#056 - Éxodo 23: "Leyes sobre las Fiestas Santas"

Usted está aquí

#056 - Éxodo 23

"Leyes sobre las Fiestas Santas"

Descargar
56exodo23 (318.72 KB)

Descargar

#056 - Éxodo 23: "Leyes sobre las Fiestas Santas"

56exodo23 (318.72 KB)
×

Ahora llegamos a la otra parte de las leyes suplementarias que Dios le entregó a su pueblo luego de darles los 10 mandamientos. Tienen que ver con las Fiestas Santas de Dios.

"Tres veces en el año me celebraréis fiesta. La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo" (Éxodo 23:14-16).

Esta es la primera vez que Dios hace referencia a las fiestas de la siega (Pentecostés) y de la cosecha (Tabernáculos). Como verán esto es un resumen de las Fiestas Santas pues el énfasis es sobre las tres temporadas del año donde deben presentarse ante Dios. La primera es la temporada de los panes sin levadura que abarcaba ocho días – la Pascua y los siete días siguientes. Había que viajar con la familia por eso no sólo se guardaba una y se volvía a su hogar, sino que se guardaban como una unidad.

La siguiente temporada, unos dos meses después era la de Pentecostés, nombre que tomó esta fiesta de la siega de la primavera, pues se debía contar cincuenta días desde el sábado durante la fiesta de panes sin levadura. Pentecostés es la palabra griega que significa "contar cincuenta". En esta ocasión, el viaje era breve, por un fin de semana largo donde se quedaban para el sábado y el domingo que correspondería a Pentecostés.

La tercera vez que viajaban para las Fiestas Santas era en el otoño, como nos dice, "a la salida del año". Aquí vemos que era justo al finalizar la cosecha otoñal, antes del invierno cuando todo el mundo se recogía a sus hogares para pasar la temporada fría y la tierra recuperaba su vigor al dejarla descansar.

Este era el tercer viaje y muchas veces la estadía duraba tres semanas. El principio del séptimo mes se iniciaba con la Fiesta de las Trompetas. Algunos volvían a sus hogares, pero otros que vivían más lejos, se quedaban, normalmente con familiares, para guardar diez días más tarde el Día de Expiación, un día de ayuno para todo el pueblo. Cinco días más tarde comenzaba la Fiesta de los Tabernáculos que se extendía por siete días y terminaba con otra fiesta, el Último Gran Día.

Por eso, había que comenzar con tiempo para llegar a cada temporada de las fiestas y de ese modo no perder ninguna. Un ejemplo de esto se nota con la premura que el Apóstol Pablo mostró para llegar a esas fiestas en Jerusalén. "Y llegó a Éfeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere" Hechos 18:19-21). Esto, según la cronología de sus viajes lo pone en el otoño del año 52 d.C. y la fiesta mencionada como la de Tabernáculos. Dos capítulos más tarde, de nuevo Pablo está apurado, "pues se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si fuese posible, en Jerusalén" (Hechos 20:16).

Así vemos que las Fiestas Santas se podían agrupar en tres temporadas. Los detalles de todas las Fiestas Santas se encuentran en Levítico 23.

¿Por qué entonces no guardan estas fiestas santas el mundo cristiano?

De acuerdo a la historia, sí las guardó por más de un siglo desde que la verdadera iglesia se fundó en el año 31 D.C. La famosa controversia sobre la Pascua en el 14 de Nisán o Abib comenzó alrededor del año 135 D.C. La verdadera iglesia, esa pequeña manada, siguió guardando fielmente las fiestas santas y el sábado, pero la falsa iglesia prevaleció con sus poderes romanos a partir del siglo cuarto.

Otro motivo importante por no guardarlas en el cristianismo tradicional fue el confundir las fiestas santas con las fiestas nacionales en la Biblia. Juntaron los dos grupos como si fueran uno y lo pusieron como parte del judaísmo.

La diferencia clave entre estas dos clases de fiestas es que las fiestas nacionales fueron constituidas por el hombre mientras que las fiestas santas fueron establecidas por Dios. Por ejemplo, en Ester 9:26-27 leemos de una fiesta nacional establecida por los judíos llamada Purim, que aún guardan hoy día: "Por esto llamaron a estos días Purim, por el nombre Pur. Y debido a las palabras de esta carta, y por lo que ellos vieron sobre esto, y lo que llegó a su conocimiento, los Judíos establecieron y tomaron sobre sí, sobre su descendencia y sobre todos los allegados a ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días según está escrito tocante ellos, conforme a su tiempo cada año... que estos días de Purim no dejarían de ser guardados por los judíos, y que su descendencia jamás dejaría de recordarlos".

Sin embargo, las fiestas santas de Dios no fueron establecidos por el hombre y son parte del sistema de adoración puesto en marcha por Dios. Estas fiestas no son tradiciones de hombres sino una forma integral que emana del cuarto mandamiento – el observar el sábado y los demás días santos de Dios. Noten que en Éxodo 22:12-14 y en Levítico 23, el mandamiento sobre el sábado incluye las Fiestas Santas de Dios: "Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca. Tres veces en el año me celebraréis fiesta".

¿Qué sucedió entonces cuando el mundo del falso cristianismo rechazó esta señal del pueblo de Dios (Éxodo 31:17)? Pues tuvieron que sustituir las Fiestas santa con otras. Pero no había más en la Biblia, por eso, fueron a las fiestas afuera (paganas) y las "cristianizaron"

Ejemplos de esto tenemos a la Semana Santa que sustituyó la Pascua y los Panes sin Levadura. Esto fue hecho por Roma cerca del año 135 D.C. al no querer guardar el sábado y las fiestas santas.

Noten lo que comenta al respecto Ralph Woodrow en su libro Babilonia, Misterio Religioso: "Dado que nuestro verdadero Salvador, el Señor Jesucristo, resucitó en realidad (no en forma de plantas o naturaleza), y como su resurrección tuvo lugar en primavera, aunque un poco antes del festival pagano de viejos tiempos, no fue muy difícil para la Iglesia del siglo cuarto (para esta época ya se había apartado de la fe) mezclar el rito pagano de la primavera con la celebración cristiana de la resurrección del Señor. De este modo ambos lados eran atraídos a la Iglesia profana. Hablando de esta unión, la Enciclopedia Británica dice: "El cristianismo incorporó en su celebración de la gran fiesta cristiana muchos de los ritos y costumbres paganos del festival de primavera pagano".

"La evidencia cristiana es clara: la presente costumbre de la Semana Santa no es cristiana. Sus costumbres son simplemente una mezcla de paganismo con cristiandad. Algunos creen que podemos tomar estas costumbres y usarlas para dar honor a Cristo. Después de todo, razonan, ¿no piensan la mayoría de los cristianos en Cristo durante esta temporada? A pesar de que los paganos adoraban al sol de cara al Este, ¿no pueden los cultos de Pascua al amanecer ser en honor de la resurrección de Cristo? ¿No resucitó verdaderamente el Señor el domingo por la mañana?... En otras palabras, algunos creen que podemos tomar todas estas ideas y creencias paganas y en vez de aplicarlas a dioses falsos, usarlas para dar gloria a Cristo. A primera vista, parece ser un buen razonamiento, pero esta idea de añadir costumbres paganas al culto del Dios verdadero está absolutamente condenada por la Biblia (vea Deuteronomio 12:30-32).

"Habiendo adoptado el festival pagano de primavera de Ishtar o Easter en la Iglesia apóstata, fue natural el adoptar también la antigua costumbre del ayuno que precede al festival de primavera. Este período de cuarenta días antes de la Pascua, se conoce como Cuaresma. En tiempos pasados estos cuarenta días eran observados con llantos, ayuno y maceraciones por Tammuz. La observación de este período en honor de Tammuz no solamente era conocida en Babilonia, sino también por los fenicios, los egipcios y por un tiempo, incluso entre el pueblo escogido por Dios cuando cayó en apostasía (Ezequiel 8)".

Este es sólo un ejemplo de cómo se infiltraron las fiestas paganas en el cristianismo tradicional, pero les dará una idea que se repite una y otra vez.

Sin embargo, en vez de concentrarse mucho en la sórdida historia de las fiestas falsas, enfoquemos en el maravilloso significado de las Fiestas Santas. En la imagen principal, tenemos en detalles una explicación de cada una de las Fiestas de Dios:

Como se puede notar, cada fiesta santa es un paso en el Plan de Salvación de Dios. El mundo desconoce por completo este plan y por tanto, no sabe por qué fue puesto en este planeta. No obstante, está claramente expuesto en la Biblia.

Dios tiene etapas en su llamamiento de los seres humanos. Ahora sólo una pequeña “manada" tiene acceso a las verdades de Dios, pero en el Milenio, estas verdades serán conocidas por todo el mundo. "porque la tierra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar" (Isaías 11:9).

Este llamamiento en etapas está ilustrado en las dos cosechas anuales en Israel y que determinaban la "salvación física" de la nación, pues sin estas dos cosechas, vendría el hambre y la muerte". De modo que Dios usó estas cosechas como un elemento integral en las fechas y el significado de sus tres La fiesta de la Pascua y Panes sin Levadura daba comienzo a partir del domingo de esa semana la cosecha de cebada que terminaba unos dos meses más tarde en la Fiesta de Pentecostés. Esta era una cosecha menor y la grande era en el otoño, justo antes de las Fiestas otoñales que debían ser de gran celebración, pues los alimentos estaban recogidos y podían pasar el invierno seguros y tranquilos.