas puedan sufrir una gran baja. El mundo académico debiera adoptar el mismo enfoque. Pero el hecho es que, durante muchos años, nuestros textos de liceo y universitarios han hecho afirmaciones completamente falsas respecto al origen de la vida. ¡Ya es hora de que dichos textos sean retirados del mercado! Es hora de que los científicos sean honestos en cuanto a lo que verdaderamente saben y lo que no saben en relación a la creación de vida. Es hora de que nuestros estudiantes entiendan que aun cuando a las mentes más brillantes de nuestro tiempo, a los más inteligentes químicos orgánicos, se les provean todos los componentes esenciales para la vida en un ambiente de laboratorio perfecto y estéril (sin mencionar que estos componentes mismos se les entregarían en una bandeja de plata, sin necesidad de que hayan tenido que crearlos), ellos no pueden explicar el origen de la vida ni crear siquiera la célula más simple.

El tiempo ilimitado en realidad no favorece el origen fortuito de la vida

Tal vez usted haya escuchado que dado un tiempo suficiente, tal vez millones o miles de millones de años, hay una probabilidad de que la vida pueda comenzar por cuenta propia. Sin embargo, una vez más, esto no es cierto. El tiempo en realidad es un enemigo de la síntesis orgánica, no un amigo.

Muchos de los químicos necesarios para la vida son productos cinéticos, es decir, son termodinámicamente inestables. Por ejemplo, los carbohidratos (una clase importante de compuestos que sirven de enlace del ADN) son productos cinéticos que se descomponen en un breve periodo. Por tanto, si por casualidad en el lapso de miles de millones de años se llegara a formar un carbohidrato, se descompondría rápidamente, mucho antes de que todos los otros componentes esenciales estuviesen disponibles para generar vida.

¿Acaso las moléculas realmente se formaron solas, misteriosamente, y se sentaron por ahí durante millones de años a esperar que llegaran otras moléculas? ¡No! La química orgánica no opera de tal manera. El Dr. Tour menciona que si un estudiante universitario cualquiera provoca reacciones para producir carbohidratos, pero se va a casa por el fin de semana sin detener la reacción en un momento preciso poniéndolo en un frasco estéril bajo condiciones inertes en un congelador, al volver encontrará un carbohidrato caramelizado e inservible. ¡Y pensar que algunos científicos creen que de alguna manera esto sí podría ocurrir en un charco prehistórico, carente de las condiciones y sistemas de control presentes en un laboratorio! Como ya dijimos, ¡el tiempo en realidad es un enemigo en este proceso!

Los componentes esenciales para la vida no han podido ser reproducidos

Los químicos necesarios para la vida son más que carbón y agua. También se requieren aminoácidos, que deben enlazarse para formar proteínas; y no es fácil que los aminoácidos se enlacen. Además, se necesitan enzimas. Pero en un mudo prebiótico no existen las enzimas, ya que estas están hechas de aminoácidos y proteínas.

A continuación debe haber carbohidratos y una forma de enlazarlos, lo cual es extremadamente complejo. Considere el ejemplo que da el Dr. Tour del carbohidrato D-manosa (un azúcar simple, o monosacárido, relacionado con la glucosa). Si uno hace seis unidades de D-manosa, esta puede enlazarse en más de un billón de diferentes combinaciones, y solo una de ellas funciona. ¿Cómo podría producirse algo así por pura casualidad?

Después se necesitan lípidos, que deben tener dos colas moleculares, no una. De tener solo una, pueden desestabilizar las capas de la membrana que necesitan para formarse. ¿Cómo podría darse algo así en un sistema prebiótico? ¡Ningún científico tiene la respuesta!

También se requieren ácidos nucleicos. Estos deben enlazarse perfectamente a un carbohidrato que tuvo que haber sido hecho de manera independiente y sin caramelizarse.

Luego están los nucleótidos, que deben unirse a un grupo de fosfatos — pero esto solo se puede hacer mediante las enzimas. Los expertos en química sintética orgánica no saben cómo podría haberse llevado a cabo esto eficazmente antes de que existieran las enzimas.

La ciencia ni siquiera sabe cómo hacer todas estas piezas, ¡y menos aún conectarlas todas! Sí, tenemos vuelos espaciales, vehículos exploradores en Marte, chips de silicona, computadores y conectividad a tecnología inalámbrica como WiFi (ninguno de los cuales tiene vida), pero la humanidad no puede crear vida aun si se le entregan todos estos componentes esenciales existentes en nuestro ambiente. (¡Y en realidad tampoco podemos crear los componentes esenciales para la vida!) ¿Por qué deberíamos creer entonces que fuerzas ciegas carentes de inteligencia podrían hacer todo esto?

Argumentos de probabilidad destruyen posibilidad de que la vida haya surgido por azar

Para mejorar las posibilidades de que la vida haya surgido por casualidad, típicamente se invoca lo que se ha llamado “tiempo profundo”. Este concepto [equivalente a “tiempo geológico”] presume que, con suficiente tiempo, finalmente cualquier cosa y todas las cosas son posibles, incluyendo la aparición fortuita de vida. Por tanto, se deben considerar enormes lapsos de tiempo para mitigar las probabilidades extremadamente remotas de que algo así suceda. Sin embargo, el hecho es que las cifras simplemente son demasiado elevadas como para ser superadas. No hay suficiente tiempo (aproximadamente 14 000 millones de años desde la formación de nuestro universo) para que una combinación casual de factores se una y pueda generar tan siquiera una proteína simple, y mucho menos un organismo vivo.

¡Las probabilidades en contra de tal ocurrencia superan por mucho el número total de átomos existentes en el universo! Y aun si el universo fuera muchísimo más antiguo, ese tiempo todavía no sería ni remotamente suficiente. Para ilustrar esto, el Dr. Tour indica que las combinaciones posibles de interacciones entre proteínas en una sola célula de levadura ¡son de 1079! Esto significa un uno seguido no solo de 79 ceros, ¡sino de 79 mil millones de ceros! Y este es únicamente el número de interacciones moleculares (el interactome) en una sola proteína. Es imposible siguiera entenderlo. En comparación, se calcula que el número de partículas elementales en todo el universo es de solo 1090!

El Dr. Tour agrega: “Además, solo en adición a las 3000 proteínas presentes en esa simple célula de levadura, todavía se necesita todo el ADN [ácido desoxirribonucleico], todo el ARN [ácido ribonucleico], y todos los carbohidratos. Recordemos que los carbohidratos tienen su propio orden definido según la forma en que están conectados . . . Se puede colocar más información en los carbohidratos situados en la superficie de una célula que en el ADN y RNA combinados. Y esa información tiene que venir de un modelo original de ADN, más una serie de otras cascadas de enzimas. Todo esto está en esa [simple] célula además de los interactomes. Es algo muy complejo. El origen de la vida es un problema complejo, y es difícil explicarlo solamente con grandes cifras”.

El regreso de Dios

Ni el tiempo, ni la probabilidad, ni la ciencia, ni las mentes humanas más brillantes (¿y cómo llegaron a existir estas mentes, después de todo?) pueden explicar el origen de la vida. Entonces, ¿qué puede explicarlo?

Se acerca un tiempo en que la sociedad puede comenzar a rechazar el darwinismo y a experimentar un reavivamiento religioso. Más de 200 años después del nacimiento de Carlos Darwin, más y más personas están volviendo a tener fe en el Dios Creador (o en el diseño inteligente) como la mejor explicación para el origen de la vida. Los evolucionistas han tenido 160 años desde la publicación de El Origen de las Especies de Darwin para explicar el origen de la vida y la complejidad de la creación, y han fracasado rotundamente.

Es tiempo de volver al entendimiento que tenía la mayoría de la sociedad occidental antes de Darwin: ¡la creencia en Dios como el Creador de todas las cosas!

El Dr. Stephen Meyer es un exgeofísico y profesor universitario que recibió su doctorado en la historia y filosofía de la ciencia en la Universidad de Cambridge. Como uno de los líderes del movimiento del diseño inteligente, ahora dirige el Centro para la Ciencia y la Cultura del Instituto Discovery. En 2013 el Dr. Meyer publicó Darwin’s Doubt: The Explosive Origin of Animal Life and the Case for Intelligent Design [La duda de Darwin: El explosivo origen de la vida animal y el caso del diseño inteligente], superventas del New York Times, y también Signature in the Cell: DNA and the Evidence for Intelligent Design [Firma en la célula: El ADN y la evidencia del diseño inteligente], 2009.

Meyer se encuentra completando su último libro, The Return of the God Hypothesis: Compelling Scientific Evidence for the Existence of God [El retorno a la hipótesis de Dios: Convincente evidencia científica sobre la existencia de Dios], cuyo lanzamiento ha sido programado para abril de 2020. En esta obra él está desarrollando un argumento fundamental a favor del diseño inteligente, mostrando que existe un tercer factor esencial y necesario para la vida además de la materia y la energía: información.

¿Dónde se originó la información codificada en la célula? No es algo material, tal como el artículo que usted está leyendo no es el medio en el cual está escrito, sino el mensaje que comunica. La información grabada en la naturaleza, incluyendo los organismos más diminutos, requiere que haya una mente inteligente, pensante y planificadora detrás de toda la creación. Y esa mente es la mente de Dios.

Esa es la respuesta a nuestra existencia, al origen de la vida: Dios. Dios sí existe, y su obra como Creador es la única explicación razonable para el origen de la vida. Como tan elocuentemente explica el Dr. Tour desde su punto de vista de experto en química sintética orgánica, es imposible que la vida haya comenzado por casualidad a lo largo de extensos periodos de tiempo. ¡Simplemente no pudo haber sucedido de esa manera! (Para más información, solicite nuestro folleto gratuito El supremo interrogante:¿Existe Dios?, o descárguelo de nuestro portal de Internet en LasBuenasNoticias.org).

Crece el escepticismo acerca de Darwin y la teoría de la evolución

La enciclopedia cristiana en línea Conservapedia (en inglés) incluye lo siguiente en su extenso artículo sobre la evolución. Aunque estas citas son de hace una década o más, muestran que entre los científicos existe una creciente tendencia a alejarse del darvinismo:

“Una encuesta realizada en 2005 por el Instituto Louis Fenkelstein Para la Investigación Social y Religiosa encontró que 60% de los doctores en medicina estadounidenses rechazan el darvinismo, afirmando que no creen que los humanos evolucionaron únicamente mediante procesos naturales. El estudio informó además que un tercio de todos los doctores en medicina apoya la teoría del diseño inteligente por sobre la de la evolución.

“La prestigiosa revista Science reportó lo siguiente en 2006 respecto a los Estados Unidos: ‘El porcentaje de gente en el país que acepta la idea de la evolución ha disminuido, de 45% en 1985 a 40% en 2005. Mientras tanto, la cifra de estadounidenses inseguros acerca de la evolución se ha elevado desde 7% en 1985 a 21% el año pasado’.

“En enero de 2006, la BBC (Corporación de Radiodifusión Británica) declaró respecto a Gran Bretaña: ‘Poco menos de la mitad de los británicos acepta la teoría de la evolución como la mejor descripción para el desarrollo de la vida, de acuerdo a una encuesta de opinión. Por otro lado, más de 40% de los entrevistados cree que el creacionismo o diseño inteligente (DI) debería ser enseñado mediante lecciones de ciencia en las escuelas’”.

Veamos otros reportes sobre la creciente duda respecto a la validez del darwinismo y la evolución: “Los críticos más acerbos de Darwin eran científicos, y los teólogos que lo criticaban objetaban principalmente su insistencia filosófica en las causas naturales y su negación de un diseño, las cuales eran consideradas ‘equivalentes al ateísmo’ por Charles Hodge [director del Seminario Teológico], de Princeton. Incluso hoy, muchos críticos del darwinismo no son religiosos fundamentalistas, y un número creciente de críticos son científicos acreditados” (Jonathan Wells, “The Problem of Evidence” [El problema de la evidencia], Forbes, 2 de febrero de 2009).

“Un número creciente de respetados científicos está desertando del campo evolucionista . . . Más aún, estos ‘expertos’ en su mayoría han abandonado el darvinismo pero no sobre la base de una fe religiosa o persuasiones bíblicas, sino por razones estrictamente científicas, y en algunos casos, muy a su pesar” (Wolfgang Smith, citado por Paul Taylor, Origins Answer Book [Libro de respuestas sobre el origen], 1995, p. 107).

“Los científicos que encabezan la investigación han descartado el darwinismo clásico. No han hecho públicas estas noticias, sino que las han mantenido en sus documentos técnicos y comunicaciones privadas. Por otro lado, muchos evolucionistas de segundo rango siguen repitiendo que muchos pequeños milagros . . . ocurrieron gracias a que la selección natural trabaja paso a paso; pero esos pasos jamás han sido demostrados. Hacen esto principalmente porque se sienten obligados a decir algo –cualquier cosa es mejor que admitir su ignorancia– y no saben qué más decir” (William Fix, The Bone Peddlers: Selling Evolution [Los vendedores de huesos: Cómo vender la evolución], 1984, pp. 179-180).

La fe renovada será secuestrada

Mientras analizamos los hechos que claramente apuntan a un Creador divino, debemos tener en cuenta que una fe renovada en la religión al principio parecerá algo muy bueno en la comunidad global. Pero como ha sucedido con tanta frecuencia en la historia humana, la Biblia muestra que otras fuerzas van a jugar un rol en este sentido, y lo que debiera ser algo bueno será usado para algo malo. La creencia religiosa será secuestrada por una poderosa alianza entre iglesia y Estado centrada en Europa y será terriblemente encauzada.

La Escritura nos muestra enfáticamente que un “regreso a un Dios” religioso tendrá lugar en nuestro planeta durante el tiempo del fin. La creencia en la evolución atea probablemente no será tan común como lo es ahora. Una gigantesca maquinaria geopolítica recibirá poder de parte de una religión universal.

El libro del Apocalipsis se refiere a los socios principales de este bloque futuro de poder como “la bestia” y “el falso profeta”. Los acontecimientos descritos en la segunda mitad del libro del Apocalipsis están directamente relacionados con el pasado y el futuro de dos grupos representados simbólicamente por dos mujeres diametralmente distintas.

La primera, descrita en Apocalipsis 12, representa a quienes han sido el pueblo del pacto de Dios: la Iglesia de Dios, siervos de Jesucristo tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

La segunda mujer, que también representa a una iglesia, es descrita en Apocalipsis 17 como una ramera: “. . . y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” (vv. 5-6).

En el tiempo del fin, las influyentes relaciones de esta iglesia llegarán hasta los más altos círculos políticos y sociales. Como se nos dice en Apocalipsis 18: “Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites . . . porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades” (vv. 3, 5).

Dios llama a esta mujer, a esta iglesia (con sus prácticas corruptas y participación en los asuntos internacionales), Babilonia la Grande. Ella establecerá los estándares culturales y religiosos del imperio político y religioso de la bestia en el tiempo del fin. Y sí, habrá un reavivamiento religioso y un retorno a algún tipo de creencia en Dios, pero el sistema religioso y político instituido e impuesto a la fuerza en las naciones se valdrá de este entendimiento para sus propios fines y para oprimir a las masas, como en tiempos pasados.

En el tiempo del fin la gente adoptará ampliamente muchos conceptos herejes y antibíblicos mediante la influencia de Satanás el diablo. Roma, la heredera espiritual de las tradiciones idólatras de la antigua Babilonia, emergerá una vez más como la ciudad principal de una versión restaurada y mucho más extensa del antiguo Imperio romano.

Los ciudadanos de muchos países pondrán en práctica su enfoque respecto a las relaciones personales y espirituales y le darán la bienvenida a su influencia y poder sobre ellos. Ella se jactará así: “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto” (v. 7). Sin embargo, Dios la describe como la madre de las rameras y como una ciudad llena de abominaciones. Como ya dijimos, una revitalización de la fe en la religión parecerá algo muy bueno al principio, pero será un instrumento para que esta poderosa unión política y religiosa (parecida a Babilonia) conduzca a las naciones a un horrendo destino.

Para aprender más sobre este sistema religioso resucitado que se apoderará de la sociedad, descargue o solicite nuestro folleto gratuito El Apocalipsis sin velos (disponible en LasBuenasNoticias.org).

¿Qué significa todo esto? ¿Y cuál es la verdadera solución a este caos venidero? Al final, Dios verdaderamente volverá, pero para bien. No será un regreso a un falso sistema religioso, sino el retorno de Jesucristo Rey para reinar sobre toda la Tierra. Dios instaurará mil años de paz y felicidad, un periodo que se conoce como el Milenio. ¡Este será el retorno supremo de Dios, cuando todos por fin conocerán la verdad acerca del origen de la vida y también del asombroso propósito detrás de todo! BN