Irán y la amenaza de un ataque de PEM
Tras ser anunciado el tratado nuclear de EE. UU. con Irán, en el cual se le permite al estado islámico chií continuar con su programa nuclear, el régimen iraní rebosaba de alegría. En una ceremonia militar que se llevó a cabo el 30 de agosto de 2015, el ministro de defensa iraní se jactó diciendo:
“Hoy día [la nación de] Irán ha adquirido tal estatus, que las superpotencias se han rendido ante ella debido a su magnificencia, perseverancia, resistencia y unidad. A pesar de su gran orgullo, el régimen de la arrogancia [Occidente, liderado por los Estados Unidos] se sentó humildemente detrás de la mesa de negociaciones y reconoció los derechos de la nación iraní” (citado en “Iranian Regime Celebrates Its Victory in Nuclear Agreement” [El régimen iraní celebra su victoria en el acuerdo nuclear], Instituto de Investigaciones de Medios de Información en Medio Oriente, sept. 4, 2015).
Aún más, “un alto general iraní les dijo a sus tropas que se preparen para un simulacro militar masivo . . . que los Estados Unidos y los sionistas deberían saber que la Revolución Islámica continuará mejorando su preparación hasta derrotar a Israel y liberar a Palestina” (citado por Paul Alster, “Iran Thumbs Nose at US Even as Obama Rallies Support for Nuke Deal” [Irán menosprecia a EE. UU. a pesar de que Obama apoya el tratado nuclear], Fox News, sept. 3, 2015).
Mientras tanto Dick Cheney, el exvicepresidente de Estados Unidos, advirtió en un artículo que apareció en el periódico estadounidense The Wall Street Journalque “el acuerdo de Obama llevará a un Irán armado nuclearmente, a una carrera de armas nucleares en el Medio Oriente y, más que seguro, a la detonación de un arma nuclear por primera vez desde Hiroshima y Nagasaki” (“Restoring American Excepcionalism” [Cómo restaurar la excepcionalidad de Estados Unidos], ago. 28, 2015).
Indudablemente, es terrible imaginarse a Irán o a alguna otra potencia o grupo utilizando armas atómicas contra el diminuto Estado judío de Israel o los Estados Unidos, al otro lado del mundo. Pero puede que esto termine aún peor de lo que nos imaginamos.
¿Peor que detonar una bomba nuclear en una ciudad?
Un comentario aparecido en The Wall Street Journal años atrás, escrito por Brian Kennedy, que en ese tiempo era miembro de la Agencia Independiente de Defensa de Misiles, afirmó: “Imagínese este escenario: un buque de carga común y corriente que se dirige a Nueva York o Los Ángeles lanza un misil desde su casco o desde un contenedor que se ha bajado al mar. Este explota en un área densamente poblada; un millón de personas mueren incineradas; el buque a continuación se hunde; nadie asume responsabilidad; no hay evidencia sólida de quién estuvo detrás del atentado y, por lo tanto, no hay nadie a quien lanzarle un contraataque.
“Pero aunque tal escenario suene espantoso, hay uno aún peor. Imaginémonos que ese buque de carga lanza un misil Shahab-3 armado nuclearmente desde la costa de los Estados Unidos, y este misil explota a 480 km sobre Chicago. La detonación nuclear en el espacio crea un pulso electromagnético (PEM).
“Los rayos gama de la explosión . . . generan tres clases de pulsos electromagnéticos dañinos que destruyen permanentemente los aparatos electrónicos, los componentes electrónicos de algunos automóviles y, aún más importante, los cientos de miles de enormes transformadores que distribuyen electricidad a lo largo de Estados Unidos . . . Luces, refrigeradores, estaciones de bombeo de agua, televisores y radios dejan de funcionar. No tenemos forma de comunicarnos ni la habilidad de proveer alimento y agua para 300 millones de estadounidenses.
“Esto se conoce como un ataque de PEM, y tal ataque prácticamente haría retroceder a los Estados Unidos hasta la tecnología de comienzos del siglo xix . . .
“El sentido común sugiere que, sin alimento ni agua, las personas que podrían morir de hambre y como resultado del colapso social podrían muy bien contarse por millones.Seamos claros: un ataque exitoso de PEM a los Estados Unidos tendría consecuencias catastróficas en el país, por decir lo menos. Incluso uno que solo afectara parte del país podría paralizar la economía por años” (“What a Single Nuclear Warhead Could Do” [Lo que una sola cabeza nuclear podría hacer], nov. 24, 2008, énfasis nuestro en todo este artículo).
Efectos de la detonación de un arma de PEM
Los efectos de una detonación de PEM dependen de varios factores. Uno es la altitud. La Fundación Heritage, que se ha esforzado por llamar la atención del público para que comprenda la seriedad de este peligro, estima que una sola detonación de PEM a una altitud de 480 kilómetros sobre Kansas afectaría virtualmente a todo Estados Unidos continental, México y otros países vecinos.
A una altitud de 190 kilómetros, una detonación de PEM afectaría a la mayor parte de Estados Unidos continental, a excepción de los estados litorales. A una altitud de 50 kilómetros, devastaría entre 8 y 10 estados (vea el gráfico a la derecha).
Otros factores claves son cuán poderosa es el arma y la distancia. Mientras más poderosa sea el arma, mayor es la explosión electromagnética y, por lo tanto, mayor es el daño. Y mientras más cerca de los aparatos eléctricos sea la detonación, mayor es el poder destructor del pulso electromagnético.
Los expertos en defensa misil advierten que una manera bastante barata de infligir daño fatal a una nación del tamaño de los Estados Unidos, sería detonar tres o cuatro armas de PEM de mediana potencia espaciadas equitativamente a una altitud apropiada por sobre el país, una capacidad que probablemente estará al alcance de Irán y otras naciones nucleares, como por ejemplo Corea del Norte, dentro de poco.
Los expertos advierten sobre la probabilidad de que muchos aparatos eléctricos que estén dentro del área de alcance de un arma de PEM, a menos que estén protegidos específicamente, queden inutilizados de inmediato. Esto incluye los componentes eléctricos de automóviles, trenes, aviones, barcos, computadores, televisores, radios, teléfonos, electrodomésticos, luces, bombas, generadores, equipos médicos, herramientas eléctricas y cosas similares.
Y aunque muchos aparatos no sufrirían daño, el impacto acumulativo de muchos aparatos interdependientes que no funcionen a lo largo de grandes regiones sería catastrófico. El resultado sería un caos inimaginable y una enorme pérdida de vidas.
La intención de Irán de montar un ataque de PEM
El antiguo director de la CIA, James Woolsey, y Peter Vincent Pry, quien sirvió en la Comisión Evaluadora de PEM del Congreso, han sido muy abiertos al hablar de la amenaza de un PEM. Woolsey dice en un artículo del Washington Times: “La Comisión Evaluadora de PEM del Congreso calculó que un apagón a nivel nacional que durase un año podría matar como mínimo a dos de cada tres estadounidenses, y hasta nueve de cada diez de ellos por inanición y conflictos sociales”. ¡Esto es extraordinariamente grave y preocupante!
Woolsey además dice que “‘¡Muerte a Estados Unidos!’ es mucho más que un simple grito de guerra iraní: el ejército de Teherán está planeando llevar a cabo un ataque de PEM . . . Un libro de texto militar iraní, que fue recientemente traducido por la Agencia de Inteligencia de Defensa de la Universidad Nacional de Inteligencia . . . irónicamente titulado ‘Pasive Defense’ [Defensa pasiva], (2010), describe en detalle los efectos de un PEM nuclear. En más de 20 pasajes propone un ataque de PEM para derrotar decisivamente a un adversario.
“El texto oficial del ejército iraní propugna una nueva y revolucionaria forma de guerra que combina ataques coordinados mediante armas de PEM nucleares y no nucleares, ataques físicos y el uso del Internet en contra de redes eléctricas para provocar apagones y hacer colapsar a naciones enteras . . . Y como un PEM destruye los aparatos electrónicos directamente, pero a la gente indirectamente, algunos consideran que este tipo de arma nuclear [de destrucción masiva] no contradice las disposiciones de la charía [ley islámica].
“‘Defensa pasiva’ y otros escritos militares afirman acertadamente que un ataque de PEM es la manera más eficiente de matar a la gente, a través de efectos secundarios, en el curso de un largo tiempo. El razonamiento parece ser que la gente moriría de hambre, pero no directamente por el PEM sino porque viven en sociedades materialistas que dependen de la tecnología moderna” (“A Shariah approved Nuclear Attack” [Un ataque nuclear aprobado por la charía], ago. 19, 2015).
Por ejemplo, Woolsey cita un artículo escrito en 1998 acerca de un ataque de PEM que declaraba: “Si los países industriales del mundo no logran concebir maneras efectivas para defenderse a sí mismos de peligrosos asaltos electrónicos, se desintegrarán dentro de unos pocos años . . . Los soldados estadounidenses no podrían encontrar comida para comer, ni disparar una sola bala”.
Obviamente, como Woolsey dice, “Los iraníes no se han limitado solo a pensaren un ataque de PEM”.
De hecho, “La Comisión de PEM del Congreso descubrió que Irán ha simulado el lanzamiento de misiles y la detonación de cabezas nucleares para un ataque de PEM a gran altura, incluso desde un buque. Irán aparentemente ha simulado ataques sorpresivos de PEM, poniendo en órbita satélites en el polo sur para evadir los radares y defensas misiles de los Estados Unidos, a altitudes consecuentes con la generación de un campo de PEM que cubre los 48 estados contiguos de los Estados Unidos. Irán lanzó su cuarto satélite en fecha tan reciente como febrero de 2015. Una sola arma nuclear completaría la lista de requerimientos” (ibídem).
En una página de opinión que apareció en Israel National News [Noticias nacionales de Israel] el Dr. Pry advirtió a comienzos de este año: “Por primera vez en la historia, un estado fracasado como Irán podría destruir a la sociedad más exitosa de la Tierra . . . Un Irán con misiles nucleares puede derrumbar el orden mundial actual . . . sin disparar una sola bala . . .
“La simple capacidad de llevar a cabo un ataque de PEM, la simple amenaza de que un estado sin escrúpulos como Irán pueda infligir una destrucción masiva a los Estados Unidos usando una sola cabeza nuclear, anula la credibilidad de las garantías de seguridad de los Estados Unidos . . . Un Irán con misiles nucleares representa una crisis mundial comparable a las conquistas islámicas en contra del cristianismo en el Oscurantismo, el surgimiento de la Alemania nazi, o la amenaza soviética durante la Guerra Fría”.
Al negociar el acuerdo nuclear con Irán, el tema del programa de este país para desarrollar misiles balísticos intercontinentales ni siquiera se abordó. Irán ya tiene misiles capaces de atacar a cualquier enemigo cercano en el Medio Oriente, o muy lejanos, como en el sudeste de Europa. La pregunta obvia es: ¿Por qué sienten la necesidad de desarrollar misiles capaces de transportar cabezas nucleares a otros continentes, a menos que el blanco que tengan en mente sea Estados Unidos, al cual ellos llaman reiteradamente “el gran Satanás”?
Irán, Corea del Norte y los comerciantes de la muerte
Sin embargo, el problema no es solo Irán. Hay más Estados del Medio Oriente que ahora quieren desarrollar armas nucleares para defenderse de Irán, y algunos de estos pueden caer en manos de extremistas islámicos y grupos terroristas. Por ejemplo, la nación musulmana de Paquistán, con su propio arsenal de decenas de cabezas nucleares, es un blanco tentador y codiciado por los fundamentalistas islámicos tanto dentro del país como en el vecino Afganistán.
El año pasado, el Dr. Pry y Woolsey señalaron lo siguiente en un artículo del Wall Street Journal: “En 2004 la Comisión de PEM se reunió con altos funcionarios del ejército ruso, quienes advirtieron que Corea del Norte había reclutado a científicos rusos para que le ayudaran a desarrollar su arsenal nuclear, como también su capacidad de ejecutar ataques de PEM. En diciembre de 2012 los coreanos del norte pusieron en órbita con todo éxito un satélite, el KSM-3, compatible con el tamaño y peso de una pequeña cabeza nuclear. La trayectoria del KSM-3 tenía las características para llevar a cabo un ataque nuclear de PEM sorpresivo en contra de Estados Unidos” (“The Growing Threat From an EMP Attack” [La creciente amenaza de un ataque de PEM], ago. 12, 2014).
En su artículo publicado en Israel National News, el Dr. Pry acusa duramente a ciertas grandes potencias de ser las responsables: “El caos mundial provocado por un Irán y una Corea del Norte armados con misiles nucleares ha sido facilitado deliberadamente por sus socios silenciosos, Rusia y China. Para sobrevivir, Occidente debe despertar frente a la realidad de que Irán, Corea del Norte, China y Rusia son Estados inescrupulosos que están aliados tácitamente en contra de Occidente y trabajan juntos para derrumbar el orden mundial actual . . .
“Rusia y China han multiplicado intencionalmente su tecnología misil y nuclear para armar a Irán y Corea del Norte y aumentar el número de países que amenazan con misiles nucleares a los Estados Unidos y sus aliados, según la teoría de que ‘el enemigo de mi enemigo es mi amigo’ y para promover el caos mundial. Los verdaderos comerciantes de la muerte viven en Moscú y Pekín”.
Él cita además al general Douglas MacArthur: “La historia del fracaso de la guerra puede resumirse prácticamente en dos palabras: demasiado tarde. Demasiado tarde para comprender los propósitos fatales de un posible enemigo. Demasiado tarde para darse cuenta del peligro mortal. Demasiado tarde para prepararse. Demasiado tarde para unir a todas las fuerzas posibles para la resistencia. Demasiado tarde para aliarse con los amigos y enfrentar al enemigo”.
Pry reitera: “Occidente debe comprender que Rusia y China no son nuestros amigos y que no comparten nuestra visión de un orden mundial estable y pacífico. Ellos están permitiendo que los programas de misiles nucleares de Irán y Corea del Norte fomenten el caos mundial y, si es necesario, nuestra extinción”.
Y de manera increíble e impensable, el gobierno de Estados Unidos y otros aliados occidentales están facilitando esto también.
Lo que la Escritura revela
Nos haría bien tener en mente ciertos detalles importantes de la profecía bíblica cuando consideramos la terrible amenaza de un ataque de pulso electromagnético:
Primero, la Biblia revela que Estados Unidos y otras naciones modernas de descendencia israelí sufrirán una devastación masiva en los últimos tiempos. En Ezequiel 6:6 Dios les dice a los israelitas que “dondequiera que habitéis, serán desiertas las ciudades”.
Cuando Ezequiel escribió esta profecía, el reino de Israel ya había sido derrotado por el Imperio asirio y obligado al exilio más de un siglo antes, por lo que esta profecía nunca se refirió al antiguo Israel. En realidad se refiere a sus descendientes de los últimos tiempos, quienes serán castigados por sus graves pecados nacionales y su rebelión en contra de su Creador.
Segundo, es evidente que la tasa de muerte debido a toda esta devastación no llegará al altísimo 90 por ciento que algunos predicen en el peor de los casos de un ataque de PEM, pero sí podría coincidir con los cálculos más bajos. La profecía bíblica para los últimos tiempos parece indicar que un tercio de los israelitas morirá de enfermedades y hambruna. Otro tercio caerá por la espada o ataques militares, y otro tercio será esparcido escapando de la invasión o la espada (Ezequiel 5:12).
Algunos de los principales resultados de un ataque de PEM serían: hambrunas provocadas por la escasez de comida, inoperancia de los sistemas de distribución y transporte, y enfermedades que normalmente acompañan la malnutrición y las condiciones insalubres. La dispersión y el cautiverio de los sobrevivientes, mencionados en otros pasajes, podrían ser el resultado de fuerzas externas que se aprovechan de una nación devastada.
Tercero, aunque aparentemente la destrucción masiva descrita en la Biblia sería el resultado de armas nucleares (tales como la aniquilación de una tercera parte de la humanidad, según se menciona en Apocalipsis 9:15), hay indicaciones de que los medios de comunicación electrónicos del mundo aún funcionarán justo antes del regreso de Cristo.
Encontramos esto en Apocalipsis 11, donde los dos testigos de Dios que aparecerán en los tiempos del fin mueren como mártires. El versículo 9 dice: “Y durante tres días y medio, todos los pueblos y todas las tribus, lenguas y naciones se quedarán mirando los cadáveres” (Nueva Traducción Viviente). Esto no fue posible sino hasta la llegada de los medios de comunicación electrónicos modernos. Por lo tanto, este versículo muestra que algunos de estos medios de comunicación funcionarán hasta el final, inmediatamente antes del regreso de Jesucristo. Esto parece indicar que un ataque de PEM en los últimos tiempos sería limitado y no afectaría a continentes completos.
¿Qué significa esto para usted?
Por supuesto, debemos tener en mente que la devastación descrita en los principales detalles de las profecías no es el fin de la historia. Y aunque los eventos de los últimos tiempos serán verdaderamente horrorosos, serán reemplazados por un maravilloso mundo después que Jesucristo regrese y establezca el Reino de Dios sobre todas las naciones.
Ya no habrá naciones amenazándose entre sí, ni gastando miles de millones de dólares en armamentos espeluznantes. La humanidad finalmente aprenderá el camino de la paz, no el de guerras interminables.
En cuanto a usted, esperamos que tome con mucha seriedad los acontecimientos que vemos a diario en los titulares. Vivimos en tiempos cada vez más peligrosos, tal como Cristo y los profetas bíblicos predijeron. Pero las buenas noticias son que usted puede escapar o sobrellevar los terribles tiempos que vienen y ser parte del Reino de Dios por la eternidad — ¡siempre que esté dispuesto a confiar en Dios y someterse a él ahora! BN