Las consecuencias del coronavirus: Su impacto económico

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Las consecuencias del coronavirus

Su impacto económico

Aguas inexploradas. Nunca antes visto. Récord histórico. Sin precedentes. Catastrófico. Horrendo.

En algún momento, los adjetivos se agotan.

Es difícil hacer una descripción pormenorizada de la situación económica posterior al coronavirus, o saber por dónde empezar. Es demasiado enorme y tiene muchas aristas. Nadie sabe realmente la destrucción que ha dejado hasta ahora el cierre generalizado y prolongado de millones de empresas.

Muchas preguntas aún están sin respuesta. Grandes interrogantes ocupan las mentes de millones de personas en todo el mundo, particularmente en Estados Unidos, la nación líder en la economía global.

¿Se recuperará la economía? De ser así, ¿cuánto tiempo podría tomar?

¿Se necesitará más incentivo gubernamental?

Después de la nueva normalidad, ¿podremos volver a la antigua normalidad?

¿Cuáles serán las secuelas políticas en el momento de las elecciones?

¿Han cometido Estados Unidos y otras naciones algún tipo de suicidio económico?

Una cosa es segura: las personas que dicen saber lo que sucederá con la economía, sean “expertos” o no, en realidad no lo saben. Todos están especulando u ofreciendo sus mejores hipótesis; pero las cosas no se recuperarán de la noche a la mañana. Una casa que se ha incendiado (al menos parcialmente) no puede restaurarse mágicamente en un instante.

Encuestas informales en un suburbio estadounidense

Durante los últimos tres meses tuve un trabajo temporal de entrega de alimentos a domicilio. Estuve en contacto con miles de personas afectadas de muchas formas por la pandemia del covid-19. Todas tenían una historia que contar, y les hice muchas preguntas. Hice innumerables entrevistas y encuestas informales sobre la marcha.

Según calculo, en las primeras semanas del cierre alrededor del 40 % de los que interrogué dijeron estar sin trabajo, con licencia, o habían sido despedidos definitivamente.

Un empleado de una gran cadena de hoteles dijo que solo tenían un 3 % de ocupación, es decir, prácticamente cero. Varios hoteles tuvieron que cerrar pisos enteros.

Un recepcionista de otro hotel me dijo que 90 empleados de un solo hotel de cierto suburbio habían sido despedidos.

Los ojos de la mayoría de las personas con las que hablé reflejaban miedo, preocupación e incertidumbre.

La gente está preocupada. El hambre y la inseguridad alimentaria se han convertido en un verdadero problema para algunos. En ciudades de todo el país, muchas familias en automóviles esperaban en filas que se extendían por kilómetros para acceder a los bancos de alimentos. Como padre de tres niños pequeños, solo puedo imaginar lo que estaba sucediendo en cada uno de esos vehículos: el llanto, las preguntas, la paciencia obligada, la confusión, la ansiedad, mientras los niños hambrientos esperaban durante horas en una lenta fila para poder comer algo.

De un récord de empleo a un récord de desempleo

Nunca antes tanta gente en todo el mundo se había quedado sin trabajo tan de repente. A diferencia de las cifras extraordinariamente bajas de desempleo en los Estados Unidos a principios de año, en solo dos meses 36 millones de estadounidenses solicitaron el seguro de desempleo. Esta estadística es casi imposible de comprender.

Un titular a principios de mayo reveló una dura imagen de la rapidez con que se derrumbó la economía de Estados Unidos, diciendo: “El informe de empleos del viernes será un retrato de la devastación”.

El artículo decía: “Si se cumple el pronóstico consensuado de los analistas (que los empleadores recortarán 22 millones de puestos de trabajo de sus nóminas), el crecimiento del empleo en diez años de esfuerzo se habrá perdido en solo un mes. La recuperación después de la última recesión fue tardía y lenta, afectando gravemente la vida de millones de personas. Pero Estados Unidos finalmente se había recuperado, y ahora, en un solo mes, el progreso de una década . . . se ha desvanecido. Las cifras pueden parecer muy impersonales, pero detrás de ellas se encuentran las historias únicas e individuales de millones de personas” (Neil Irwin, The New York Times, 7 de mayo de 2020, énfasis nuestro en todo este artículo).

Además, hubo quienes no pudieron obtener sus bonos de desempleo por problemas en el proceso de solicitud:

“Debido a que las agencias de beneficios de desempleo están abrumadas por la presión de las crecientes solicitudes, incluso esa cifra de 36 millones probablemente se queda corta. Un informe del Instituto de Política Económica publicado el mes pasado [abril] reveló que de cada diez personas que intentaban solicitar el seguro de desempleo, tres o cuatro eran rechazadas por el sistema al hacer la solicitud, y otras dos de cada diez dijeron que el proceso era demasiado engorroso como para intentarlo” (Colin Letcher y Mia Sato, How Unemployment Systems Are Failing Workers Around the Nation [Cómo el sistema de desempleo está perjudicando a los trabajadores en todo el país], The Markup, 7 de mayo de 2020).

Este fue el caso de una mujer con la que hablé hace unas semanas. Había sido despedida de una guardería, pero no podía solicitar el seguro de desempleo: el sitio web fallaba constantemente y las líneas telefónicas estaban ocupadas. Lo intentó durante una semana sin éxito. Tal vez finalmente lo logró. Ojalá.

Afortunadamente, el informe de empleos a principios de junio fue más esperanzador de lo que muchos pensaban, ya que se restablecieron 2.5 millones de empleos, principalmente en el sector de restaurantes; pero el desempleo sigue siendo tremendamente alto. Esta es la nueva normalidad económica para los individuos. Pero, ¿qué de las empresas?

Negocios en bancarrota

Si bien el Programa de Protección de Cheques de Pago del gobierno federal de los Estados Unidos ayudó a mitigar parte del problema, el panorama es sombrío para las empresas estadounidenses. Muchas compañías no pueden mantenerse sin ingresos por más de dos o tres meses.

Una encuesta realizada a principios de mayo mostró que el 52 % de las pequeñas empresas en los Estados Unidos posiblemente cerrará sus negocios en los próximos seis meses: “Una nueva investigación publicada hoy por la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos (SHRM, según sus siglas en inglés) advierte que la condición de las pequeñas empresas podría empeorar, ya que el 52 % cree que cerrará sus negocios en un lapso de seis meses. La encuesta . . . evidencia una angustia económica notable y generalizada, expresada en despidos, licencias y pérdida de ingresos” (“Covid-19 Could Shutter Most Small Businesses” [El Covid-19 podría acabar con la mayoría de las pequeñas empresas], comunicado de prensa del Business Wire, 6 de mayo de 2020).

Y varias de las que sobrevivan no piensan volver a contratar a todos los trabajadores que tuvieron que despedir. Un nuevo estudio revela una cruda realidad para los trabajadores que pensaban que sus trabajos los estarían esperando después de que la pandemia disminuyera:

“De las pequeñas y medianas empresas que se vieron obligadas a cerrar durante la pandemia del coronavirus, más de la mitad de sus propietarios encuestados por Facebook dijeron que no volverán a contratar a los mismos trabajadores que tenían antes de la crisis . . . Facebook dijo haber encuestado a 86 000 propietarios, gerentes y empleados de pequeñas y medianas empresas . . .

“El informe destaca el impacto económico prolongado del coronavirus y el efecto especialmente grave que está ejerciendo en las empresas más pequeñas, que no tienen la misma posibilidad de acceder al capital que usualmente tienen las corporaciones más grandes” (Lauren Feiner, Coronavirus Devastating Small Businesses: One-Third Won’t Reopen, 55% Won’t Rehire Same Workers, Facebook Survey Finds [Pequeñas empresas devastadas por el coronavirus: Un tercio no reabrirá, el 55 % no volverá a contratar a los mismos trabajadores, según encuesta de Facebook], CNBC, 18 de mayo de 2020).

Aumentan los despidos y quiebras

Y no solo se ven afectados los negocios familiares. A fines de abril, Google redujo su presupuesto de mercadotecnia a la mitad y congeló la contratación de trabajadores de tiempo completo y por contrato.

Varias otras grandes compañías anunciaron cambios sustanciales. La empresa de hospedaje y viajes en línea Airbnb anunció que despediría al 25 % de su personal. “Es un indicador funesto para la economía tecnológica. Brian Chesky, fundador y director general de la compañía, le dijo al personal . . . que los ingresos de la compañía se reducirían a la mitad y que despedirían a unos 1900 de sus 7500 empleados” (Theodore Schleifer, The Layoffs at Airbnb Cast a Dark Shadow Over Silicon Valley [Los despidos en Airbnb proyectan una sombra oscura sobre Silicon Valley], Vox, 5 de mayo de 2020).

El negocio de transporte de pasajeros Uber “también está en proceso de considerar despidos que podrían representar aproximadamente el 20 % de su personal. Lyft ya ha despedido a cerca del 17 % de su fuerza laboral” (ibíd).

A principios de mayo, el vendedor de ropa J. Crew anunció su declaración de bancarrota, seguida poco después por Neiman Marcus, J. C. Penney y Tuesday Morning. Si algunas de las empresas más grandes de los Estados Unidos están dando este paso, ¿cuántas pequeñas o medianas empresas pueden mantenerse a flote?

Podríamos citar muchos más ejemplos, y aun así solo serían la punta del témpano. El panorama general es preocupante. Estados Unidos y el resto del mundo en general tienen un largo camino por delante para recuperarse. Tiempos difíciles nos esperan; pero aún hay esperanza.

Las anticipadas “predicciones” de Dios

Nadie sabe exactamente qué pasará con la economía nacional y mundial en las próximas semanas y meses. Pero mientras los economistas y expertos hacen sus predicciones especializadas, Dios, que gobierna sobre el universo, ¡ha hecho sus propias “predicciones”, no conjeturas sino profecías infalibles, que serán una realidad gracias a su poder infinito!

En su Palabra, la Biblia, Dios revela lo que le espera a este mundo, incluidos los Estados Unidos de América y otras naciones específicas de habla inglesa. Las promesas y profecías de la Biblia, incluidas algunas ya cumplidas, esbozan una imagen inspiradora, alegre y llena de esperanza sobre el futuro de toda la humanidad.

En estos tiempos difíciles usted puede conocer la verdad sobre el futuro, toda la cual se encuentra en las páginas de la Biblia. Comprender la identidad de los Estados Unidos en la profecía y entender por qué ha desempeñado un papel tan importante en la economía global le abrirá las puertas del conocimiento que cambiarán para siempre su forma de ver el mundo, aun su propio futuro.

Averigüe lo que Dios tiene que decir sobre estos asuntos, manténgase firme en la dirección que le señale, y él lo guiará al mejor resultado posible. BN