Adelante: ¿Sustantivo, adjetivo, adverbio o verbo?
¿Es la palabra adelante un sustantivo, un adjetivo, un adverbio o un verbo? ¡Buena pregunta! Para mí esto nunca ha estado muy claro, pero tal vez adelante corresponda a todas estas categorías gramaticales.
La interpretación que quiero usar en esta ocasión es la forma verbal, en otras palabras, una categoría gramatical que denota acción. En la Biblia, la palabra adelante aparece en Éxodo 14: “Entonces el Señor le dijo a Moisés: ¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! Y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los israelitas lo crucen en seco” (Éxodo 14:15-16, Dios Habla Hoy).
Este fue un mandato de Dios en la temporada del año correspondiente a la Pascua y al éxodo de Egipto. La nación de Israel dejó atrás el opresivo mundo egipcio y se dirigió hacia la libertad – la Tierra Prometida. ¡Qué acontecimiento y qué momento más gozosos! Sin embargo, esta era también la oportunidad para que Israel llevara a cabo actos de responsabilidad y valentía.
La realidad era que debían cruzar el mar Rojo. Esto era en sí un obstáculo imposible de superar sin algún tipo de milagro divino, pero la orden seguía siendo la de ir adelante. En la Nueva Traducción Viviente el mandato “sigan adelante” es traducido como “[pónganse] en marcha”, lo cual expresa de manera más precisa mis sentimientos.
A menudo medito sobre la forma en que Dios dirige y lidera su obra y lleva a cabo su voluntad por medio de nosotros, sus hijos, tal como trabajó con los hijos de Israel. Él nos asigna una tarea que también tiene grandes desafíos y cuya ejecución a veces requiere un milagro. No obstante, tales desafíos pueden ser superados mediante su intervención y ayuda. He visto esto una y otra vez durante los cincuenta años de mi carrera ministerial, y espero que la poderosa mano de Dios no solo continúe dirigiéndonos sino también librándonos y otorgándonos la victoria y el éxito.
Nosotros también tenemos el mar Rojo frente a nosotros. Somos los agentes de Dios que deben cumplir este mandato profético: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
¿Podemos hacerlo por nosotros mismos o por nuestras propias fuerzas? Por supuesto que no. ¿Puede Dios acaso hacerlo por medio de nosotros? ¡Claro que sí! ¿Qué debemos hacer entonces? ¡Debemos “ponernos en marcha, seguir adelante”!
Y eso es precisamente lo que tenemos la intención de hacer. Nuestros proyectos principales en cuanto a llevar a cabo la obra de Dios son la proclamación del evangelio mediante los modernos medios de comunicación, y el desarrollo de un ministerio dinámico que se preocupe de las necesidades de nuestras congregaciones. No debemos quedarnos esperando y escuchando las voces desalentadoras de quienes nos dicen “¿cuál es el apuro?”
Estamos yendo hacia adelante con la construcción de un edificio para los medios de comunicación que era muy necesario y que estará produciendo una variedad mucho más atractiva y diversa de herramientas para la proclamación del evangelio. Entre ellas se cuentan los pódcasts [archivos de audio descargables de Internet], transmisiones de radio y documentales, y producciones en vivo ante un público en el estudio. Estamos poniéndonos en marcha en este sentido y debemos estar listos para comenzar a finales de este año. El poder de convicción del poderoso Espíritu de Dios será el que abrirá nuestro “mar Rojo”. Sin embargo, tenemos que pedirle a él que haga por nosotros lo mismo que hizo por el antiguo Israel.
La otra área muy importante de nuestra misión es el desarrollo de nuestro ministerio para satisfacer las necesidades de nuestras congregaciones. Nuestros fieles ministros de tantos años están envejeciendo y entrando a una fase de sus vidas que les impide mantenerse a la par de las necesidades de los nuevos conversos y proveer todo lo que una congregación moderna requiere. Por ello, necesitamos seguir adelante y preparar a nuevos líderes. Esto incluye encontrar y contratar a nuevos asistentes ministeriales y capacitarlos para que reemplacen a aquellos que se están jubilando.
Un cuerpo de ministros dinámico y viable es vital para el crecimiento de la Iglesia y estamos haciendo progresos en este sentido. Dios nos ayudará a encontrar y colocar nuevos ministros donde se necesite. Yo veo cómo se está llevando a cabo esto ante mis propios ojos; una vez más, Dios no solo está abriendo nuestro “mar Rojo”, sino también esta ayudándonos a cruzarlo.
Sí, la Iglesia de Dios Unida es una iglesia que sigue adelante, y que aplica la acepción verbal de esta palabra más que ninguna otra. ¡Acompáñenos y ore con nosotros para que podamos discernir qué dirección tomar y qué nos está diciendo Dios para que sigamos hacia adelante!