¿Cómo debemos prepararnos para los críticos acontecimientos del tiempo del fin?
La Palabra de Dios contiene muchas profecías acerca de sucesos peligrosos y con mortales consecuencias que devastarán el mundo en vísperas del retorno de Jesucristo. También advierte seriamente a quienes creen en Dios y tienen oídos para oír. Note lo que Dios nos dice que hagamos, tomando en cuenta los críticos tiempos en que vivimos:
“Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida. De otra manera, aquel día caerá de improviso sobre ustedes, pues vendrá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Estén siempre vigilantes, y oren para que puedan escapar de todo lo que está por suceder, y presentarse delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:34-36, NVI).
“Estad alerta, velad; porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado. Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados, asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta. Por tanto, velad, porque no sabéis cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer” (Marcos 13:33-35, La Biblia de las Américas).
“Ellos se mantienen alerta porque no saben si el dueño de la casa va a llegar en la tarde o en la mañana, a media noche o en la madrugada. De igual modo, ustedes deben estar alerta, pues yo podría venir de repente y encontrarlos durmiendo. Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todo el mundo: ¡Estén siempre alerta, vigilen todo el tiempo!” (Marcos 13:35-37, Traducción en Lenguaje Actual).
“Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis” (1 Tesalonicenses 5:6-11).
“Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3).
La Palabra de Dios nos entrega abundantes instrucciones a fin de prepararnos espiritualmente para estos acontecimientos: “no durmamos. . .
velemos y seamos sobrios. . . [vístanse con] la coraza de fe y de amor y con la esperanza de salvación como yelmo. . . estén siempre vigilantes. . . alerta. . . oren para que puedan escapar de todo lo que está por suceder. . . oren. . . arrepiéntanse. . .”
El apóstol Pablo describe vívidamente la actitud, el enfoque y la predisposición de la humanidad en los tiempos del fin: “Debes saber también que en los últimos días, antes de que llegue el fin del mundo, la gente enfrentará muchas dificultades. Habrá gente egoísta, interesada solamente en ganar más y más dinero. También habrá gente orgullosa, que se creerá más importante que los demás. No respetarán a Dios ni obedecerán a sus padres, sino que serán malagradecidos y ofenderán a todos. Serán crueles y violentos, no podrán dominar sus malos deseos, se llenarán de odio, dirán mentiras acerca de los demás, y odiarán todo lo que es bueno. No se podrá confiar en esos orgullosos, porque actuarán sin pensar. En vez de obedecer a Dios, sólo harán lo que les venga en gana” (2 Timoteo 3:1-4, TLA).
Al fin de esta era, hombres y mujeres serán extremadamente egoístas y centrados en sí mismos. Se cegarán ante las crecientes señales de peligro a su alrededor, y serán tomados por sorpresa. Si no seguimos las instrucciones de Dios de mantenernos sobrios, vigilantes y en guardia, correremos el riesgo de dormirnos y no estar espiritualmente preparados —y por lo tanto, ¡deberemos sufrir las consecuencias de nuestra desidia!
(Este recuadro ha sido adaptado de nuestro Curso Bíblico gratuito. Usted puede descargar las lecciones o solicitarlo en iduai.org).