Tres claves para tener una buena condición física y espiritual
En una visita a su médico en octubre de 2012, Randy Halverson pesó 149 kilos. No solo se hizo evidente que estaba con sobrepeso, sino que además se le diagnosticó enfermedad hepática grasa no alcohólica, colesterol alto, niveles prediabéticos de azúcar en la sangre y otras dolencias. Ante esta situación alarmante, Randy decidió ponerse en forma. Empezó a consumir gran cantidad de frutas y verduras y a ejercitarse en su caminadora seis días a la semana, y perdió 60 kilos en un año. Sus niveles de azúcar y colesterol en la sangre volvieron a la normalidad y sus otras dolencias prácticamente desaparecieron. Su cintura se redujo de 142 a 86 centímetros. Después de su éxito, Randy escribió: “¡Mi perspectiva y actitud han mejorado mucho! He iniciado un camino que creo voy a seguir por el resto de mi vida”.
El problema moderno de la condición física
Si bien Randy Halverson tuvo el valor y la determinación para restaurar su salud, otros que deberían hacer lo mismo no lo hacen. A pesar de que algunas personas tienen limitaciones debidas a factores hereditarios, de edad, discapacidad y otros inconvenientes, una de las principales razones por las que muchos no gozan de un buen estado físico es porque simplemente no asumen un compromiso serio.
Una encuesta realizada por el sitio web Harris Poll Online en febrero de 2011 reveló que el 73 % de adultos que en sus promesas de año nuevo se propusieron lograr un mejor estado físico, ¡desistieron antes de lograrlo!
Para lograr una buena salud y estado físico, las personas necesitan seguir rigurosamente una dieta equilibrada y hacer ejercicio. El sitio web MedicalNewsToday.com declaró el 10 de diciembre de 2014: “Desde 1990, la obesidad entre personas adultas ha aumentado del 11.6 % al 29.4 %”, y además, que “la inactividad física entre los adultos sigue siendo alta: 23.5 %”.
El 18 de diciembre de 2013, en el artículo “Importance of Exercise and Eating Healthy” [La importancia del ejercicio y la dieta saludable], de LiveStrong.com, la autora Carly Schuna escribió: “Junto con el ejercicio regular, una dieta saludable puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, osteoporosis, diabetes tipo 2, presión arterial alta y algunos tipos de cáncer. Si una persona tiene sobrepeso, una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente pueden ayudarle a perder peso en forma segura y alejar el riesgo de padecerlo. Si no tiene ese problema, la actividad física y la alimentación saludable pueden contribuir a mantener el peso y reducir el riesgo de que este aumente a medida que se envejece”.
Tres claves vitales para el buen estado físico
Si quiere iniciar un programa de acondicionamiento físico, asegúrese de consultar primero a su médico para obtener orientación. Además, en Internet puede encontrar muchos libros, videos y artículos para determinar cuál método es el más eficaz en su caso. El siguiente consejo de FamilyDoctor.org puede serle útil: “Escoja una actividad que le guste. Por ejemplo, si tiene problemas con la artritis, la natación podría ser una buena opción. Hacer ejercicio en compañía de alguien puede resultar más agradable. Varíe su rutina, ya que es menos probable que se aburra o lesione si cuenta con un plan variado de ejercicios: caminar un día, montar bicicleta al día siguiente. No se desanime. Pueden pasar semanas o meses antes de que note algunos de los beneficios del ejercicio, como la pérdida de peso”.
Además de seguir esta sugerencia, hay tres claves que pueden ayudarle a lograr el objetivo de mejorar su estado físico. Estas son:
1. Mantener una visión clara.
2. Estar totalmente comprometido.
3. Esforzarse al máximo.
Si bien estas claves pueden ayudarle en el mejoramiento de su condición física, tienen una aplicabilidad muchísimo mayor en el desarrollo de su condición espiritual. Como afirma 1 Timoteo 4:8: “Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera”.
Es fundamental que cuide bien su cuerpo, mente y espíritu, ya que tiene una responsabilidad no solo consigo mismo y con los que dependen de usted, sino especialmente con su Creador. ¿Por qué? ¡Porque literalmente usted le pertenece a él, a su Hacedor y Redentor! Como dice 1 Corintios 6:19-20: “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo? Ustedes han recibido al Espíritu de Dios y habita en ustedes. Entonces, ustedes no son dueños de su cuerpo, porque Dios los ha comprado por un precio. Así que, con su cuerpo, honren a Dios” (Versión Palabra de Dios para Todos, énfasis nuestro en todo este artículo).
Cómo acondicionarse para el Reino de Dios
Jesucristo dijo que las personas no eran “aptas para el reino de Dios” si seguían “contemplando” su vida anterior (Lucas 9:62). La palabra griega equivalente a “apto” es euthetos, que significa “adecuado o útil”.
Una persona que busca el Reino de Dios no puede ser considerada espiritualmente “apta” si no está totalmente dedicada a seguir su vocación divina. Si comienza a “mirar hacia atrás”, tal vez anhelando su antigua forma de vida, o si se vuelve indiferente y descuida su llamado, se autodescalificará para la vida eterna.
En este sentido, examinemos las tres claves antes mencionadas a fin de determinar lo que se necesita hacer para estar en forma para el reino.
1 - MANTENER UNA VISIÓN CLARA
Miles de años de historia han demostrado sin lugar a duda que los seres humanos son incapaces de gobernarse adecuadamente a sí mismos. Pero este problema tiene una solución maravillosa: en su segunda venida, Jesucristo reemplazará todo régimen humano con su gobierno poderoso y benevolente (Apocalipsis 11:15). Apreciar y mantener esta magnífica visión del venidero reino divino de Dios es esencial en la búsqueda de nuestra condición espiritual. Este vibrante y emocionante futuro incluye los siguientes hechos bíblicos, que lo deben inspirar y motivar continuamente.
• A su regreso, Cristo eliminará la malvada influencia de Satanás el diablo y su séquito de demonios (Apocalipsis 20:1-3).
• Después de ese significativo acontecimiento, Jesús iniciará una transformación completa de la Tierra y de la sociedad humana. Los desolados desiertos del mundo serán restaurados para que sean como el huerto del Edén (Isaías 51:3).
• Después de algún tiempo, nuestro planeta será profusamente fructífero y productivo (Amós 9:13).
• La gente de todas las naciones vivirá en paz y no se entrenará más para la guerra ni sufrirá sus trágicas y horrorosas consecuencias (Miqueas 4:3).
• Además, la naturaleza de los animales será cambiada para que todos convivan pacíficamente (Isaías 11:6-8).
• Asimismo, el mundo será lleno “del conocimiento del Señor como las aguas cubren el mar” (versículo 9).
Bajo el liderazgo de Jesucristo, las maravillosas bendiciones de justicia, paz y prosperidad colmarán la vida de todas las personas. Para estar en buena forma espiritual es necesario apreciar esta impresionante e infalible visión del futuro. Esto le ayudará a mantener una actitud confiada y optimista mientras hace todo lo posible para vivir su vida de acuerdo a la voluntad de Dios en esta malvada era actual (ver Gálatas 1:4).
2- ESTAR COMPLETAMENTE COMPROMETIDO
Jesucristo explicó que estar totalmente comprometido con Dios y su camino de vida es un requisito crucial en la cimentación de nuestro estado espiritual (Mateo 6:24). Él no aceptará una entrega incompleta, condicional o descuidada. Cualquier cosa que no sea el mejor esfuerzo es inaceptable para él.
Jesús hizo hincapié en este punto con estas palabras: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas [las necesidades materiales] os serán añadidas” (Mateo 6:33).
Jesús le advierte que examine sus prioridades para determinar si está verdaderamente dedicado a buscar su reino y seguir su camino de vida (Mateo 10:37-39). No hay nada más importante por hacer que dedicar su vida al servicio del Maestro de todo el universo (Mateo 13:44-46). Si permanece comprometido con Dios incondicionalmente le espera una magnífica recompensa, más valiosa que cualquier cosa que pueda imaginar (Colosenses 3:23-24).
3- ESFORZARSE AL MÁXIMO
Como Jesucristo explicó, los llamados a seguirlo debían concentrarse decidida y consistentemente en buscar la vida futura que Dios les estaba ofreciendo. De la misma manera, en la búsqueda del Reino de Dios usted debe esforzarse al máximo en tanto “prosigue a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Para lograrlo necesita crecer diariamente en gracia, conocimiento y la “constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo” mientras ejercita una fe viva (1 Tesalonicenses 1:3, ver también 2 Pedro 3:18 y 2 Corintios 5:7). Al aplicar estas cualidades debe estar dispuesto a sacrificarse y esforzarse arduamente por obedecer a Dios y así obtener la “corona de justicia” (Romanos 12:1; 2 Timoteo 4:8).
De hecho, el propósito mismo de su vida es prepararse para un alto cargo de servicio y autoridad en la venidera sociedad mundial y pacífica de Dios (Isaías 35:1-2, 10; Apocalipsis 1:6, 5:10). Llegar a estar en buena forma espiritual para esas responsabilidades eternas requiere que usted ore diariamente y pida la poderosa ayuda de Dios mientras estudia las Escrituras y las pone en práctica.
Además, debe “avivar el don” del Espíritu Santo de Dios para producir el fruto de “justicia y santidad”, que incluye servir a sus semejantes (2 Timoteo 1:6, Efesios 4:24 y Juan 15:12). Hacer todo esto requiere que confíe humildemente en la fortaleza, guía y sabiduría de Dios, sin la cual estará completamente desamparado (Juan 15:5, Filipenses 4:13).
Finalmente, Dios quiere que usted, como uno de los discípulos de Cristo, dé “mucho fruto” (Juan 15:8). Si lo hace fielmente, él lo recompensará según su labor (Apocalipsis 22:12). Y ese es el punto fundamental en cuanto al buen cuidado físico y espiritual.
Así como es imposible llegar a estar sano simplemente leyendo libros o artículos acerca de la condición física, tampoco es posible desarrollar una buena condición espiritual simplemente leyendo la Biblia o escuchando sermones. Por el contrario, debe aplicar lo que está aprendiendo mediante la práctica decidida de la voluntad de Dios. Como dice Santiago 1:22, debemos ser “hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándonos a nosotros mismos”.
¿Hay algo que lo detenga? Para alcanzar el Reino de Dios y su justicia debe mantener una visión clara, estar plenamente comprometido y esforzarse al máximo. ¡Si aplica estas claves fundamentales, puede estar en buena forma espiritual ahora y para siempre!