#093 - Josué 1-5: "Jericó; las doce piedras"

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#093 - Josué 1-5

"Jericó; las doce piedras"

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Llegamos al libro de Josué, primero en la segunda sección del Antiguo Testamento. Cristo mencionó las tres divisiones del Antiguo Testamento cuando dijo: "era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos" (Lucas 24:44). El libro de Josué comienza la sección de los profetas. El orden original del Antiguo Testamento es el siguiente:

LA LEY DE MOISÉS

 GÉNESIS, ÉXODO, LEVÍTICO, NÚMEROS Y DEUTERONOMIO 

LOS PROFETAS

JOSUÉ, JUECES, SAMUEL, REYES, ISAÍAS, JEREMÍAS, EZEQUIEL, LOS DOCE PROFETAS MENORES 

LOS SALMOS O ESCRITOS

 SALMOS, PROVERBIOS, JOB, CANTAR DE CANTARES, RUT, LAMENTACIONES, ECLESIASTÉS, ESTER, DANIEL, ESDRAS, NEHEMÍAS, CRÓNICAS

El orden que tenemos nosotros es de la versión griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, que colocó los libros en forma temática y cronológica y no en forma original, pero son los mismos libros.  

Así iniciamos la sección de los profetas con Josué, donde no aparecen más leyes, sino que ahora vemos si se aplicarán o no. Están por entrar en la Tierra Prometida, promesa hecha a Abraham unos 400 años antes (Génesis 15:13-16). Según el cálculo más preciso que tenemos esto abarcaría los 400 años desde la muerte de Abraham en 1797 a.C. hasta 1397 a.C., cuando Israel conquista la tierra de Canaán, que duró seis años. Recuerden que el éxodo fue de 40 años, desde 1443 hasta 1403 a.C. Comenzamos en el libro de JOSUÉ, según lo mejor que entendemos, al principio del año 1402 a. C., y celebran la pascua de ese primer año de la conquista. 

Dios comienza el relato animando a Josué: "Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas" (Josué 1:7). Algunos religiosos piensan que seguir a Dios es volverse afeminado, débil o cobarde. ¡DE NINGUNA MANERA! En vez, se requiere de gran valor, hombría y firmeza. El Apóstol Pablo dice lo mismo: “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos” (1 Corintios 16:13).

Luego esa segunda generación de Israel se compromete a obedecer fielmente a Josué: "De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que el Eterno tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. Cualquiera que fuere rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente" (Josué 1:17-18). Los períodos de transición son a menudo difíciles. El pueblo nunca tendría a otro Moisés "quien haya conocido al Eterno cara a cara" (Deuteronomio 34:10), pero sabía que Josué había sido ordenado por Moisés y "fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él" (Deuteronomio 34:9). Es muy importante respetar siempre a quien el líder de Dios haya señalado para sucederle, todos los demás son líderes ilegítimos que se rebelan y levantan tras sí un grupo. No se les ha puesto las manos para ese oficio y desafían a Dios (1 Corintios 14:33-40).

La primera ciudad cananea que será conquistada es Jericó, fortaleza estratégica que cierra la única entrada hacia el interior de Israel por esa zona. Como buen comandante, Josué primero desea saber todo lo posible sobre las fortificaciones y el estado de ánimo del adversario. En términos espirituales para nosotros es el principio de conocer al adversario: "para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones" (2 Corintios 2:11).

Josué envía a dos espías que entran "secretamente" a Jericó.  

Jericó tiene la fama de ser la ciudad más antigua del mundo y con muy buenas razones para serla. "Un promontorio alargado conocido como Tell es-Sultán cubre los restos del Jericó prehistórico y del Antiguo Testamento. Un copioso manantial brota constantemente y llena el moderno oasis. La fuente atrajo colonizadores (desde la edad de piedra, o Neolítica) y es la ciudad más antigua que se conoce en el mundo. Al estar a 25 mts. bajo el nivel del mar, Jericó tiene un clima semitropical. Las temperaturas alcanzan a 48 ºC. en el verano, y la caída anual de agua es 10 cms. Sin embargo, sus valores estratégicos siempre han superado sus desventajas. La ciudad dominó el mercado de la sal, el azufre y el betún. Jericó fue destruida en el siglo XIV a.C., presumiblemente por el ejército de Josué y dejó de ser una ciudad de importancia hasta los tiempos del Nuevo Testamento" (Diccionario Bíblico Arqueológico, p. 358).

Jericó ha sido excavada extensamente durante este siglo y las últimas conclusiones son ¡que precisamente calzan con el período y la descripción en el libro de Josué! 

Los arqueólogos descubrieron que la ciudad era tan bien fortificada que tenía dos grandes muros de tal forma que aunque los invasores pudieran escalar el primero, quedarían atrapados entre los dos. Era tan extensa la separación entre los dos muros, que las personas humildes habían construido casas en este lugar, muchas apoyadas contra el primer muro y con ventanas hacia afuera. Así se describió la casa de Rahab: "Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba en el muro de la ciudad, y ella vivía en el muro" (Josué 2:15).  

Rahab es un ejemplo de cómo una persona inconversa, si se arrepiente y acepta el camino de Dios, no sufrirá las consecuencias del castigo de Dios. Ella hace la confesión de la fe: "Sé que el Eterno os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que el Eterno hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán… Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque el Eterno vuestro Dios es Dios de arriba en los cielos y abajo en la tierra… Ellos le respondieron: "...haremos contigo misericordia y verdad" (Josué 2:9-14). Más tarde Rahab es protegida e integrada a la religión de Israel. Ella dejó de ser una ramera y se convirtió en un fiel miembro del pueblo de Dios. Está en la lista de los héroes de la fe en Hebreos 11:31: "Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz". Además, ¡Ella fue parte de la ascendencia de David y de Cristo! "Salmón (esposo de Rahab) engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David...y Jacob engendró a José...de la cual nació Jesús" (Mateo 1:5-16). Vemos lo que la fe es capaz de hacer y que Dios no hace acepción de personas (Gálatas 2:6). 

Los espías vuelven e informan que "el Eterno ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros" (Josué 2:24). Sin embargo, había un gran problema para llegar a Jericó: el río Jordán. "La naturaleza torcida e irregular del río… serpentea de un lado a otro por el valle y mide 321 Km. En gran parte del río hay corrientes rápidas… el río mucha veces inunda todo el valle bajo como lo hizo cuando Israel cruzó para habitar en Canaán… El río en la parte de Jericó mide 60 metros de ancho y tiene una profundidad de 3 a 6 metros" (Geografía Bíblica,  65). 

Con fe y las instrucciones de Dios, los sacerdotes con el arca de Dios plantan sus pies en el río Jordán y "los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos… y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó… y todo Israel pasó en seco" (Josué 3:15-17). ¡Qué gran milagro! Era parecido a lo que ocurrió en el Mar Rojo, pero esta vez fue un testimonio para una nueva generación. 

Además, podían dejar un testimonio para futura generaciones. Dios ordenó a Josué que tomara doce piedras del río y que levantara un monumento como recuerdo. "Para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué significan estas piedras? les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca del pacto del Eterno; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron; y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre… Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras… Porque el Eterno vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros, hasta que habíais pasado, a la manera que el Eterno vuestro Dios lo había hecho en el Mar Rojo" (Josué. 4:6-7,20-23). 

También Josué mandó que apilaran en medio del río doce grandes piedras, una por cada tribu, para que cuando volvieran las aguas, las futuras generaciones pudieran ver que el cruce fue una realidad y no una leyenda. En sentido simbólico, nosotros tenemos “doce piedras” para que nuestros hijos sepan lo que Dios está llevando a cabo – son las 7 Fiestas santas de Dios. Cada año, repasamos los grandes eventos que Dios ha llevado a cabo o que cumplirá en el futuro. La Pascua es un ejemplo de la primera "piedra": "Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro? vosotros responderéis: Es la victoria de la pascua del Eterno, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas" (Éxodo 12:26-27). El mundo desconoce el Plan de Dios porque no "reconoce" estas piedras conmemorativas que están en medio de su Palabra como señales para entender sus verdades. 

Antes de conquistar a Jericó, el pueblo debe santificarse. Como muestra de la desobediencia de la primera generación, ni siquiera habían circuncidado a sus hijos. "Pues todos los del pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo que había nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no estaban circuncidados...por cuanto no obedecieron la voz del Eterno… A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó" (Josué 5:5-7). 

Luego, celebran la Pascua en Gilgal y comienzan los Días de Panes sin Levadura. En el primer día, termina el maná para siempre y comienzan a comer frutas y pan dentro de la Tierra Prometida. Así Dios cumple su promesa a los patriarcas.  

Durante ese tiempo, Josué ve un poderoso soldado entre él y Jericó. Le pregunta de qué parte está. Se identifica el varón como "Príncipe del ejército del Eterno" y Josué lo adora. Luego le dice el varón: "Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo”. Sabemos que está prohibido adorar a ángeles (Apocalipsis 19:9-10), por lo tanto, no era un ángel sino una manifestación del Verbo, quién llegó a ser Jesucristo. Es otra apariencia más del Verbo enviado por Dios el Padre. En este sentido, Dios el Padre también es el Eterno cuando se manifiesta el verbo y habla de Dios el Padre.