El Vaticano impulsa una autoridad mundial política y económica
Recientemente, el Vaticano insistió en su llamado para la creación de una “autoridad política mundial” con amplias facultades, con el fin de regular los mercados financieros y frenar la “deformación y desigualdad del sistema capitalista” (Vatican Document Calls for ‘Supranational’ Reform” [Documento del Vaticano convoca a una ‘reforma supranacional’], America: The National Catholic Weekly [América: Semanario católico nacional], nov. 7, 2011).
De acuerdo a la profecía bíblica, en los tiempos del fin habrá un sistema económico mundial controlado desde una sede central, como el que propone el Vaticano, y estará encabezado por una gran religión falsa y su líder. ¿Podría el documento citado servir como modelo?
El documento de 41 páginas, titulado “Toward Reforming the International Financial and Monetary Systems in the Context of Global Public Authority” (Hacia la reforma del sistema financiero y monetario internacional en el contexto de una autoridad pública global), fue preparado por el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz. Tal documento sostiene que es necesaria una “autoridad supranacional” para que el bien común se convierta en el centro de la actividad económica internacional.
El documento cita las enseñanzas de los papas en los últimos 40 años sobre la necesidad de una autoridad pública universal que trascienda los intereses nacionales; además, insiste en implementar dicha autoridad lo antes posible, debido a la creciente disparidad entre ricos y pobres y a la crisis económica global. Un paso importante, señala, consistiría en reformar el sistema monetario internacional de manera que involucre a los países en desarrollo.
El documento alienta la creación de un “banco central mundial” que regularía el flujo del intercambio monetario. Igualmente, sugiere gravar con impuestos las transacciones financieras, crear un “fondo mundial de reservas”, recapitalizar los bancos con fondos públicos, recompensar el comportamiento “virtuoso” en el manejo de las economías y que haya un amplio control sobre los países y los “mercados alternativos” (ídem). Tal como informa la agencia noticiosa Reuters, el documento insta además a “una transferencia gradual y equilibrada de una parte de las facultades gubernamentales de cada nación a una autoridad global y sus autoridades regionales “ (citado por Philip Pullella, “Vatican Urges Economic Reforms, Condemns Collective Grief”[El Vaticano impulsa reformas económicas, condena la avaricia colectiva], oct. 24, 2011).
“’En un mundo en vías de rápida globalización, la alusión a una autoridad mundial se convierte en la única opción acorde con las nuevas realidades de nuestro tiempo y las necesidades de la humanidad’, afirma. ‘Ayudar a marcar el comienzo de esta nueva sociedad es deber de todos, especialmente de los cristianos’” (James Martin, “Vatican Issues Major Document on Global Financial Reform”[El Vaticano publica importante documento sobre la reforma financiera global], Catholic News Service [Servicio de noticias católico], oct. 24, 2011).
El informe de Reuters cita una sección del documento que explica por qué el Vaticano considera fundamental la reforma de la economía mundial: “‘En asuntos económicos y financieros, las dificultades más importantes provienen de la falta de un conjunto eficaz de estructuras que puedan garantizar, además del sistema de gobierno, un régimen que administre la economía y las finanzas internacionales’, afirmó . . .
“El mundo necesita un ‘marco regulatorio básico en común para administrar el mercado financiero global’ y ‘algún sistema mundial de administración monetaria’.
“‘De hecho, es cada vez más evidente el deseo generalizado de crear un organismo que funcione como una especie de ‘banco central mundial’ que regule el flujo y el sistema de intercambio monetario, tal como lo hacen los bancos centrales nacionales’, agregó”.
El llamado del Vaticano a conformar una “autoridad pública mundial” y un “banco central mundial” con “autoridad supranacional”, nos recuerda lo que dice la Biblia respecto del establecimiento de un sistema con esas características.
Dicho sistema estará comandado por un importante líder religioso, que en Apocalipsis 19:20 se denomina “el falso profeta”. Otro personaje mencionado aquí y en Apocalipsis 13 es “la bestia”, un líder político y su sistema, que colaborarán con un líder religioso y su sistema, que a su vez son representados también como una bestia: “Después vi otra bestia que subía de la tierra, y tenía dos cuernos como un cordero, pero hablaba como un dragón [de apariencia cristiana, pero en realidad, de origen diabólico] y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en su presencia” (Apocalipsis 13:11-12).
Note ahora los versículos 16-17: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente, y que ninguno pudiese comprar ni vender sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”.
Tal como lo propone el Vaticano, este sistema económico de control centralizado tendrá alcance mundial y “jurisdicción universal”. Se apoderará parcialmente de la autoridad nacional de los países, para su propio beneficio.
Se premiará a los que se comporten de manera “virtuosa”, pero se castigará con severidad a aquellos que no estén de acuerdo con sus directrices e intenten hacer negocios en los “mercados alternativos”. Todos se verán obligados a acatar el sistema para poder comprar o vender.
Es probable que ya se estén echando los cimientos para todo lo que se avecina.