Carta de Servicios Ministeriales y de los Miembros

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Carta de Servicios Ministeriales y de los Miembros

Estamos viviendo en tiempos sin precedentes. En los casi 65 años que he vivido, jamás había ocurrido algo parecido a esta situación del COVID-19. Me sorprende un poco que, en general, la mayoría de los países del mundo parece estar cooperando con las directivas gubernamentales a nivel federal, estatal y local.

A todas luces estos no son tiempos normales. Muchos se preguntan si el cumplimiento de las muchas instrucciones basadas en el sentido común para frenar la propagación del virus refleja una falta de fe. Es un sacrificio distanciarnos unos de otros, porque la mayoría de la gente se beneficia del contacto humano, el tacto y la comunicación personal y cercana.

Pero la Biblia es clara en cuanto a que hay momentos en los que es prudente y mejor para los seres humanos ponerse en cuarentena, para no propagar la enfermedad. Este es uno de esos momentos, de acuerdo a quienes tienen más conocimiento sobre cómo se propagan las enfermedades. Todavía se desconoce mucho respecto al COVID-19.

Hemos seguido observando el sábado y los días festivos anuales durante toda esta crisis, y continuaremos adorando a Dios diariamente. Seguiremos siendo fieles a Dios Padre y a Jesucristo, nuestro Salvador, a pesar de sacrificar el contacto personal entre nosotros durante un tiempo.

Cuando las circunstancias cambien, volveremos a la adoración y al compañerismo “de cerca y en persona” como lo hemos hecho en el pasado.

Estoy muy satisfecho con las respuestas que he recibido de nuestros ministros durante estos tiempos difíciles. Están verdaderamente dedicados a servir a Dios y a todos ustedes en formas que, creo, son agradables a Dios. Gracias por su paciencia durante la implementación que hemos hecho de nuevas formas de transmisión; continuaremos esforzándonos por comunicarnos con ustedes de manera más efectiva. Por favor continúen tendiéndose la mano, más que nunca, y muestren su amor y preocupación mutua mediante llamadas telefónicas y de otras maneras apropiadas a todos sus hermanos locales. Por favor ayuden a su pastor a estar consciente de cualquier necesidad dentro de la congregación, ya sea de ustedes o de los demás. Queremos ayudar y al mismo tiempo tomar medidas razonables para evitar la diseminación del virus.

Recientemente tuvimos una reunión por Internet con todos los pastores regionales de los Estados Unidos [y también se realizó una para los ministros del área hispana dirigida por Mario Seiglie], y me alegra decir que todos estamos trabajando juntos para satisfacer las necesidades de los hermanos.

Cada pastor regional entregó un informe muy alentador que mostró cómo los ministros están haciendo todo lo posible en sus regiones para asegurarse de que cada miembro esté siendo contactado y atendido. Estos tiempos difíciles nos han motivado a todos a ponernos a la altura de este desafío. Como resultado, todos estamos volviéndonos más competentes y confiados en que con la ayuda de Dios aprenderemos mucho de estos tiempos difíciles. Los miembros están mostrando una mayor preocupación por los demás y nos estamos acercando más como pueblo. A menudo, es en la adversidad cuando más crecemos y aprendemos. Estoy agradecido de que haya una gran unidad entre nuestro ministerio y nuestra hermandad en este momento crítico.

Por favor, no duden en pedir ayuda a su pastor. Él quiere proporcionarles la ayuda que necesitan y hará todo lo posible para servirles. Nuestro ministerio nunca está demasiado ocupado para hacer lo correcto. Mientras lidiamos con esta “angustia presente”, tenemos confianza en que, como dice el dicho, “esto también pasará”. ¡Que ese día llegue pronto! EC.