¿Podría suceder de nuevo?

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¿Podría suceder de nuevo?

Fue la epidemia más mortal en la historia de la humanidad. Dio la vuelta al mundo en unos pocos meses, matando a más de 50 millones de seres humanos. Algunas ciudades y pueblos vieron morir a miles de personas en pocas semanas. En algunas aldeas remotas, más de la mitad de la población murió. La epidemia surgió de la nada, enfermó y mató a millones, y luego desapareció tan rápido como había llegado.

Por sorprendente que parezca, esta epidemia horriblemente mortal no ocurrió en la Edad Media, ni en la época de las oleadas de peste bubónica que devastaron Europa hace centurias, sino hace apenas un siglo.

La epidemia de gripe española que recorrió el globo desde septiembre de 1918 hasta marzo de 1919 dejó unos 50 millones de muertos, según los cálculos. Si esta cifra es exacta, quiere decir que a raíz de esta pandemia hubo tantas víctimas como en los peores brotes de la peste bubónica en los siglos anteriores.

Los científicos todavía están tratando de desentrañar los secretos de aquella pandemia. ¿Cómo fue posible que un virus de la gripe, conocido principalmente por su capacidad de provocar dolores, fiebre y tos, se convirtiera en algo tan mortal?

Los epidemiólogos calculan que si un virus de gripe mortal similar surgiera hoy, los viajes modernos permitirían que se extendiera por todo el mundo en cuatro días en lugar de los cuatro meses que tardó en 1918. La reciente y rápida propagación del Covid-19 lo confirma: según algunos cálculos, ¡hoy en día podrían morir entre 100 y 200 millones en una pandemia similar!

En los últimos años los investigadores han empezado a descubrir que el mundo de los microorganismos es mucho más diverso e inestable de lo que habían pensado. A medida que las nuevas tecnologías han permitido a los científicos develar y estudiar la composición genética de los seres vivos, algunos de sus descubrimientos son cada vez más desconcertantes.

La increíble variedad y diversidad de formas de vida que vemos a nuestro alrededor se refleja en el mundo microscópico y también en nuestro entorno, pero en gran medida sin ser vista ni notada. Así como las personas y los animales se reproducen y transmiten sus diversos rasgos genéticos a su descendencia, también lo hacen las demás criaturas diminutas que nos rodean.

Y ocasionalmente ocurren mutaciones. En el caso de los virus, ello suele significar una disminución de la malignidad. Pero en algunos casos la nueva forma es más dañina, y los científicos creen que esto es lo que ocurrió en 1918. Aparentemente una cepa de gripe mutó y se traspasó de animales a personas. Esa cepa luego se propagó por todo el mundo debido al masivo movimiento de soldados y civiles durante el caos de la Primera Guerra Mundial y sus repercusiones posteriores.

Al parecer, en algún momento el virus mutó aún más. Su composición genética difería tanto de otras cepas de gripe, que muchas personas no tenían inmunidad natural y por lo tanto se encontraban indefensas. El virus mutado cobró millones de víctimas antes de completar su ciclo y aparentemente desapareció.

Esta transmisión de animales a personas no carece de precedentes. El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y el virus del Ébola también se traspasaron de animales a seres humanos, y nuestra falta de resistencia natural es la razón por la que estos virus han matado a tantos.

Algunos investigadores creen que el virus de la gripe de 1918 migró primero de las aves a los cerdos antes de propagarse a los seres humanos, y por eso es que a veces nos enteramos de la matanza periódica y frenética de pollos, patos y gansos en algunos países asiáticos cuando una cepa de gripe diferente salta de estas aves domésticas a las personas.

Y aunque los funcionarios de salud se preocupan con razón por la continua devastación provocada por el virus VIH, que causa el SIDA (el cual sigue matando a cerca de un millón de personas al año), y los ocasionales brotes mortales de ébola o algo similar, su verdadera preocupación es otra pandemia de gripe mortal. Por eso se han preocupado tanto por la pandemia del Covid-19.

¿Podría volver a ocurrir una catástrofe mundial como el brote de gripe de 1918? Por el momento, parece que la pandemia del Covid-19 no será tan mortal como se temía. Pero ha tenido un terrible impacto global en varias otras formas, y todavía se desconoce mucho al respecto. Por ejemplo, es demasiado pronto para saber si permanecerá inactiva en los meses de verano más cálidos del hemisferio norte solo para resurgir con fuerza en climas más fríos, como lo hizo la variedad de 1918 cuando cobró aún más vidas que en su primera oleada.

Y dado que el uso generalizado de una vacuna está todavía lejos, aún existe mucha preocupación. El impacto total de la tambaleante economía global está por verse, muchas cosas pueden suceder antes de que el mundo regrese a cierta apariencia de normalidad.

Los medios de comunicación han estado informando incesantemente sobre esta pandemia actual, pero algo ha faltado: algún tipo de perspectiva bíblica sobre esta calamidad y su efecto en el mundo y, más aún, sobre usted.

Lo animamos a leer los artículos de esta edición para descubrir lo que la Biblia tiene que decir sobre tales epidemias y su efecto sobre la humanidad, así como la realidad profética de epidemias mucho peores que aun están por venir.

Ahora que gran parte del mundo está paralizado y a la gente se le dice que se quede en sus casas, es un buen momento para que meditemos sobre dónde estamos espiritualmente, para considerar lo que Dios quiere y espera que hagamos, y para tomar decisiones que quizás hayamos postergado por demasiado tiempo.

¡La Palabra de Dios tiene mucho que decirnos en tiempos como estos! Pero tenga en cuenta que más allá de los terribles tiempos que vendrán, según la profecía, nos espera el tan prometido mundo de mañana. Para descubrir más acerca de esta magnífica era futura, asegúrese de descargar o solicitar nuestra guía de estudio gratuita El Evangelio del Reino de Dios. ¡Usted necesita esta perspectiva bíblica! BN