El perdón sí es posible

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El perdón sí es posible

Perdonar a otros puede ser muy difícil, especialmente cuando nos han lastimado profundamente. Tampoco es fácil admitir nuestro error y buscar perdón cuando somos nosotros quienes hemos cometido una falta. Sin embargo, ¡ambos aspectos del perdón son absolutamente indispensables!

El perdón constituye la esencia misma de la fe, la convicción y el proceder de un cristiano. Solamente por la gracia de Dios podemos ser salvos (Efesios 2:5, 8), y esa gracia es el fundamento de su perdón por nuestros pecados (Efesios 1:7). Tal perdón es posible gracias al amor de Dios y el sacrificio de su Hijo Jesucristo (Juan 3:16-17). Nunca debemos tomar esto a la ligera, y tenemos que hacer todo lo que sea necesario para recibir el perdón inicial de Dios por nuestras faltas pasadas. Y luego, por todo el resto de nuestras vidas, debemos pedirle diariamente que nos perdone cualquier nueva falta que hayamos cometido (1 Juan 1:9).

Para recibir el perdón continuo de Dios es absolutamente esencial que extendamos misericordia y clemencia a los demás por los agravios que nos han causado (Mateo 6:14). En este estudio veremos cuánto se enfatiza todo esto a través del Nuevo Testamento.

El camino para aprender a perdonar puede ser largo y tortuoso, pero mediante la amorosa guía de Dios es posible deshacerse de mucho resentimiento, rencor y amargura.

Emprenda ahora mismo el camino hacia un perdón duradero y significativo. ¿Cómo? Perdonando a otros y esforzándose por buscar y recibir perdón, especialmente de parte de Dios.