Los efectos secundarios y desconocidos de la pornografía: Para nuestros lectores jóvenes

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Los efectos secundarios y desconocidos de la pornografía

Para nuestros lectores jóvenes

La cultura moderna está saturada de pornografía: se halla por todas partes, y es fácil encontrar imágenes y videos sexualmente explícitos en Internet y muchos otros lugares. Pero esto es solo una parte del problema: las imágenes y videos que revelan un poco menos, a menudo denominados “porno blando”, están literalmente por todas partes. Los temas y las imágenes sexuales son muy comunes en el cine, la televisión, las revistas e Internet. Es algo ineludible.

El uso habitual del sexo en los medios de comunicación y el fácil acceso a la pornografía hacen la vida muy difícil. Los jóvenes de ambos sexos que están aprendiendo a seguir el modo de vida de Dios, ¡tienen que luchar para combatir sus efectos nocivos! Dios creó el sexo para que fuera una bendición cuando se utiliza correctamente. Pero su uso incorrecto lo convierte en una maldición, llenando la vida de consecuencias negativas.

¿Cómo podemos mantener una visión sana y equilibrada del sexo con tanta pornografía a nuestro alrededor? No podemos eliminar la pornografía de la cultura que nos rodea, pero sin duda podemos decidir cómo reaccionamos ante esas influencias. Jesús dijo que para contrarrestar las facetas oscuras y pecaminosas de su cultura, los cristianos deben esforzarse por vivir su vida en la luz (Juan 12:35). Es decir, debes llenar tu vida de acciones que sean verdaderas y correctas.

Comprender claramente la diferencia entre ver pornografía y el uso correcto de la sexualidad es la herramienta más eficaz para resistir su tenebrosa seducción. Es posible elegir un camino mejor, lleno de luz.

Examinemos tres mitos comunes sobre la pornografía en oposición a la verdad de la sexualidad correcta:

MITO Nº 1: LA PORNOGRAFÍA ES INOFENSIVA Y SATISFACTORIA

Gran parte de la sociedad no cree que la pornografía sea un problema grave. Al igual que otras formas de pecado, a menudo se la considera como “algo que hace la gente”. Algunos van más allá en su aceptación pasiva, tratándola como una travesura infantil que simplemente debe pasarse por alto. Lamentablemente, muchos la aceptan abiertamente, creyendo que es una forma razonable de “divertirse un poco”.

Pero la verdad es que, en esencia, la pornografía es mala. Esto significa que no hay formas adecuadas o aceptables de consumirla, y que hacerlo solo produce consecuencias negativas. Entre otros efectos nocivos se hallan:

Expectativas sexuales engañosas

Relaciones inestables o desdichadas

Dificultad para expresarse

Dificultad para relacionarse con los demás

Ansiedad y/o depresión

Enfermedades de transmisión sexual (si se practica lo que se ve)

Irónicamente, tanto los que producen como los que consumen pornografía corren un alto riesgo de sufrir estos efectos indeseables y muchos más. A pesar de hacerla parecer atractiva y muy placentera, trabajar en la “industria del sexo” o ser un consumidor del producto acarrea resultados muy dolorosos.

VERDAD Nº 1: EN UN MATRIMONIO LEGíTIMO, EL SEXO ES INOFENSIVO Y AGRADABLE

El propósito de Dios fue que el hombre y la mujer “fueran una sola carne”, tanto en lo físico como en lo espiritual, dentro de un matrimonio amoroso (Génesis 2:21-25). Dios no creó el sexo como un deber forzoso con el único fin de la procreación. Al contrario, es una forma profundamente placentera de forjar un vínculo único y duradero entre marido y mujer. Dentro de los límites seguros de un matrimonio responsable y amoroso, el sexo no es más que una bendición de Dios, “libre de preocupaciones” (Proverbios 10:22, Traducción en Lenguaje Actual).

MITO Nº 2: LA PORNOGRAFÍA MUESTRA CÓMO ES EL SEXO

Como joven, es natural querer aprender sobre el sexo y qué se siente. Sin embargo, ¡ver pornografía es la peor opción para encontrar las respuestas adecuadas! Más aún, la mayor parte de la pornografía es una producción con un libreto cuidadosamente planeado, escenificada, ensayada y editada. El resultado, como ocurre con muchas otras formas de medios de comunicación, está lleno de actuación, exageración y falta de realidad.

Siendo claros, es probable que la experiencia sexual de una persona normal sea muy diferente de lo que muestra la pornografía. Esas diferencias entre lo que muestra la pornografía y lo que ocurre realmente en la vida normal causan verdaderos problemas. En vez de servir como preparación para disfrutar del sexo como debe ser, te arrebata el verdadero gozo que conlleva, el que Dios había planeado.

En la pornografía, el sexo es solamente físico, y los personajes finalmente son solamente objetos al servicio de los deseos de otros en vez de personas que merecen amor. Esta es una prueba de la realidad: ¡a las personas no les gusta que las traten como objetos! Tu futuro esposo o esposa no tolerará el tipo de comportamiento que promueve la pornografía, ni debería.

VERDAD Nº 2: LA SABIDURÍA DE LA BIBLIA
–NO LA PORNOGRAFÍA– TE PREPARA
PARA UNA VIDA SEXUAL PLENA

Esto podría sorprenderte, pues la sociedad está empecinada en desvirtuar lo que la Biblia prohíbe hacer en cuanto al sexo. En todo caso, el sexo es, al fin y al cabo, un intercambio de actos y emociones dentro de una relación. La especialidad de la Palabra de Dios es el éxito en las relaciones, especialmente en lo que se refiere al amor sincero y la preocupación por los demás.

La satisfacción sexual depende mucho más de que los individuos expresen amor y preocupación mutuos que de cualquier aspecto físico del acto en sí. Si quieres saber cómo disfrutar del sexo, procura aprender cómo tener un matrimonio feliz. Cuando las acciones recíprocas entre un esposo y su esposa se basan en un carácter virtuoso, las bendiciones físicas de la intimidad ocurren de forma natural.

Además, ten en cuenta que, cuando sea necesario dentro del matrimonio, existen muchos recursos de educación sexual verdaderamente útiles que pueden proporcionar información muy directa y práctica, sin ninguno de los efectos secundarios indeseados de la pornografía.

Cuando tú, como joven, tengas inquietudes sobre el sexo, pregúntales a tus padres. Te sorprenderá lo mucho que saben. Ellos pueden ayudarte a atravesar la confusa e incorrecta maraña de información que tanto abunda en la sociedad. Más aun, les encantaría ayudarte a comprender cómo aplicar el diseño de Dios en tu vida desde ya, y prepararte para las bendiciones que él quiere para tu futuro.

MITO Nº 3: LA PORNOGRAFÍA SATISFACE EL DESEO SEXUAL

La verdad es que la pornografía no satisface nada, ni física ni emocionalmente. De hecho, solo te deja más insatisfecho, y de forma más profunda y peligrosa. La creencia de que ver pornografía puede producir los mismos resultados que los que se producen al disfrutar el sexo en la realidad, según fuimos diseñados, es ridícula.

El material pornográfico es la “droga de iniciación” de la sexualidad. Consumir un poco suele llevar a consumir más y más, hasta volverse incluso una adicción. Dicho material no proporciona un “sustituto” o una “alternativa”, como algunos afirman. Al contrario, hace que el consumidor sea más propenso a involucrarse en sexo ilícito, añadiendo consecuencias aún más negativas.

VERDAD Nº 3: EL SEXO MAL UTILIZADO NUNCA ES SATISFACTORIO

A la sociedad le gusta pensar que, en los humanos, el sexo es una necesidad puramente física. Que al igual que la necesidad de comer o de dormir, o el instinto animal de procrear, uno simplemente satisface la necesidad como le dé la gana. Pero esto sencillamente no es cierto. La historia de la humanidad abunda en consecuencias físicas y emocionales negativas debidas a esta forma de pensar. No te dejes engañar: el sexo solo satisface cuando se disfruta correctamente.

El apóstol Pablo escribió: “Pues la voluntad de Dios es . . . que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa [o su cuerpo] en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia . . . que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano” (1 Tesalonicenses 4:3-6, énfasis añadido). Y advirtió, además: “Huid de la fornicación . . . mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (1 Corintios 6:18). Y, por supuesto, también daña nuestra mente, como enseñan otros pasajes.

Estas afirmaciones resumen el problema de la pornografía. Es un fraude enorme y trágico que perjudica a todos los que participan de ella.

La tentación de ver pornografía es inevitable y grande.

¡No cedas!

Como hombres y mujeres jóvenes llamados por Dios, con su ayuda pueden resistir y permanecer en control de la tentación. Dios creó el sexo para bendecir tu vida con un placer real, tanto físico como emocional.

Bien vale la pena esperar. Escoge no conformarte con una trampa tan engañosa y perjudicial. BN