¿Dónde se encuentran las “10 tribus perdidas” en la actualidad?
¿Adónde fueron las 10 tribus norteñas de Israel después de su cautiverio en Asiria? Para los historiadores, ellas pasaron a ser “las 10 tribus perdidas”. ¿Qué les pasó, y qué tienen que ver con el actual Estado de Israel?
Necesitamos darnos cuenta de que Israel en la actualidad abarca más territorio que el de la minúscula nación del Medio Oriente. La mayoría de las personas asocia el nombre de Israel con el Estado judío de ese nombre. Sin embargo, el pueblo judío desciende principalmente de dos de las doce tribus que constituían el antiguo Israel: Judá y Benjamín, junto con una parte considerable de la tribu sacerdotal de Leví.
Después del reinado del rey Salomón, y como consecuencia de los pecados de éste, Dios permitió que el reino de Israel se dividiera en dos grandes naciones. Las 10 tribus del norte mantuvieron el nombre de Israel, mientras el territorio del sur y sus dos tribus pasaron a llamarse “el reino de Judá”. La palabra judío se deriva de Judá. La primera vez que aparece la mención a “los hombres de Judá” en la versión Reina-Valera de la Biblia, en 2 Reyes 16:5-6, ¡la nación norteña de Israel está en guerra con los judíos! Evidentemente, no son el mismo pueblo.
Después de la época de Salomón, estas dos naciones se convirtieron en dos entidades geográfica y políticamente distintas. Los judíos son parte de los israelitas que descienden del patriarca Jacob, cuyo nombre fue cambiado al de Israel. Sin embargo, él tuvo otros hijos, y los descendientes de diez de ellos, incluyendo los del patriarca José, formaron la nación norteña de Israel.
José tuvo dos hijos, Efraín y Manasés. Con el tiempo, sus descendientes se convirtieron en dos grandes y modernas naciones, una de las cuales llegó a ser un imperio que abarcó gran parte del mundo. Los descendientes de José han sido los más fáciles de identificar en la historia contemporánea debido a que, según la profecía, las bendiciones que recibirían los harían destacarse inconfundiblemente (ver Génesis 49:22-26; Deuteronomio 33:13-17).
Los modernos descendientes del patriarca José llegaron a convertirse en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Ambas naciones tuvieron roles claves y sucesivos en la restauración (después de casi 2 000 años) del pueblo judío como nación en el Medio Oriente, en 1948. La Declaración de Balfour en Gran Bretaña, en 1917 (que favorecía el establecimiento en Palestina de un hogar geográfico para el pueblo judío), fue reforzada más tarde gracias al decisivo apoyo político del presidente estadounidense Harry Truman, a fines de la década de los 40. Los destinos de estas tres naciones, conocidas en la Biblia como Judá, Efraín y Manasés, están entrelazados y serán una parte importante en el cumplimiento de la profecía bíblica al final de los tiempos, aunque de diferente forma.