Llegan los BRICS: ¿Están contados los días de la hegemonía del dólar?

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Llegan los BRICS

¿Están contados los días de la hegemonía del dólar?

Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 fueron los más mortíferos en la historia de Estados Unidos: destruyeron vidas y dañaron la economía. Sin embargo, según lo que la mayoría podía percibir, estaba surgiendo otra amenaza a largo plazo para el poderío estadounidense.

La Bolsa de Nueva York experimentó su mayor caída en un solo día hasta ese momento, empeorando una recesión que ya afectaba al país. Como el dólar estadounidense era una moneda de reserva internacional en una economía cada vez más globalizada, el mundo entero sintió el doloroso impacto. Con este telón de fondo, se hizo notar el poderío financiero emergente de varias economías grandes y en rápida expansión, como se destaca en una tesis de Goldman Sachs titulada “Building Better Global Economic BRICs” [“Cómo construir mejores BRICs económicos mundiales”]. BRIC es un acrónimo compuesto por las iniciales de Brasil, Rusia, India y China.

Con el correr del tiempo, los países BRIC se dieron cuenta de que eran más fuertes juntos que separados. Mientras realizaban su primera cumbre como grupo de naciones, un artículo de Euronews informó que estaban haciendo un llamado para tener “un sistema monetario internacional más ‘diversificado, estable y predecible’”, y Rusia en particular pretendía socavar el estatus de divisa de reserva del dólar estadounidense (“BRIC Wants More Influence” [“BRIC quiere más influencia”], 16 de junio de 2009). Los países BRIC representaban entonces el 15 % de la economía mundial, el doble de una década antes.

Al año siguiente Sudáfrica se unió al grupo, que pasó a conocerse como BRICS. En 2012 la coalición acordó crear su propia organización como alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, dominados por Estados Unidos.

Demos un salto hasta hoy, y la gravedad de la situación para Estados Unidos y el celebrado dólar del cual deriva su poder está saliendo a la luz. Los países de todo el mundo, especialmente los que se han visto afectados por las sanciones económicas estadounidenses, podrían empezar a acudir en masa al BRICS. Más de una docena de naciones están compitiendo por unirse al bloque.

Un nuevo orden mundial

Según ciertos cálculos, la expansión del grupo de países BRICS que está bajo consideración “crearía una entidad con un PIB (Producto Interno Bruto)un 30 % mayor que el de Estados Unidos, con poder sobre más del 50 % de la población mundial y el control del
60 % de las reservas mundiales de gas” (“The New Candidat Countries for BRICS Expansion” [“Los nuevos países candidatos a la expansión de los BRICS”], Silk Road Briefing, 9 de noviembre de 2022).

Esto presagia problemas futuros para el dólar, lo que a fin de cuentas podría ocasionar graves problemas a Estados Unidos. Las naciones BRIC trabajan actualmente en una nueva forma de moneda, según el vicepresidente de la Duma Estatal rusa, Alexander Babakov. Dicha moneda podría estar respaldada por el oro (o quizá más probablemente vinculada a su valor), elementos de tierras raras u otros grupos de productos, no descartándose la posibilidad de una moneda única de los BRIC (“BRIC Working on a New Form of Currency-State Duma Deputy Chairman” [“Los BRIC trabajan en una nueva forma de moneda: Vicepresidente de la Duma Estatal”], Sputnik, 30 de marzo de 2023).

El Consejo Mundial del Oro informó que los bancos centrales están acumulando oro “al ritmo más rápido registrado en los dos primeros meses de 2023” (“‘Central Banks’ Gold-Buying Spree: Implications for the Global Economy and Investors” [“‘Frenesí de adquisición de oro de los ‘Bancos Centrales’: Sus implicancias para la economía global y los inversionistas”], Forbes, 10 de abril de 2023). Entre los mayores compradores se encuentran Rusia, China e India, encabezados por Singapur.

Además, “por primera vez en la historia, la participación de los países BRICS en la economía mundial ha superado a la de las naciones del G7 (Grupo de los Siete, foro político intergubernamental conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido). En términos sencillos, la paridad del poder adquisitivo [PPA] es una medida que acuerda un tipo de cambio teórico mediante el cual se puede comprar la misma cantidad de bienes y servicios en todos los países. Los economistas ajustan el PIB utilizando la PPA cuando comparan la fuerza económica entre distintas economías.

“Mientras que la cuota del PIB de las naciones del G7 basada en la PPA se redujo del 50.42 % del PIB mundial en 1982 al 30.39 % en 2022, la cuota del PIB de las naciones BRIC aumentó del 1.66 % en 1982 al 31.59 % en 2022” (“How BRICS Countries Have Overtaken the G7 in GDP Based on PPPs” [“Cómo los países BRIC han superado al G7 en el PIB basado en la PPA”], The Times of India, 9 de abril de 2023).

Por ahora, sin embargo, una moneda de reserva alternativa adoptada por estas naciones todavía representaría un porcentaje relativamente pequeño del comercio internacional en comparación con el dólar.

Cómo escapar de la trampa del dólar

A pesar de su crecimiento, las naciones BRICS se enfrentan a sus propios y enormes problemas económicos, y algunas se han visto limitadas hasta ahora por una “trampa del dólar”. Dado que la mayor parte del comercio internacional mundial se realiza en dólares estadounidenses, una trampa del dólar obliga al banco central de un país a mantener cantidades masivas de instrumentos de deuda estadounidenses para evitar que su propia moneda suba demasiado en comparación con el dólar (malo para las exportaciones) o baje demasiado (malo para las importaciones). Una nueva moneda de reserva internacional de los BRICS, respaldada por el valor de los metales preciosos, podría ofrecer una salida a la trampa del dólar y, al mismo tiempo, sustituirlo en la escena mundial.

Por ejemplo, en marzo China contaba con más de 3.1 billones de dólares en sus reservas de divisas para mantener su moneda, el renminbi (RMB, cuya unidad es el yuan), fijada en relación al dólar para mantener funcionando su maquinaria exportadora. Para aumentar o disminuir el valor del RMB en los mercados internacionales, China debe comprar y vender grandes cantidades de dólares en los mercados de divisas (FOREX). En consecuencia, China no puede inundar el mercado con los dólares que posee sin perjudicarse a sí misma.

Al mantener tal cantidad de dólares en su banco central, China sostiene el poder internacional del dólar y contribuye a mantener una dependencia mundial de esta divisa. Además, mientras el RMB esté atado al dólar, China seguirá utilizando dólares para intercambiarlos y convertirlos a la divisa que necesite. En esencia, en esto consiste la trampa del dólar.

Pero ¿qué pasaría si los BRICS pudieran proporcionar con éxito una moneda de reserva internacional alternativa, como sugiere Babakov? En tal caso, las enormes sumas de instrumentos de deuda estadounidenses en manos de los bancos centrales (la Reserva Federal estimó en 2017 que hasta el 70 % de todos los dólares se mantenían fuera de Estados Unidos) ya no serían necesarias, al menos no en cantidades tan enormes.

Si los países ya no necesitaran acumular dólares estadounidenses para mantener el comercio, ¿cómo saldaría Estados Unidos su enorme deuda, que ya ha superado la capacidad de pago de la nación? Si los dólares estadounidenses inundan los mercados de divisas, el dólar podría experimentar una pérdida de valor sin precedentes. Esto provocaría una inflación altísima, junto con un devastador cese de pago para el Gobierno estadounidense, y los costos de todo se dispararían.

La creciente influencia de los BRICS

Ahora que los BRICS están empezando a superar al G7 en términos de paridad de poder adquisitivo y PIB mundial ajustado, cada vez más países querrán hacer negocios a la manera de los BRICS. Francia ya utilizó el RMB para eludir el dólar cuando compró gas natural licuado [GNL] a los Emiratos Árabes Unidos a través de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái (“China Completes First Yuan-Settled LNG trade” [“China lleva a cabo primera transacción comercial de GNL en yuanes [divisa china]”, Reuters, 29 de marzo de 2023).

Esto se produjo después de que el presidente de China, Xi Jinping, hiciera un llamado a hacer “pleno uso” del intercambio para el comercio internacional de petróleo y gas. Junto con ese llamado llegó un mensaje de “no interferencia” en los asuntos internos de las naciones que utilizan el RMB, lo que contrasta fuertemente con la voluntad de Estados Unidos de sancionar a los países que aplican políticas internas que no apoya (“China’s Xi Calls for Oil Trade in Yuan at Gulf Summit in Riyadh” [“Xi [presidente de China] llama a comerciar petróleo en yuanes en la Cumbre del Golfo en Riyadh”], Reuters, 10 de diciembre de 2022).

Esto ha llamado la atención de Irán y Arabia Saudita. Seducidos por Pekín y por el potencial de los BRICS, estos países adversarios restablecieron relaciones diplomáticas entre sí, envalentonando a China para ampliar aún más su influencia mundial al ofrecerse como próximo mediador en la paz entre Israel y los palestinos (“China Ready to Broker Israel-Palestine Peace Talks, Says Foreign Minister” [“China lista para arbitrar las conversaciones de paz entre Israel y Palestina, dice el ministro de relaciones exteriores”], The Guardian, 17 de abril de 2023). Las naciones BRICS empiezan a sentirse cómodas asumiendo el liderazgo en la escena mundial.

¿Qué significa esto para Estados Unidos? Aunque la desaparición del dólar no parece inminente, ciertos acontecimientos mundiales catastróficos podrían impulsar a más naciones a abandonar el dólar en favor de una alternativa; y ahora se está abriendo esa vía. Está profetizado que tales acontecimientos cataclísmicos ocurrirán.

Haciendo una analogía con un episodio protagonizado por el  antiguo rey Belsasar, cuyo gran reino cayó súbitamente  mientras brindaba por su propia grandeza, la escritura está en la pared.

Sea cual sea el resultado de este esfuerzo, presagia un grave peligro para la economía estadounidense. La Biblia ha predicho desde hace mucho tiempo una época en la cual Estados Unidos perderá su dominio económico y militar en un reordenamiento del mundo. Actualmente, los factores económicos se están alineando para allanar el camino hacia ese resultado. BN