¿Qué recibirán para Navidad?

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¿Qué recibirán para Navidad?

A pesar de que la fiesta de la Navidad se promociona como “la época más maravillosa del año” para los niños y las familias, el triste hecho es que acarrea serios problemas a ambos.

A los jóvenes se les enseña a enfocarse más en lo que obtendrán para la Navidad que en el verdadero significado de la venida de Jesucristo. Y entre gente de todas las edades abundan terribles falsedades sobre esta celebración, junto con objetivos y búsquedas erróneas.

La presión para incurrir en deudas

Cierto relato habla de tres niños en una familia que querían sus propias computadoras portátiles para juegos, de aquellas muy caras, para jugar y poder mostrárselas orgullosamente a sus amigos. Justo después de Halloween comenzaron su campaña para convencer a sus padres y alcanzar su meta. A principios de noviembre ya sentían que podrían lograr su objetivo para el 25 de diciembre.

Lamentablemente, este había sido un año difícil para sus progenitores. El padre había pasado por un periodo de desempleo debido a despidos obligatorios, y la madre, aunque tenía un alto nivel de educación, estaba subempleada y no había podido encontrar trabajo en su campo de especialización. Los padres simplemente no podían costear tres computadoras a la vez, así que decidieron comprar una al año, comenzando con su hijo mayor.

Pero los niños persistieron. Después de todo, decían, todos sus amigos tenían computadoras de juego. Se quejaron, lloriquearon, rogaron y acosaron a sus padres hasta que estos simplemente se rindieron y terminaron endeudándose con su tarjeta de crédito. Con toda seguridad esperaban que esto hiciera felices a sus hijos para la Navidad.

Varios meses después, los padres seguían pagando cuentas de Navidad . . . con más de 17 % de interés.

Esta historia tan común ilustra uno de los inconvenientes que presenta la celebración de la Navidad. El “espíritu de la temporada” puede llevar a los muchachos a quejarse e importunar hasta que consiguen lo que quieren. Los padres son presionados hasta que se rinden y terminan comprando regalos que la familia no puede costear. De hecho, algunos seguirán pagando la deuda de la tarjeta de crédito durante casi un año entero, ¡hasta la siguiente temporada navideña! Y deberíamos preguntarnos: ¿acaso los pucheros, pataletas y la manipulación hasta conseguir lo que se quiere son la forma de desarrollar un carácter duradero en los niños? Los adultos maduros saben que este no es el camino hacia el éxito real y perdurable.

¿Es esto lo que quiere Jesús? Al igual que muchos, probablemente usted se ha percatado de que algo no encaja en esta ilustración. Nuestro Salvador vino a la humanidad para dar. Entonces, ¿por qué debe usarse la Navidad para enseñar la forma de obtener? Piense también en cuántas conversaciones con amigos a finales de diciembre empiezan con la pregunta, “¿Y qué te dieron para Navidad?”

¡Cuán lamentable es que el día que supuestamente se debe dedicar a la adoración de Jesucristo conlleve a que, por el contrario, nuestros hijos se enfoquen en sí mismos, enfatizando que es permisible ser codicioso!

Mentir como parte del encanto

Un segundo problema relacionado con la Navidad es la mentira intencional a los niños acerca de Papá Noel y toda la mitología que lo rodea, a fin de hacer que esta festividad sea emocionante y mágica para ellos. La participación de importantes figuras de autoridad en este engaño (incluyendo a los padres, abuelos, maestros, pastores y funcionarios públicos), junto con las empresas y los medios de comunicación, transmiten a los niños el mensaje de que al fin y al cabo en ciertas situaciones mentir es permisible e incluso recomendable. Y en la medida que crecen, esto puede llegar a provocar en los niños desconfianza en los padres y otras figuras de autoridad.

A finales de 1800, una joven estadounidense con el nombre de Virginia O’Hanlon le preguntó a su padre si Papá Noel existía. Su padre le sugirió que escribiera una carta a The Sun, un periódico de la ciudad de Nueva York. Ella escribió:

“Querido editor, tengo ocho años. Algunos de mis amiguitos dicen que Papá Noel no existe. Papá dice: ‘Si el periódico The Sun dice que es así, así es’. Por favor, díganme la verdad. ¿Existe Papá Noel?”

La carta fue contestada por un editor llamado Francis Pharcelus Church. Su respuesta se inmortalizó con la famosa frase, “Sí, Virginia, Papá Noel existe”. Incluso cien años después, este artículo “es el editorial más reimpreso de cualquier periódico en el idioma inglés” (Wikipedia, “Yes, Virginia, there is a Santa Claus”, [Sí, Virginia, Papá Noel existe]).

“De hecho, la frase ‘Sí, Virginia, . . .’ se ha convertido en . . . una expresión idiomática para insistir en que algo es cierto” (ibíd.).

Y si bien algunos elogian este editorial por su supuesto valor filosófico, ¡el hecho es que este famoso artículo está plagado de mentiras! ¡De hecho, toda la fiesta de Navidad está plagada de mentiras! Sin embargo, la mayor parte de la sociedad felizmente se une a esta engañosa “diversión”.

Incluso el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD, según sus siglas en inglés), organización conjunta de Canadá y los Estados Unidos para la defensa de Norteamérica, se involucró y por décadas ha pretendido rastrear los viajes de Papá Noel a través del hemisferio norte. Un artículo de Reuters explica cómo esta tradición se hizo popular:

“Los orígenes del seguimiento de Papá Noel se remontan a 1955 . . . cuando un anuncio local para hablar directamente con Papá Noel imprimió el número de teléfono equivocado, dirigiendo en vez a los niños a un centro de operaciones de defensa militar. El seguimiento de la trayectoria de Papá Noel comenzó desde ese punto, cuando los oficiales de turno empezaron a contestar las preguntas de los niños . . .

“Por más de 50 años el NORAD ha seguido la trayectoria del jubiloso Papá Noel, pero en la actualidad la tecnología ayuda a los niños y familias a encontrar la ruta de Papá Noel con más exactitud desde sus propios hogares . . . Los niños pueden descargar aplicaciones en sus celulares para ver a Papá Noel y sus venados atravesando el globo. Además, pueden llamar o enviar un correo electrónico al centro de comando para obtener las coordenadas” (Lauren Keiper, “NORAD’s Santa Tracking Set to Launch on Christmas Eve” [El rastreo de Papá Noel por parte del NORAD será lanzado en Nochebuena], 23 de diciembre de 2011).

La perpetuación de esta enorme mentira es considerada un maravilloso obsequio para los niños, mientras que exponer la mentira es visto como algo que arruina la diversión y que prácticamente es malvado y perverso. ¿De qué manera puede ser positiva la promoción de esta mentira? Tito 1:2 muestra que Dios “no miente”.

Dios nos advierte que no debemos deleitarnos en las mentiras ni exigir a otros que mientan. Dice en Isaías 30:8-10: “Ahora ve y escribe estas palabras; escríbelas en un libro. Así quedarán hasta el fin de los tiempos como testigo de que este es un pueblo rebelde y terco que se niega a hacer caso a las instrucciones del Señor. Les dicen a los videntes: ¡Dejen de ver visiones! Les dicen a los profetas: No nos digan lo que es correcto. Dígannos cosas agradables, cuéntennos mentiras” (Nueva Traducción Viviente, énfasis nuestro en todo este artículo).

Como parte de la verdadera adoración de Jesús, los padres deben enseñarles a sus hijos lo que las Escrituras realmente dicen en cuanto a la verdadera historia del nacimiento de Jesús y la verdad sobre la celebración de la Navidad. He aquí parte de lo que descubrirían:

Jesús no nació en pleno invierno

Varios factores dejan muy claro que el nacimiento de Jesús no ocurrió en la temporada de la Navidad. Uno de ellos es el censo que se llevó a cabo a través de todo el Imperio romano cuando él nació, como leemos en Lucas 2:1-3: “Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad”.

Considerando la increíble eficiencia de los Romanos y su empeño por obtener una cuenta precisa, los meses de invierno en Jerusalén difícilmente hubiesen sido un buen tiempo para conducir un censo. El mal tiempo habría causado que muchos se quedaran en sus casas y esto hubiera retrasado el proceso. Una estación más templada para llevar a cabo el censo hubiera sido la decisión lógica.

Costumbres paganas, el dios sol y el 25 de diciembre

En su definición de “Navidad”, la Encyclopaedia Britannica en línea dice esto respecto al comienzo histórico de esta celebración:

“El origen preciso de la asignación del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de Jesús no está claro. El Nuevo Testamento no proporciona ninguna indicación al respecto. El 25 de diciembre fue identificado por primera vez como la fecha del nacimiento de Jesús por Sexto Julio Africano en 221 y más tarde se convirtió en la fecha universalmente aceptada. Una explicación generalizada del origen de esta fecha es que el 25 de diciembre era el día de la cristianización de dies solis invicti nati (‘día del nacimiento del sol no conquistado’), una fiesta popular en el Imperio romano que celebraba el solsticio de invierno como un símbolo del resurgimiento del sol, el fin del invierno y el anuncio del renacimiento de la primavera y el verano.

“De hecho, después de que el 25 de diciembre se aceptara ampliamente como la fecha de nacimiento de Jesús, algunos autores cristianos frecuentemente hicieron la conexión entre el renacimiento del Sol y el nacimiento del Hijo. Una de las dificultades que presenta esta teoría es que sugiere una disposición deliberada por parte de la iglesia cristiana para adoptar un festival pagano, cuando la Iglesia primitiva se esforzaba por distinguirse categóricamente de las creencias y prácticas paganas”.

Sin embargo, la institución ampliamente considerada como la Iglesia de Dios en este tiempo posterior en realidad se había alejado de la Iglesia primitiva, tanto en creencias como en prácticas.

Leemos esta solemne advertencia en Jeremías 5:30-31: “Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos [en vez del Espíritu Santo de Dios]; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?” La Nueva Traducción Viviente traduce esta pregunta como “¿qué harán ustedes cuando todo esto llegue a su fin?”

Sí, la gente tendrá que responder al único Ser que importa por participar en la difusión de mentiras sobre lo que equivale a un falso salvador. Si realmente estuviésemos interesados en adorar adecuadamente a Dios y a su Hijo Jesús, aprenderíamos a adorarlo “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24), y de ninguna manera mediante la propagación de mentiras y tradiciones paganas.

La costumbre de dar regalos en Navidad no se originó con los reyes magos

Los obsequios de los magos en el relato bíblico sobre los acontecimientos que rodearon el nacimiento de Jesús generalmente son considerados como los predecesores del intercambio de regalos durante la Navidad. Pero estos hombres sabios le dieron regalos a él, no los intercambiaron entre sí.

Veamos brevemente los obsequios que trajeron los sabios. Leemos en Mateo 2:11: “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”. Estos obsequios eran sumamente simbólicos.

El oro era un regalo que se le daba a la realeza; en este caso, fue dado a quien reinaría como “Rey de reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 19:16). El oro también simboliza el carácter perfecto y justo de nuestro Señor y Salvador, que era Dios en la carne.

El incienso era usado en la adoración de Dios en el tabernáculo y el templo por el sumo sacerdote de Israel (Éxodo 30:34-37). También es un símbolo del rol intercesor de Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote.

La mirra era un regalo que simbolizaba el sufrimiento, la muerte y el entierro de Jesús. Cuando murió, su cuerpo fue envuelto en una mezcla de mirra y áloe que pesaba 45 kilos (Juan 19:39).

Así, aquellos regalos en realidad fueron símbolos proféticos de la vida, obra y muerte de Jesús. La práctica moderna de intercambiar regalos con amigos y parientes no tiene nada que ver con el relato verdadero.

La costumbre de dar obsequios en Navidad se originó en el intercambio de regalos durante la Saturnalia romana y otras manifestaciones del festival pagano de invierno.

Dé el regalo de la verdad

La afirmación de que Jesús nació el 25 de diciembre es una mentira impuesta a nuestros hijos junto con otras tradiciones navideñas. Ya sea por el editor de un periódico, el respetado NORAD, o muchas otras fuentes, nuestros hijos están siendo engañados.

La historia muestra que las costumbres que rodean a la Navidad tienen que ver más con la promoción de una deidad pagana que con hablar del verdadero Cristo de la Biblia.

Además, permitir que los niños se obsesionen con adquirir cosas para sí mismos y que se quejen e importunen para alcanzar el “éxito” no les enseña en lo absoluto el verdadero camino al éxito. Por el contrario, más tarde tal conducta los hará enfrentar muchas dificultades.

¡Una pizca de verdad es mejor que mil mentiras! ¡La observancia de la Navidad no está basada en la Biblia en lo más mínimo! Al revés, la Biblia la condena. Los padres deben enseñarles a sus hijos lo que la Biblia dice porque esta, la Palabra de Dios, es la verdad (Juan 17:17).

Aprenda y viva según el verdadero evangelio de la Biblia y ayude a sus hijos a hacer lo mismo adoptando la vida, las enseñanzas y la obra redentora que nuestro Señor y Salvador llevó a cabo. ¡No hay mejor regalo que les pueda dar a sus hijos! BN