#099 - Jueces 6-7: "Gedeón, el cuarto Juez"

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"Gedeón, el cuarto Juez"

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Si uno examina las fases que pasa una civilización, puede identificar ciertos patrones en común. Uno de ellos fue elaborado por el historiador inglés Arnold Toynbee. Él decía que las 21 grandes civilizaciones han pasado por un ciclo parecido a las etapas de un ser humano. Primero pasa por la juventud, en la que la nueva civilización, lleno de energía y creatividad irrumpe en la historia. Luego llega la etapa de la madurez, cuando se establece el Estado mayor, normalmente por la fuerza y lleva inexorablemente al abuso y la eventual corrupción del Estado. Se produce entonces la vejez, donde sus instituciones se debilitan por la decadencia para dar lugar a una nueva y más poderosa civilización que toma elementos de la anterior.

En la Biblia vemos otro patrón que es parecido y se repite vez tras vez:

  1. OPRESIÓN
  2. ARREPENTIMIENTO
  3. LIBERACIÓN
  4. OBEDIENCIA
  5. PROSPERIDAD
  6. OPULENCIA
  7. DECADENCIA (declive moral)
  8. INVASIÓN
  9. OPRESIÓN

Esto se ve por primera vez cuando Israel está en Egipto. Dios los libera de la opresión y les da la liberación por medio de Moisés y pasan por la etapa de la juventud. Luego se establecen en su territorio y pasan por la etapa madura de la obediencia bajo Josué. Pero después de la prosperidad, los lleva a la opulencia que termina en la decadencia y la vejez del sistema, un ciclo que se repite en JUECES.

Lo asombroso es que este patrón no sólo se ve en Israel, sino a través de la historia hasta nuestros días. Le sucedió a los Babilonios, a los Persas, a los Griegos, a los Romanos y en tiempos más cercanos a nosotros los latinoamericanos, que bajo la opresión Española, ganaron su libertad y están repitiendo el ciclo de la civilización Occidental. Inclusive, hubo un pequeño ciclo en Chile desde los años 60's hasta nuestros días. De una democracia que llegó a cierta decadencia, vino la reacción fuerte hasta que se agotó en vitalidad y luego comenzó un nuevo ciclo.

En términos de la civilización occidental, de la cual somos parte, que comenzó con las revoluciones en los 1800's usando el modelo democrático. ¿Cuánto durará? En su segundo siglo, hemos tenido dos grandes guerras y ya saben lo que nos depara con una siguiente. Muchos indicios apuntan a un agotamiento moral y espiritual que según el patrón de la historia finalmente conlleva a conflictos llenos de barbarie, tal como se mencionan en Apocalipsis. De modo que el libro de Jueces es también un libro de principios históricos cuyas experiencias se han repetido muchas veces.

Una vez visto este ciclo histórico estamos listos para examinar la vida y los hechos del famoso héroe y juez, Gedeón. El relato de Gedeón nos deja varias valiosas lecciones sobre la fe. Él está incluido en la lista de los hombre de fe en Hebreos 11:32 y estará en la primera resurrección (Hebreos 11:39-40).

Hay unos paralelos espirituales en la lucha de Gedeón contra los madianitas. "Los madianitas son una representación del mundo como el enemigo de Dios y su pueblo. Están muchas veces aliados con Moab, que también simboliza al mundo. Fueron los madianitas y los Moabitas que persuadieron a Balaam a maldecir a Israel y fueron las mujeres madianitas y moabitas las que sedujeron a los jóvenes de Israel. Tal como en este relato, el mundo y sus valores falsos invaden al pueblo de Dios y los saquean hasta que aparece alguien con una fe como la de Gedeón y los 300 valientes que logra expulsarlos" (Unger, p.173).

Como muchos de los hombres que Dios usa, Gedeón no buscó ser el líder de Israel. Dios lo llamó a este cargo, y Gedeón al principio rehusó el llamado. "Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel del Eterno se le apareció, y le dijo: El Eterno está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si el Eterno está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? Y mirándole el Eterno, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre" (Jueces 6:11-15).

La opresión de los madianitas, amalecitas y árabes era devastadora. Cada vez que cosechaban los israelitas, aparecían estas hordas, como langostas (Jueces 6:5), con su "nueva" tecnología militar, los camellos. Estos grandes animales eran más altos que los caballos, y eran muy fuertes y rápidos. "Ningún animal es más útil a los árabes que el camello, no sólo vivo, sin aun después de muerto. Su carne es comestible, aunque no buena. De su pelo se fabrican alfombras, telas para tiendas, sacos para el grano y paño para vestimentas sencillas. Su estiércol, secado al sol, sirve como combustible. La leche de la camella ha sido siempre un alimento importante para los árabes y actualmente es muy apreciada como bebida fresca y saludable" (Diccionario de la Biblia, p. 93).

Ya estudiamos los madianitas en los tiempos de Moisés, cuando huyó de Egipto y se fue a Madián. Más tarde se casó con la madianita, Séfora. Al comienzo fueron amistosos con Israel, pero al unirse a los árabes descendientes de Ismael, se volvieron hostiles y saqueadores.

La única forma de proteger la cosecha era como Gedeón lo hacía, en forma silenciosa. "La pequeña cantidad del grano que estaba trillando, indicada por el uso del mayal en vez de hacerlo pisar por el ganado, el lugar inusitado cerca del lagar, bajo un árbol y sobre la misma tierra, y no sobre un piso de madera, con el fin de no hacer ruido revelan el extremo temor en que vivía el pueblo" (Comentario Exegético, p. 209).

Además, tenían que cavar hoyos para esconder el trigo y hacer habitable las cuevas para no ser hallados. La arqueología ha encontrado algunas de estas fosas: "En las excavaciones de Quiriat-sefer, hechas en 1926-1928 por la expedición bajo Kyle y Albright, se hallaron en el estrato del tiempo de los Jueces muchas fosas escondidas para granos, que indican la inseguridad de la vida y de la propiedad.

A pesar del mandato de Dios, Gedeón aún dudaba de ser capaz de cumplir la ardua misión de derrotar a la multitud de madianitas. No era soldado, era pobre y nadie veía en él a un líder. Entonces le pidió a Dios varias señales para asegurarse de que era Dios el que estaba operando. La primera señal fue la comida consumida en llamas (Jueces 6:21). Gedeón se dio cuenta que estaba ante el ángel del Eterno.

Dios ahora le indica cómo hacerse un nombre para sí como líder. "Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; y edifica altar al Eterno tu Dios" (Jueces 6:25-26). Aquí vemos lo común que era la idolatría en los tiempos de Gedeón. Habían adoptado las costumbres de los cananeos. Es como si un país invasor entrara en Chile y tuviera el mandato de eliminar los santuarios. Quizás lo harían en algunos lugares, pero al ver las estatuas adornadas de plata y oro, las mandas, el fervor y la sinceridad religiosa, algunos respetarían a esas famosas grutas y santuarios. Pronto el lado supersticioso del ser humano saldría a la superficie, pues así no hay que obedecer los mandamientos de Dios sino sólo "negociar" un trato con el dios. "Yo hago algo por ti, “una manda” (de “tu mandas” algo y yo “mando” el pedido que deseo). No piensen que no está vigente el adorar a una imagen en el siglo veinte.

El padre de Gedeón había caído en esta idolatría cómoda y adoraba a Baal y su consorte, Astarte. Como el símbolo de Baal era el toro, normalmente reservaban el mejor toro para ofrecerlo a Baal. Por eso Dios dijo, toma el segundo toro, el único apto pues el otro ya estaba contaminado por la idolatría del padre.

Al amanecer, 'cuando se supo de la destrucción de las imágenes de Baal y Astarte, hubo un tremendo escándalo: "Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera...Y Joás respondió... Si  (Baal) es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar...Aquel, día Gedeon fue llamado Jerobaal, esto es: “Contienda Baal contra él”. El nombre Gedeón significa "talador" y ahora, al ser llamado para una misión, se le cambió su nombre a “destructor de Baal”.

Al enterarse los madianitas que había surgido un líder entre los israelitas, se juntaron con sus aliados en el valle de Jezreel para aplastar a esta insurrección. Les parecía cosa fácil derrotar a estos principiantes, pero no contaban con que Dios los ayudaría. “Entonces el Espíritu del Eterno vino sobre Gedeón” (Jueces 6:34). “Llamado en esta emergencia al servicio de su país, fue investido milagrosamente de sabiduría y energía conmensuradas con la magnitud del peligro y las dificultades de su posición. Su grito de guerra fue obedecido entusiastamente por las tribus vecinas” (Ídem, 206).

Sin embargo, Gedeón cavilaba ante el enemigo. No era un veterano de guerra, ni un general y le pidió a Dios dos señales más. Primero que la piel del cordero, llamado vellón, estuviese mojada al amanecer, pero todo alrededor seco. Luego le pidió lo inverso, y Dios pacientemente cumplió con todos sus pedidos.

Con estas señales cumplidas, Gedeón, lleno de fuerzas y de fe, sale a la batalla en el famoso escenario de ARMAGEDÓN, donde Débora, la juez anterior, con Barac, habían derrotado a los cananeos del norte. En ese entonces, ese valle se llamaba el valle de Jezreel (Jueces 6:33).

El valle de Armagedón es como un vasto anfiteatro con cinco entradas y cinco salidas. Es una extensión triangular de 20 Kms. por 20 Kms. por 30 Kms. Ha sido usado como lugar de batallas desde los tiempos del Faraón Totmes III en 1479 a.C., hasta  la Primera Guerra Mundial, cuando en 1918, el general Inglés Allenby derrota a los turcos en armagedón. Todavía falta una última batalla que esperamos estar vivos para presenciar, pero en el lugar de refugio.

Volvamos ahora alrededor del año 1200 a.C., cuando toma lugar esta batalla. Dios no deseaba usar a muchos soldados israelitas, pues podían pensar que ellos serían los protagonistas. “Y el Eterno dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho… no sea que se alabe Israel contra mí diciendo: “Mi mano me ha salvado” (Jueces 7:2). Así, de 32,000 soldados iniciales, Dios escoge los que “lamen” el agua y no se arrodillan, Fue una prueba de actitudes, pues en los matorrales del arroyo podía estar escondido el enemigo. Así, lo que se arrodillaban mostraban cierto descuido ante el peligro, mientras que los que lamían el agua con la mano y con la otra tenían su arma mostraban ser los más diligentes. Fueron éstos los que escogió Dios. Es una lección de la importancia de hacer nuestros trabajos lo mejor posible, aún hasta en los detalles, pues muestra una actitud de diligencia. Esto se aplica también en las tareas escolares.

Dios le entregó la cuarta señal a Gedeón de estar con él al escuchar lo que decían los madianitas. Los 300 hombres se apostaron alrededor del campamento madianita y a la medianoche hicieron un tremendo ruido al romper cántaros de greda, y tomaron antorchas para parecer muchos y tocaron fuertemente las trompetas. Esto causó un gran pánico en las tropas adormecidas y Dios hizo que lucharan entre sí en la oscuridad hasta que los sobrevivientes huyeran. El resto de Israel los estaba esperando, y se libraron de la opresión de los madianitas.

El ejército de Gedeón ataca a los madianitas por la noche