La arqueología corrobora las Escrituras

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Los hallazgos arqueológicos en Tierra Santa siguen arrojando luz sobre los tiempos bíblicos y confirmando lo que dicen las Escrituras, en vez de contradecirla.


 

Descubren el campamento de asedio asirio en Laquis y Jerusalén (junio de 2024).

Las Escrituras registran la invasión de la antigua Judá bajo el rey Ezequías por el rey asirio Senaquerib en el año 701 a. C., lo cual es corroborado por inscripciones y obras de arte asirias. Una de las ciudades conquistadas fue Laquis, al sur de Jerusalén, famosa por aparecer representada en los paneles de relieve asirios que se exhiben en el Museo Británico (véase 2 Crónicas 32:9). Las fuerzas de Senaquerib se dirigieron luego a Jerusalén (2 Reyes 18:17).

Al estudiar los relieves asirios, el investigador Stephen Compton tomó nota de la ubicación del campamento de asedio asirio de forma ovalada en Laquis. Y, como explica en el número de junio de 2024 de Near Eastern Archaeology (“Arqueología del Cercano Oriente”), lo relacionó con un montículo amurallado justo al norte, en el que una exploración arqueológica reveló que contenía cerámica del siglo viii a. C., sin uso anterior ni posterior durante siglos. El nombre árabe del lugar era [las ruinas de] Khirbet al-Mudawwara, palabra usada en la Edad Media para referirse al campamento de un sultán o gobernante invasor que se encontraba en otros lugares. Algunos han argumentado que solo significa “lugar redondo”, pero tal explicación parece incorrecta, ya que hay muchos emplazamientos redondos que no tienen ese nombre. Además, algunos excavadores de Laquis siguen pensando que el campamento de asedio estaba al suroeste. Es necesario seguir investigando.

Compton superpuso su boceto de Laquis sobre antiguos mapas aéreos de Jerusalén para encontrar una coincidencia con el campamento allí y halló uno de casi el mismo tamaño al norte de la ciudad, en la Colina de las Municiones (llamada así por haber sido un depósito de armamentos de Inglaterra durante el Mandato Británico en la década de 1930), de forma ovalada. Su antiguo nombre árabe era [montaña de] Jebel el Mudawwara, el mismo nombre de las ruinas. Él concluye, sin un estudio arqueológico en este caso, que esta colina era el emplazamiento del campamento asirio. Además, cree que  aquí se ubicaba Nob, donde los sacerdotes servían en el tabernáculo de Moisés en la época de Saúl y David, ya que Isaías 10:24-32 lo describe como la última parada de los asirios en su camino para atacar Jerusalén (aunque esto puede ser una profecía dual sobre el futuro).

Cuando los británicos salieron de Israel en 1948, el lugar fue tomado por las fuerzas árabes encabezadas por Jordania, donde construyeron trincheras y fortificaciones. En la guerra de los Seis Días de 1967, los israelíes lo tomaron, lo que les permitió conquistar Jerusalén. Hay un monumento en la Colina de las Municiones que rinde homenaje a los soldados israelíes caídos en la lucha por la toma del lugar. Así, los británicos, jordanos e israelíes vieron la importancia militar estratégica de este lugar para controlar y atacar Jerusalén. Quizá los asirios también lo hicieron. Sin embargo, algunos creen que Senaquerib no construyó un campamento, sino solo un bloqueo. La Biblia menciona un campamento (2 Reyes 19:35; Isaías 37:36), y los registros asirios indican fortificaciones, pero no contamos con los detalles. 

En todo caso, la Biblia dice que Dios impidió que las fuerzas de Senaquerib atacaran Jerusalén y las destruyó fácilmente, como relata 2 Reyes 19. Los registros asirios se jactan de haber cercado a Jerusalén, pero no de haber tomado la ciudad.

Encuentran un enorme foso en el lado norte de la Ciudad de David en Jerusalén (julio de 2024). 

Los arqueólogos han encontrado los restos de una enorme zanja, de casi 30 metros de ancho y 9 de profundidad, que atraviesa por completo la parte norte del promontorio conocido como la Ciudad de David, separando esa zona de la elevación que conduce al Monte del Templo, el Monte Moriah. La formación de la estructura se remonta, cuando menos, al siglo ix a. C., después de que la ciudad se convirtiera en la capital de David y Salomón y de los sucesivos reyes de Judá, pero es probable que sea mucho más antigua.

El equipo de excavación y sus directores, Yuval Gadot y Yiftah Shalev, creen que es bastante más antigua, ya que afirman que este tipo de construcciones y canteras suelen remontarse a unos 3800 años de antigüedad. Ello habría sido bajo el pueblo cananeo conocido como los jebuseos. Shalev manifestó: “Si el foso se excavó durante este periodo, entonces su objetivo era proteger la ciudad del norte, el único punto débil de la ladera de la ciudad de David” (ya que el resto estaba rodeado de profundos valles con murallas sobre ellos).

Esto ayudaría a explicar el plan de David para conquistar la ciudad, tal y como se establece en las Escrituras, enviando a sus hombres a través del sistema de agua desde cerca del manantial de Gihón, en la parte baja de la ladera oriental, con la ciudad en lo alto. Algunos se han preguntado por qué no atacó la ciudad desde el norte, pasando por el monte Moriah y bajando por donde podría haber sido más fácil escalar las murallas de la ciudad. Tenía que haber alguna barrera o fortificación considerable en este lado, que los arqueólogos llevan buscando hace unos 150 años. Como dice 2 Samuel 5:6, los jebuseos se burlaron de David diciendo que la ciudad era tan segura que incluso los ciegos y los cojos podrían resistir su ataque.

Y ahora vemos que probablemente en aquella época ahí había un foso enorme que impedía el asalto desde el norte. Por otra parte, es posible que el propio David haya ordenado construir esta zanja para proteger el lado norte de su nueva fortaleza, quizá porque más tarde vio que era necesario debido a la invasión del país por los filisteos luego que él se estableciera en Jerusalén. Sin embargo, lo más probable es que la zanja ya existiera.

Más tarde, David incorporó el monte Moriah como parte de la ciudad en preparación para el templo, que posteriormente Salomón construyó. Salomón también construyó otros edificios en la elevación que conduce al Monte del Templo, llamada Ofel. Además, 1 Reyes 11:27 dice que “cerró el portillo de la ciudad de David su padre”. Parece poco probable que Salomón o un rey posterior de Judá hubieran excavado el foso para dividir la ciudad ampliada.

Se conjetura que el foso siguió sirviendo como una especie de barrera incluso después de que las partes norte y sur se unieran, y también más tarde, entre la élite de la zona de Ofel y los habitantes de clase inferior en el sector sureño de la ciudad. Algunos piensan que pudo haber habido un puente que atravesaba esta barrera o unas escaleras que subían y bajaban. Está claro que la zanja se rellenó mucho más tarde, hacia finales del siglo ii a. C., y que finalmente fue olvidada.

Sello de 2700 años de antigüedad en Jerusalén con un genio alado asirio y nombres bíblicos (agosto de 2024). 

Recientemente se ha desenterrado un exquisito sello de piedra negra con una intrincada obra de arte de una figura alada, parecida a un humano, en unas excavaciones cerca de la muralla sur del Monte del Templo de Jerusalén. Fechado en el siglo vi a. C., también lleva una inscripción en hebreo: Azarías, hijo de Osaías.

Un asiriólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel afirmó que el genio o demonio alado es una figura mágica protectora del arte neoasirio de la época, que nunca antes se había encontrado en las excavaciones arqueológicas de Israel y sus alrededores. Algunos han dicho que la escritura del sello es más tosca (otros dicen que es normal para las inscripciones de la época) y concluyen que el sello, quizás utilizado como rúbrica y amuleto, originalmente no tenía ningún nombre grabado, sino que los nombres se añadieron más tarde, después de su adquisición. Algunos piensan que el sello fue creado localmente, mientras que otros creen que proviene de los asirios, que habían conquistado y dominado la región en los años previos a esta época, y que los babilonios que los sucedieron incorporaron muchos elementos de ellos.

A menudo se piensa que esto no debería encontrarse entre el pueblo de la antigua Judá, pero las Escrituras muestran que la nación estuvo corrompida por el paganismo durante gran parte de su existencia, y que los gobernantes y el pueblo en general con frecuencia imitaban prácticas extranjeras de culto. Y tal vez algunos lo consideraban simplemente un emblema de realeza o nobilidad. Sin duda, este sello lo portaba alguien pudiente, tal vez un alto funcionario de Judá.

Los nombres inscritos son los que se utilizan en la Biblia. El nombre Jehoezer o Yeho-ezer aparece en forma abreviada como Joezer o Yo-ezer, uno de los hombres valientes de David en 1 Crónicas 12:6. Y en Jeremías 43:2 encontramos a Azarías, hijo de Osaías, uno de los “varones soberbios” que rechazó las palabras de Jeremías, acusando al profeta de mentir. Curiosamente, el nombre Azarías o Ezer-Yahu (“ayudado ha Yhwh”) es esencialmente el mismo que Yeho-ezer (“Yhwh ha ayudado”). Por lo tanto, bien podría tratarse de la misma persona, tal como ocurre con los sellos y marcas de otros funcionarios mencionados en la Biblia que han sido encontrados.

En cualquier caso, el sello nos proporciona nombres concretos que se utilizaban en aquella época, junto con la influencia asirio-babilónica y la adopción de la cultura pagana, tal y como expone la Biblia.

Aparente santuario junto al manantial de Gihón en Jerusalén (enero de 2025). 

Arqueólogos de Jerusalén, dirigidos por el director Eli Shukron, descubrieron una serie de salas excavadas en la roca en la ladera oriental de la Ciudad de David, cerca del manantial de Gihón, que aparentemente se utilizaban para rituales religiosos hace casi 3000 años y que habían sido deliberadamente rellenadas y selladas. Estas contienen un lagar de aceite y vino, una piedra erguida aparentemente sagrada y lo que parece ser un altar con un canal de drenaje como lugar de sacrificios. Una de las salas presenta misteriosas tallas en forma de V en el suelo, que se cree eran utilizadas para preparar aceite o vino para la unción, o como base para un telar para prendas especiales o una estructura tipo trípode para realizar sacrificios. 

Los investigadores han afirmado que este supuesto templo se construyó muy probablemente a finales de la Edad del Bronce Media (alrededor de 1550 a. C.) y dejó de utilizarse a finales del siglo vii a. C., en la época del justo rey Ezequías. Se excavó una pequeña cueva en la colina situada detrás, donde se encontró un grupo de objetos del siglo vii: ollas, jarras con fragmentos de escritura hebrea, pesas de telar, escarabajos, sellos y piedras de moler. El cuidadoso sellado de esta cueva antes de que el edificio dejara de utilizarse podría sugerir que se trataba de una favisa (foso subterráneo), o lugar para almacenar objetos de uso ritual.

Varias fuentes que informaron sobre este descubrimiento manifestaron cuánto los impactó encontrar lo que ellos llaman un segundo templo o templo rival en Jerusalén, contrario a la afirmación bíblica de que el templo de Salomón era el único lugar de culto. Pero están mal informados sobre lo que en realidad dice la Biblia.

En primer lugar, debemos ser cautelosos cuando los arqueólogos afirman haber encontrado un lugar de culto, ya que esto puede ser un tanto impreciso si no hay pruebas escritas. Aun así, parece haber algunos aspectos rituales en este lugar ubicado cerca de un sitio estratégico de la ciudad: la fuente de agua de Gihón.

Se ha concluido que estas instalaciones datan del período cananeo jebuseo, pero uno podría preguntarse por qué el rey David la habría conservado si provenía del culto pagano. Algunos dicen que se remonta a la época del rey-sacerdote Melquisedec, con quien Abraham se encontró en Salem (Jerusalén) en Génesis 14. (Para obtener más información sobre este personaje, consulte el recuadro de nuestra guía de estudio gratuita ¿Quién es Dios?). Eso es posible, y tal vez hubo una tradición que continuó hasta la época de David. No hay forma de saberlo con certeza.

O tal vez no comenzó como un lugar de culto, sino que llegó a convertirse en tal durante el reinado de David. Algunos han argumentado que el templo de Salomón estaba sobre el manantial de Gihón, pero eso es falso. Sin embargo, es posible que en la época de David ahí hubiera algo más. El arqueólogo Scott Stripling y otros piensan que este podría ser el lugar donde David instaló un tabernáculo o tienda para el arca de la alianza cuando la llevó a Jerusalén 
(2 Samuel 6:17; 1 Crónicas 15:1; 2 Crónicas 1:4), tal vez erigido sobre partes de las divisiones de la sala de piedra, especialmente porque Stripling ha descubierto que el tabernáculo de Moisés en Silo indudablemente se instaló sobre una plataforma de piedra que había allí.

David tenía sacerdotes que servían en dos lugares: en el tabernáculo de Moisés y en la tienda de reunión en Jerusalén. ¿Dónde estaba exactamente esta tienda?

También debemos tener en cuenta que David envió a Salomón al manantial de Gihón para su coronación (1 Reyes 1:32-39). ¿Por qué? Tal vez porque allí estaba el arca. Curiosamente, más tarde encontramos que su descendiente Joás fue coronado junto a una columna de piedra (2 Reyes 11:14). Quizás esto ocurrió en el mismo lugar. (Josías también fue coronado junto a una columna de piedra en 2 Reyes 23:3).

O podría ser que se tratara precisamente de un lugar pagano de los cananeos clausurado por David, pero que más tarde los reyes apóstatas volvieron a reactivar. O también que haya sido el lugar sagrado del arca antes de que esta fuera colocada en el templo de Salomón, así como el lugar de la coronación, y que más tarde se haya corrompido y convertido en un santuario pagano. Incluso el propio Salomón terminó construyendo templos a dioses paganos alrededor de Jerusalén (1 Reyes 11:4-8). Bajo el reinado de su hijo Roboam, continuó la adoración falsa en los lugares altos (1 Reyes 14:22-23), y vemos que esto sucedió vez tras vez en toda la historia de Judá.

Es interesante que el sitio recién descubierto llegara a su fin en la época de Ezequías, porque él no solo eliminó los lugares altos y destruyó la iconografía pagana, sino que destruyó incluso los objetos sagrados que se habían vuelto ídolos. La serpiente de bronce que Moisés había fabricado siguiendo las instrucciones de Dios había sido convertida en un objeto de adoración idólatra para el pueblo, por lo que Ezequías la hizo pedazos (2 Reyes 18:3-5).

Eli Shukron considera que el relleno del emplazamiento forma parte de las reformas de Ezequías, y afirma: “La Biblia describe cómo, durante el periodo del primer templo, existían otros lugares de culto fuera del templo, y dos reyes de Judá, Ezequías y Josías, llevaron a cabo reformas para eliminar estos lugares”.

Es reconfortante ver esto, ya que muchos eruditos modernos pregonan las pruebas de adoración idólatra en Israel y Judá como algo contradictorio en la Biblia y, precisamente, eso es lo que en la Biblia insistentemente se lamenta y censura. Pero, afortunadamente, algunos reyes antiguos, como Ezequías y Josías, se mantuvieron firmes en su fidelidad a Dios. Y es posible que tengamos pruebas de ello justo aquí, en este siguiente hallazgo.

Evidencia de la victoria del ejército egipcio de Necao sobre Josías en Megiddo (marzo de 2025).

La Biblia dice que el rey Josías de Judá, en su proceso de reformas justas, extendió su control a los antiguos territorios de Israel en el norte. El faraón egipcio Necao II, aliado de los asirios, marchó hacia el norte para luchar con ellos contra los babilonios, pasando por el territorio israelita del norte. Josías y sus fuerzas salieron a repeler esta incursión, a lo que Necao respondió que Dios lo había enviado en esta misión y que Josías no debía interponerse en su camino. Sin embargo, Josías enfrentó a los egipcios en el valle o llanura alrededor de Megiddo, fue herido y murió a causa de sus lesiones 
(2 Reyes 23:29-30; 2 Crónicas 35:20-24). Egipto controló entonces brevemente el país hasta que perdió ante los babilonios en el norte, tras lo cual estos últimos tomaron el control del territorio.

Las excavaciones anteriores en Megiddo no habían revelado ninguna estructura que pudiera fecharse de manera concluyente respecto a la victoria de Egipto sobre Josías en el 609 a. C. Pero tres temporadas de excavaciones en el sector noroeste entre los años 2016 y 2022 dieron los resultados esperados, que se han publicado recientemente. Se encontraron restos de un nuevo edificio en una capa que corresponde a la época de Josías. Y en este edificio se encontró la mayor colección de cerámica egipcia jamás descubierta en la región. Esta cerámica era de baja calidad, no apta como vajilla fina comercial, sino, como señalaron los directores de la excavación, para almacenar víveres, muy probablemente para el ejército de Necao. Creen que el edificio formaba parte de un centro administrativo egipcio con una fortaleza, lo que encajaría bien con esta época.

También se encontraron muchas piezas de cerámica griega, lo que concuerda con el hecho de que en el ejército egipcio hubiera muchos mercenarios griegos. Y había un fragmento de una jarra hecha de arcilla, casi exclusiva de Jerusalén, lo que demuestra la presencia judía aquí, en el norte del país, en la época de Josías.

Una vez más, se demuestra que la Biblia es un registro histórico fiable.

La IA fecha los rollos del mar Muerto antes de lo que se pensaba, incluso con anterioridad a Daniel (junio de 2025). 

Uno de los mayores hallazgos de la Antigüedad en la era moderna fue el descubrimiento de los famosos rollos del mar Muerto, un importante tesoro de manuscritos y fragmentos antiguos enterrados en el desierto de Judea, que incluye partes de casi todos los libros de la Biblia hebrea de una época tan temprana como esa. La mayoría de los objetos encontrados han sido fechados entre el 
siglo ii a. C. y el siglo ii d. C., basándose en un laborioso análisis paleográfico que examina la evolución de los estilos de escritura a la luz de unos cuantos marcadores del tiempo. Ahora, un nuevo enfoque está dando paso a fechas aún más antiguas para muchos de los rollos.

El equipo editor de un artículo publicado en la revista científica PLOS One (Biblioteca Pública De Ciencia Uno), titulado “Datación de manuscritos antiguos mediante el análisis del estilo de escritura basado en el radiocarbono y la inteligencia artificial”, entrenó a Enoc, un modelo de predicción basado en IA, con escritos en muestras de pergamino datadas por carbono, enseñándole a reconocer incluso patrones microscópicos de trazas de tinta para evaluar con mayor precisión la evolución de la escritura a lo largo del período en cuestión y establecer marcadores de rango de fechas. Si bien muchos pergaminos mostraban el mismo marco temporal fijado anteriormente, otros se fecharon como más antiguos de lo que se había determinado antes. Aunque todos los rollos datan de mucho después de haberse escrito y recopilado originalmente la Biblia, una datación más antigua significa que están más cerca al tiempo de los manuscritos iniciales, y demuestran una gran coherencia en la transmisión de lo que se ha registrado.

Este proceso ha tenido implicancias muy interesantes respecto al libro de Daniel. Muchos han concluido que fue redactado con posterioridad a la época de los macabeos, a finales del siglo ii a. C., para explicar sus complejas profecías del capítulo 11 que, según dicen, habrían sido escritas de forma fraudulenta después de que ocurrieran los acontecimientos. Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al ver que la copia del libro de los rollos del mar Muerto databa de entre el 220 y el 165 a. C., lo que significa que probablemente era muy anterior a la época de los macabeos y, de hecho, el libro de Daniel se remonta a tres siglos más atrás.

Una y otra vez, la Biblia es considerada como un registro auténtico, no solo de la historia, sino incluso de profecías que se cumplieron íntegramente en acontecimientos posteriores. BN

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Tom Robinson

Tom is an elder in the United Church of God who works from his home near St. Louis, Missouri as managing editor and senior writer for Beyond Today magazine, church study guides and the UCG Bible Commentary. He is a visiting instructor at Ambassador Bible College. And he serves as chairman of the church's Prophecy Advisory Committee and a member of the Fundamental Beliefs Amendment Committee.

Tom began attending God's Church at the age of 16 in 1985 and was baptized a year later. He attended Ambassador College in both Texas and California and served for a year as a history teacher at the college's overseas project in Sri Lanka. He graduated from the Texas campus in 1992 with a Bachelor of Arts in theology along with minors in English and mass communications. Since 1994, he has been employed as an editor and writer for church publications and has served in local congregations through regular preaching of sermons.

Tom was ordained to the ministry in 2012 and attends the Columbia-Fulton, Missouri congregation with his wife Donna and their two teen children. 
 

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