Esperando al Príncipe de Paz
Mientras escribo este editorial, no puedo evitar sentirme horrorizado ante la flagrante y brutal violencia que atormenta a nuestro planeta.
En julio, un avión de la aerolínea Malaysia Airlines fue derribado por un misil tierra-aire, aparentemente disparado por rebeldes pro-rusos desde el este de Ucrania. Semanas después de la catástrofe, los cadáveres y cuerpos despedazados de las víctimas aún se encuentran diseminados por todo el lugar del accidente, sin poder ser recuperados debido al incesante conflicto que existe en esa zona entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno.
En Siria e Irak, países desgarrados por la guerra, un grupo islámico (tan extremista, que incluso fue rechazado por Al-Qaida) ha anunciado un nuevo califato (imperio islámico) que se regirá por la charía (ley islámica), bajo la cual los que practican otras religiones se ven obligados a convertirse al islamismo, a renunciar a sus propiedades y a huir para salvar sus vidas o, de lo contrario, a enfrentar la muerte. Para demostrar la seriedad de su nuevo califato, han fusilado o decapitado a cientos de soldados capturados.
En el último conflicto en Gaza, al menos seis propuestas de cese al fuego entre Israel y Hamas fracasaron debido a que terroristas de Hamas siguieron disparando cohetes de manera indiscriminada –algunos desde escuelas y hospitales– a ciudades y pueblos israelíes, provocando el inevitable contraataque que añadió más centenares de muertes innecesarias.
Vivimos en un mundo que parece estar cada día más desquiciado. ¿Acabará toda esta locura en algún momento? De ser así, ¿cómo cabará?
Las Buenas Noticiases una revista que entrega esperanza. El nombre de nuestra publicación está inspirado en la palabra evangelio, que significa “buenas noticias”. Además, una porción de la Biblia contiene “los evangelios”, que relatan la vida, el ministerio y las enseñanzas de Jesucristo, incluyendo el mensaje de las buenas nuevas que él trajo.
Pero ¿qué relación tiene todo esto con los problemas que afectan a nuestro mundo en la actualidad?
El famoso compositor alemán Jorge Federico Händel inmortalizó una de las profecías favoritas de Jesucristo, y también una de las más conocidas, en su obra maestra musical El Mesías, basada en Isaías 9:6-7:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del Eterno de los ejércitos hará esto”.
Si Jesús de Nazaret es realmente el Príncipe de Paz, ¿por qué el mundo casi no conoce la paz? ¿Qué pieza de este rompecabezas es la que falta? Si realmente él es el Príncipe de Paz, ¿cómo la traerá?, ¿dónde se encuentra esa esperanza en un mundo tan carente de ella?
Las respuestas a estas preguntas se encuentran en las fiestas reveladas hace mucho tiempo en el libro más vendido de todos los tiempos: la Biblia. Dios nos ilumina para encontrar las respuestas a nuestros problemas aparentemente insolubles. Él nos ha dado la clave para entender su Palabra, aunque muchos la han rechazado o no han tenido la oportunidad de conocerla.
Para nosotros, Las Buenas Noticias es “una revista de comprensión”. Queremos compartir con ustedes la oportunidad de entender el gran plan de Dios, el mismo plan que fue –y todavía es– la médula misma de la misión de Jesucristo. Su obra se encuentra en el núcleo de este plan, cuya puesta en marcha y cronología son reveladas por medio de las fiestas de Dios que se encuentran en la Biblia.
En esta edición compartimos con ustedes la gran esperanza de cómo el Príncipe de Paz finalmente traerá la paz. ¡Léala con suma atención!