La próxima era de la humanidad
¿Cómo será?
Últimamente abundan las malas noticias respecto al futuro de la humanidad. Con frecuencia se citan estudios que afirman que nuestros días están contados, ya sea por un inminente peligro aquí u otro por allá. Algo tiene que suceder, y pronto. Los expertos nos dicen que las esperanzas de que la humanidad pueda sostener indefinidamente su actual estándar de vida y continúe mejorando las condiciones de los más pobres no son alentadoras.
Pero, ¿qué pensaría usted si le dijéramos que cierta fuente muy confiable promete que la raza humana sí sobrevivirá, y no solo eso, sino que prosperará como nunca antes lo ha hecho?
Examinemos lo que dice esta fuente: los desiertos serán increíblemente productivos; toda la gente tendrá terrenos donde vivir y podrá usarlos para prosperar junto a sus familias; ya no habrá guerras; el crimen ya no existirá, y las enfermedades serán erradicadas.
El fracaso de los esfuerzos humanos
¿No cree que esto sea posible? ¡Piense de nuevo, porque sí lo es! La próxima era del hombre será un periodo sin parangón, que desde el Huerto de Edén la humanidad nunca ha experimentado. Esto parece absolutamente imposible, y efectivamente lo es si se encarga al hombre la tarea de hacerlo realidad. Después de todo, la historia de la humanidad ha visto el surgimiento y colapso de innumerables civilizaciones, a pesar de las promesas de solucionar los problemas de previas generaciones.
Y es que la solución a los problemas de la humanidad no ha sido una verdadera prioridad para la mayoría de las civilizaciones, ya que éstas siempre han estado basadas en individuos hambrientos de poder que persiguen sus propias visiones utópicas, manteniéndose a la cabeza y ejerciendo un férreo control. La minoría se beneficia, mientras la mayoría sufre.
En tiempos más recientes, las democracias occidentales han prometido igualdad para todas las personas y con ello han alimentado las esperanzas de un futuro próspero. Pero ese futuro de abundancia es ahora muy improbable: el mundo libre y la vida tal como la conocemos cambiarán muy pronto, y no será para mejor, al menos no en el corto plazo.
La próxima era será única en la historia de la humanidad
La Biblia explica que habrá una era de mil años —conocida por muchos como “el Milenio”, que quiere decir “mil años”— que será completamente distinta a todo lo visto hasta ahora.
Estos mil años brindarán a la humanidad todo aquello con lo que hasta ahora solo ha podido soñar. Y aunque nos esforcemos por alcanzarla, esta próxima era no será el resultado del esfuerzo humano, sino que será establecida por Dios para nosotros y demostrará que su camino es, después de todo, el correcto.
El apóstol Juan registró su visión de este tiempo futuro, que vendrá después del regreso de Cristo, en Apocalipsis 20: “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo” (vv. 1-3).
Como hemos dicho, este escenario solo será realidad después de que Jesucristo haya regresado a la Tierra, como él prometió. Apocalipsis 11:15 dice que al sonido de la séptima trompeta (de un total de siete), los reinos de este mundo serán suyos. Más adelante vemos una descripción de Jesucristo en el monte de Sion con las primicias de Dios a su lado, “los que siguen al Cordero por dondequiera que va” (Apocalipsis 14:1-5).
Luego leemos que un mensaje de advertencia es enviado a las naciones del mundo, anunciando que “Babilonia” está a punto de caer (v. 8). Este nombre simboliza un gran sistema gubernamental y religioso basado en la antigua Babilonia, que ejerce un gran control en todo el mundo y que, según la Biblia, será liderado por Satanás mediante el engaño. Apocalipsis 16 habla de siete copas, las que simbólicamente contienen las plagas finales que serán derramadas sobre el corrupto sistema que controla a las naciones, y describe estas plagas.
En el capítulo 19 se habla de los ejércitos de las naciones, comandados por un individuo llamado “la bestia”, quien es la cabeza del sistema babilónico. Se le describe movilizándose hacia Jerusalén, donde él y sus tropas intentarán derribar a Jesucristo. Por supuesto, estos ejércitos serán destruidos y Jesucristo comenzará entonces a reinar sobre las naciones de la Tierra.
Sin embargo, hay una cosa que aún debe ocurrir antes de que Jesucristo pueda gobernar eficazmente: el diablo será encarcelado, tal como leímos en Apocalipsis 20, para así eliminar su influencia sobre la humanidad durante el resto del período milenario.
Un período literal de mil años
Los siguientes versículos mencionan los mil años y describen las condiciones específicas que existirán durante ese período.
Apocalipsis 20:4 se refiere a aquellos que se sentarán en tronos, diciendo que vivirán y reinarán con Cristo durante el Milenio. Se les dará la autoridad de ejercer juicio, por ser leales y fieles seguidores de Jesucristo y por haberse rehusado a transar con el camino de vida que Dios les reveló, incluso arriesgándose voluntariamente a perder
sus vidas.
El libro de Daniel también predijo que a los santos —es decir, los que hayan sido santificados y apartados, los verdaderos siervos de Dios— se les daría un reino literal: “. . . el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán” (Daniel 7:27).
Las personas fieles que reinen con Cristo sobre todas las naciones durante aquel tiempo, habrán tenido que vencer al mundo en esta era. Tal como Jesús promete: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones . . . [y] al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apocalipsis 2:26; 3:21).
Solo aquellos que no se conformen a los caminos de este mundo, sino que venzan al mundo por medio de Jesucristo, serán quienes se “sentarán en tronos” y juzgarán (o gobernarán) la Tierra con él.
Solo aquellos que estén viviendo según los mandamientos de Dios ordenados en la Biblia, obedeciendo sus leyes, estarán calificados para administrar el gobierno de Cristo y sus leyes durante su gobierno de justicia.
La primera y la segunda resurrecciones
Regresando a Apocalipsis 20, se nos dice en el versículo 6: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”.
Los santos, que también son llamados las primicias de Dios,serán resucitados a vida espiritual inmortal en lo que la Biblia llama “la primera resurrección”. Pero si hay una primera resurrección, ¿significa entonces que hay otras que le siguen?
El libro de Apocalipsis continúa expo-niendo una increíble verdad, que muy pocos comprenden.
El versículo 5 responde a la pregunta de qué ocurrirá después del Milenio. El “resto de los muertos” vivirá nuevamente en un periodo de juicio, en el cual tendrá la oportunidad de conocer a Dios y su Palabra. Increíblemente, las personas que no hayan oído o comprendido lo suficiente acerca de la verdad de Dios, no habiendo sido llamados en esta era, serán llamados en una era futura — específicamente, cuando los mil años hayan concluido.
Una vez resucitados, se pararán frente al Eterno, y los libros de la Biblia serán abiertos para ellos (vv. 11-12), lo que significa que por fin podrán comprender las Escrituras. En esta era actual el entendimiento correcto de los libros de la Biblia ha sido limitado, por lo que aquella será la oportunidad de oír y comprender para todos aquellos que nunca hayan escuchado acerca del plan de salvación.
Las Escrituras hablan de los resucitados en la primera resurrección, mil años antes, diciendo que “la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos”, pero aquí, refiriéndose a la segunda resurrección, dice otra cosa. Estas personas, que serán la gran mayoría de quienes hayan vivido a lo largo de la historia, son resucitadas como seres humanos físicos, aún sujetos a sufrir una segunda muerte si toman malas decisiones. Pero también podrán arrepentirse y volverse a Dios, y recibir el mismo don de la vida eterna entregado a quienes resucitarán en la primera resurrección.
Satanás es soltado —¿por qué?
Apocalipsis 20 también menciona que el diablo será soltado al final del Milenio, lo cual es un enigma para muchos: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar” (vv. 7-8).
El versículo 9 dice: “Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió”.
¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué permite Dios que Satanás salga del pozo del abismo, donde fue confinado mil años antes, para que vaya a engañar a las naciones nuevamente?
El panorama se aclara cuando uno se da cuenta de que en ese momento el mundo habrá estado libre de la presencia del diablo durante los mil años de su encierro. Las personas que estén vivas al inicio del Milenio habrán pasado por la espantosa tribulación al fin de nuestra era, y formarán el cimiento de la población mundial durante ese período de mil años.
Las personas que nazcan y vivan durante este tiempo no sabrán lo que es el gobierno y el engaño del diablo sobre el mundo —solo sabrán lo que otros les cuenten al respecto—, y las generaciones que nazcan durante este período de mil años únicamente conocerán el mundo de Dios.
Un mundo en perfecta paz
Algunas de las grandes profecías sobre el Milenio registradas en Isaías 2:2-4 nos proporcionan una idea más clara de cómo será tal periodo: “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa del Eterno como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte del Eterno, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas”.
Una vez que el Milenio comience, no habrá enseñanzas ni religiones falsas. La gente conocerá bien los caminos de Dios y los aplicará gustosamente.
Este período de tiempo será extraordinario: mil años de paz ininterrumpida. Se les enseñará a los pueblos las leyes de Dios, y la gente disfrutará los frutos y la prosperidad del Reino de Dios y sus caminos.
En la Biblia encontramos una magnífica descripción de algunos animales salvajes que no dañarán a la gente ni se alimentarán de animales más débiles, como siempre ha sido el caso. El famoso pasaje “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará . . . el león como el buey comerá paja”, describe escenas literales de un mundo en paz (Isaías 11:6-8) y de la armonía que habrá entre los seres humanos, que se ve claramente en el siguiente versículo.
El versículo 9 concluye: “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar”.
El diablo comandará una gran rebelión
Pero, ¿por qué permitirá Dios que el diablo salga a confundir nuevamente a las naciones? Consideremos esto: el mundo se verá libre por primera vez de sus ardides. Durante mil años, la humanidad no conocerá ni las mentiras ni los caminos torcidos de Satanás. Esto es algo muy positivo, pero como este será un tiempo de salvación para todos los seres humanos y el propósito de Dios es que estén en su Reino para siempre, ellos deberán aprender a escoger el camino correcto cuando se vean confrontados a la tentación o el engaño.
¿Serán capaces de resistir? ¡Por supuesto que sí! Sin embargo, tal como la gente en la actualidad, muchos no podrán contrarrestar la atracción que el diablo ejercerá sobre sus deseos egoístas elementales. Si una persona no ha tomado la firme decisión de escoger el amoroso camino de Dios en cada instancia, obedeciendo su ley, será susceptible a este tipo de tentación y engaño. Obviamente, algunas personas en ese tiempo no tomarán la decisión correcta de ser fieles a Dios y a Jesucristo.
¿En qué consistirá ese engaño? Probablemente Satanás usará la mismas palabras que le dijo a Eva para ponerla en contra de Dios, tal vez algo así: “Dios no te está diciendo todo. Tú puedes obtener muchísimo más si solo me sigues a mí y haces las cosas a mi manera”.
La gente será influenciada por estos pensamientos, llenándose de ira y rebelán-dose en contra del buen gobierno de Dios. Los seres humanos se convencerán de que les puede ir mejor por su propia cuenta.
La rebelión en contra del reino de justicia de Dios se propagará entre una significativa parte de la población. La Biblia se refiere a éstos como Gog y Magog, y compara su rebelión internacional a una gran fuerza que se reunirá en contra del gobierno de Cristo a principios del Milenio (vea Ezequiel 38-39). Pero el plan de Satanás para Gog y Magog fracasará, tal como ha fracasado su intento de destruir la obra redentora de Dios en la actualidad. El camino de Dios es el que mejor funciona. El camino egoísta de la competencia solo acarrea violencia y produce daño a todos. Dios no tendrá otra opción que destruir misericordiosamente a aquellos que se rebelen en su contra.
Preparaciones para la segunda resurrección
A estas alturas, el diablo será removido permanentemente para que nunca más engañe ni tiente a nadie. Solo entonces Dios podrá ejecutar la siguiente etapa de su plan; la Tierra será restaurada y convertida en un hermoso huerto, que producirá abundante alimento para los miles de millones que volverán a vivir en el período de la segunda resurrección mencionado anteriormente.
Cuando ellos resuciten a la vida, la verdad de Dios les será muy fácil de entender y podrán aprender los caminos del Eterno y creer libremente en ellos, sin las maquinaciones del diablo para disuadirlos. En su vida anterior ellos ya habían experimentado sus artimañas y mentiras; ahora tendrán su primera oportunidad —no la segunda— de obtener la salvación, tal como otros que los precedieron.
El Milenio que se avecina será un período muy emocionante para el hombre. La era en la cual vivimos actualmente acabará en un rotundo fracaso, pero en la siguiente era la humanidad por fin alcanzará la paz y prosperidad gracias al liderazgo justo y amoroso de Jesucristo. Las barreras para alcanzar el éxito serán eliminadas, incluyendo la influencia de Satanás.
Usted debe saber que la próxima era será un paso vital en el plan de Dios para traer la salvación a toda la humanidad, cuyo advenimiento se celebra mediante la observancia de la Fiesta de los Tabernáculos ordenada en la Biblia.
La Iglesia de Dios Unida, que publica esta revista, observa esta fiesta que ha sido ordenada por Dios como anticipo de esa era venidera de paz y prosperidad. Nosotros creemos que la observancia de la Fiesta de los Tabernáculos es necesaria, porque nos ayuda a prepararnos para el rol que Jesucristo nos está ofreciendo. Él desea que seamos reyes y sacerdotes y reinemos con él, a fin de convertir al mundo en el lugar que debiera ser.
¿Está usted preparándose para la próxima era?