Cómo ocho festivales falsos suplantaron a las ocho fiestas verdaderas de Dios

Es sorprendente darse cuenta de que así como Dios revela ocho fiestas o festivales que llama “Mis fiestas”, que se encuentran tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y que se describen en su totalidad en Levítico 23, también hay ocho fiestas principales no bíblicas que el cristianismo tradicional ha establecido formalmente en su lugar. ¿Qué tan legítima es esta sustitución?
La Biblia nos dice que no adoptemos prácticas religiosas falsas para adorar a Dios en vez de lo que él ha ordenado (Deuteronomio 12:29-32). También nos dice que no juzguemos un asunto antes de escucharlo (Proverbios 18:13). Así que analicemos brevemente cada una de estas sustituciones para ver mejor qué práctica es la correcta. (Encontrará muchos más detalles en nuestras guías de estudio que le ofrecemos al final).
1 - El domingo suplantó al sábado
Esta primera de las fiestas de Dios debía observarse semanalmente, mientras que las otras siete eran fiestas anuales, que tenían lugar solo una vez al año.
Levítico 23:1-3 menciona sobre el sábado: “Habló el Eterno a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes del Eterno, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: Seis días se trabajará, más el séptimo día será de reposo, santa convocación [o asamblea ordenada]; ningún trabajo haréis; día de reposo es del Eterno en dondequiera que habitéis” (énfasis nuestro en todo este artículo).
Guardar el sábado, el séptimo día de la semana (desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado, según define la Biblia el periodo equivalente a los días), fue ordenado directamente en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:8-11). Sin embargo, hoy en día muchas personas consideran que el domingo, el primer día de la semana, es el día de culto cristiano. Por asombroso que pueda parecer, si echamos un vistazo a toda la Biblia, ¡no encontraremos ni un solo ejemplo de un hombre o mujer de Dios que dejara de guardar el día de reposo y empezara a observar el domingo en su lugar! De hecho, el domingo nunca se menciona en las Escrituras como un día santo semanal o una de las fiestas de Dios.
Sorprendentemente, incluso en fecha tan tardía como el año 440 d. C., un famoso historiador de la Iglesia católica, Sócrates Escolástico, reveló que los creyentes cristianos seguían reuniéndose en sábado en todas partes, excepto en Roma y Alejandría. Afirma: “Pues aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los sagrados misterios el sábado de cada semana, los cristianos de Alejandría y de Roma, debido a una antigua tradición, han dejado de hacerlo” (Ecclesiastical History [“Historia Eclesiástica”], libro 5, sec. 22). Otro historiador católico de la época, Sozomen, también dio fe del mismo hecho.
Uno de los principales factores que condujeron al abandono de la observancia del sábado en estas dos ciudades fue una fuerte actitud antijudía. Sin embargo, no fue hasta el Sínodo de Laodicea, alrededor del año 364 d. C., que se prohibió oficialmente la observancia del sábado entre los cristianos del Imperio romano.
Como resultado, la historia demuestra que fue la Iglesia católica la que impuso sobre el Imperio romano su voluntad de observar exclusivamente el domingo en lugar del sábado. No obstante, la iglesia romana fue incapaz de erradicar por completo el sábado cristiano, que siguió observándose en secreto durante las feroces persecuciones religiosas y continúa prosperando incluso hoy en día en todo el mundo.
Así, una fiesta creada por el hombre, el domingo, fue finalmente sustituida por una fiesta basada en la Biblia, el sábado, que también había sido guardada por Jesucristo y sus apóstoles (Lucas 4:16; Hechos 17:2).
2- El Viernes Santo suplantó a la Pascua bíblica
La siguiente fiesta, la primera anual, se describe en Levítico 23:4-5: “Estas son las fiestas solemnes del Eterno, las convocaciones santas [de nuevo, reuniones ordenadas], a las cuales convocaréis en sus tiempos. En el mes primero [del calendario hebreo], a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es del Eterno”. Este fue el día en que Jesús murió, cuando “Cristo, nuestra Pascua . . . fue sacrificado por nosotros” (1 Corintios 5:7).
La observancia de la Pascua en el Nuevo Testamento se sustituyó posteriormente por una festividad que pasó a denominarse “Viernes Santo”, como parte de la Semana de Pascua.
El sitio web The Jewish Voice [La voz judía] dice: “El Concilio de Nicea [en el año 325 d. C., hace 1700 años] abandonó el calendario judío por el gregoriano (el calendario que utilizamos comúnmente hoy en día) y declaró que la resurrección [de Cristo] se celebraría el primer domingo después de la luna nueva que sigue al equinoccio de primavera. Fue lamentable, por no decir otra cosa, que este concilio llegara a tales extremos para separar lo que Dios diseñó a fin de que coincidiera. La separación de la Pascua y el Viernes Santo en el calendario ha sido tristemente eficaz para impedir que gran parte del mundo vea la conexión prevista por Dios entre la Pascua y Jesús, entre el antiguo y el nuevo pacto” (“Passover and Good Friday Converge” [“La Pascua y el Viernes Santo convergen”], 6 de abril de 2022).
En consecuencia, el “Viernes Santo”, parte de la celebración de la Pascua de esa semana, ocupó el lugar de la Pascua cristiana, de modo que muchos creyentes cristianos de hoy conmemoran el Viernes Santo sabiendo poco o nada sobre la Pascua y su relevancia para ellos.
3- El Domingo de Pascua suplantó a los Días de Panes sin Levadura
La siguiente de las fiestas de Dios en ser cambiada fue la Fiesta de Panes sin Levadura. Dice en Levítico 23:6: “Y a los quince días de este mes es la fiesta de los panes sin levadura al Eterno: siete días comeréis panes sin levadura”.
Esto fue desplazado por lo que llegó a conocerse como Domingo de Resurrección.
Como explica la Enciclopedia Británica: “No hay ninguna indicación de la observancia de la fiesta de Pascua en el Nuevo Testamento, ni en los escritos de los Padres apostólicos . . . Los primeros cristianos siguieron observando las fiestas judías, aunque con un nuevo espíritu, como conmemoraciones de acontecimientos que aquellas fiestas habían prefigurado” (11ª ed., p. 828).
El apóstol Pablo instó a los cristianos a guardar la Fiesta de Panes sin Levadura (1 Corintios 5:8). Jesús resucitó de entre los muertos durante esta fiesta. En su contexto, aquello era parte del proceso de sacarnos del pecado y la muerte y llevarnos a la justicia, algo esencial para el significado de la fiesta. Sin embargo, todo eso se olvida al enfocarse exclusivamente en el supuesto día de la resurrección. Sin embargo, Jesús en realidad no resucitó el domingo por la mañana, como muchos creen (consulte nuestra guía de estudio que ofrecemos a continuación).
Las directrices bíblicas han sido sustituidas por una celebración originada en tradiciones paganas basadas en la salida del sol y la fertilidad, que incluyen huevos y conejos.
4- El Pentecostés católico suplantó al Pentecostés bíblico
La siguiente fiesta que se cambió fue el Pentecostés bíblico. Levítico 23 dice: “Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días [desde una ofrenda especial durante la Fiesta de Panes sin Levadura]; entonces ofreceréis el nuevo grano al Eterno . . . Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones” (vv. 16, 21). Cincuenta días nos da aquí el término Pentecostés, derivado del vocablo griego del Nuevo Testamento equivalente a “quincuagésimo”.
Conmemoraba la ofrenda de las primicias de la cosecha a Dios, y fue el día en que comenzó la Iglesia cristiana con la dádiva del Espíritu Santo en Hechos 2:1-4, siendo los cristianos de esta época una especie de “primicias” de la cosecha espiritual de la humanidad por parte de Dios (Santiago 1:18; Juan 4:35; y para aprender más sobre esta fiesta, que se celebra en esta época del año, vea nuestra sección de Preguntas y Respuestas en la página 21).
Con el cambio de fecha de la Pascua, también se modificó la cuenta de 50 días hasta Pentecostés. Esta nueva festividad coincide a veces con la fiesta bíblica, pero a menudo no lo hace. En Gran Bretaña, y entre algunos grupos cristianos de otros países, la nueva observancia se denomina Whitsun o Domingo de Pentecostés. Algunos consideran que la primera parte del nombre, “Whit” (blanco) recuerda las vestimentas blancas de las personas que se bautizaban en la época medieval. Pero otros creen que los desfiles y procesiones de esta ocasión son un vestigio de tradiciones paganas anteriores, surgidas de una fusión de la festividad celta Beltane (Día de Mayo) y los ritos del solsticio de verano de junio. La “semana verde” que conduce a este Pentecostés en los países eslavos está relacionada con el culto a los muertos y los ritos de fertilidad primaverales, basados en los abedules y los espíritus de la naturaleza.
Como comenta el historiador eclesiástico Jesse Hurlbut sobre las fiestas instituidas por el hombre en la iglesia de Roma: “Las formas y ceremonias del paganismo se incorporaron gradualmente en el culto. Algunas de las antiguas fiestas paganas se convirtieron en fiestas eclesiásticas con cambio de nombre y de culto” (The Story of the Christian Church [ “La historia de la Iglesia cristiana”], 1967, p. 78).
5- Halloween y Todos los Santos suplantaron a la Fiesta de las Trompetas
La siguiente fiesta bíblica suplantada fue la Fiesta de las Trompetas. Levítico 23:24 dice: “Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes al primer día del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación”.
Esta fiesta otoñal en la tierra de Israel, llamada Fiesta de las Trompetas, con el tiempo fue sustituida por una fiesta católica que ahora se celebra con el nombre de Halloween.
Juan Crisóstomo, un famoso obispo católico del siglo iv, admitió despectivamente que todavía había cristianos que celebraban las fiestas bíblicas: “Las fiestas de los lamentables y miserables judíos pronto marcharán sobre nosotros una tras otra y en rápida sucesión: la Fiesta de las Trompetas, la Fiesta de los Tabernáculos, los ayunos [Día de Expiación]. Hay muchos en nuestras filas que dicen pensar como nosotros. Sin embargo, algunos de ellos van a observar las fiestas y otros se unirán a los judíos para guardar sus fiestas y observar sus ayunos. Deseo expulsar ahora mismo de la Iglesia esta perversa costumbre” (Against the Jews [“Contra los judíos”], Homilía 1, párr. 5). Él, por supuesto, abogaba por la observancia de las fiestas católicas creadas por el hombre en lugar de las fiestas de Dios detalladas en la Biblia.
El término inglés Halloween es una contracción de “All Hallows’ Evening” (Noche de Todos los Santos), el comienzo del Día de Todos los Santos, tal y como lo establece la Iglesia católica. En esta ocasión se celebra una misa nocturna que prepara a los fieles para que honren a los que supuestamente se han ido al cielo. Sin embargo, hoy en día se celebra principalmente en el mundo occidental disfrazando a los niños de brujas, duendes y otros personajes ficticios, y yendo de casa en casa pidiendo golosinas. Es bien sabido que estas costumbres se originaron en festivales otoñales paganos.
¿Cómo fue que la víspera de Todos los Santos llegó a sustituir la Fiesta de las Trompetas? La verdadera fiesta bíblica simboliza el regreso de Jesucristo con el toque de trompetas (Apocalipsis 8-9), culminando con la última trompeta que anuncia su venida triunfal a la Tierra y la resurrección del fiel pueblo de Dios a través de los tiempos (Apocalipsis 11:15; 1 Tesalonicenses 4:16).
Como dijo Jesús sobre su regreso: “Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24:31).
Halloween, por el contrario, supuestamente celebra el ascenso al cielo de los “santos” de la Iglesia católica, pero muchos consideran que ella ha vuelto a sus raíces paganas al celebrar a los muertos como fantasmas errantes. La Fiesta de las Trompetas, en lugar de celebrar una fiesta pagana dedicada a las almas difuntas para afirmar que los santos van al cielo al morir, se enfoca en la verdadera vida en el futuro, cuando los seguidores de Cristo reinarán con él “sobre la tierra” después de resucitar de la muerte (Apocalipsis 5:10).
6- El Día de Todos los Santos suplantó al Día de Expiación
La siguiente de las fiestas de Dios ignorada fue el Día de Expiación. Levítico 23:27 dice: “A los diez días de este mes séptimo [del calendario hebreo] será el día de expiación, y afligiréis vuestras almas [una referencia al ayuno], y ofreceréis ofrenda encendida al Eterno”.
Entre el pueblo judío, el tiempo desde la Fiesta de Trompetas hasta la de Expiación se consideraba un período de juicio anual que contemplaba el juicio futuro y en el cual se hacía gran énfasis en la expiación o los medios para perdonar el pecado. Lamentablemente, no reconocían que este día representaba la obra expiatoria de Cristo. Esta fiesta también señalaba la eliminación de Satanás como instigador del pecado.
En el sistema de festivales falsificados, el Día de Todos los Santos está muy vinculado al día siguiente, el Día de Todos los Difuntos. Este festival celebra a los muertos, especialmente a los que se considera que siguen en el purgatorio, una versión menor del infierno que permite la purificación a través del castigo. La doctrina sobre el purgatorio se estableció en el Segundo Concilio de Lyon en 1274. En ella se afirma que la gente puede rezar a los santos muertos, quienes pueden interceder a favor de aquellos que expían sus pecados en el purgatorio, permitiéndoles llegar al cielo más rápidamente.
Observe que esta fiesta católica tiene que ver con la expiación de los pecados y el destino final de una persona, temas centrales del Día de Expiación bíblico, aunque no de la misma manera. El Nuevo Testamento vincula la expiación de Cristo por nuestros pecados con el Día de Expiación bíblico: “. . . pero en la segunda parte [del tabernáculo], solo el sumo sacerdote [entraba] una vez al año [en el Día de Expiación], no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo . . . Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:7, 27-28).
La falsa enseñanza del “Día de Todos los Fieles Difuntos” se basa en la doctrina no bíblica de la inmortalidad del alma y el purgatorio, que compite con el significado del genuino Día de Expiación de Dios. Este día santo representa la eliminación del pecado en el futuro, al regreso de Cristo, cuando Satanás por fin sea eliminado como perpetrador del pecado y el engaño (Apocalipsis 20:1-3).
7- La Navidad suplantó a la Fiesta de los Tabernáculos
A continuación, Levítico 23:34 dice: “Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de ese mes séptimo celebraréis durante siete días la fiesta solemne de los Tabernáculos en honor al Eterno . . .”. Este debe ser un tiempo de gran regocijo, en el que debemos dar gracias a Dios por todas sus provisiones: “. . . y os regocijaréis delante del Eterno vuestro Dios por siete días” (v. 40; véase Deuteronomio 16:15).
La celebración principal en el mundo cristiano tradicional tiene lugar a fin de año: se trata de la Navidad, la supuesta observancia del nacimiento de Cristo. Sin embargo, esta tiene raíces paganas, aunque no suele admitirse fácilmente. El historiador religioso Samuele Bacchiocchi señala: “¿Admiten abiertamente las fuentes cristianas haber adoptado la fecha de tal festividad pagana? Evidentemente, no. Admitir que tomaron prestada una festividad pagana, incluso tras la debida reinterpretación de su significado, equivaldría a una abierta traición a la fe. Esto es lo que los Padres [primeros escritores católicos] estaban ansiosos por evitar. Agustín y León Magno [famosos líderes católicos], por ejemplo, reprendieron enérgicamente a los cristianos que en Navidad adoraban al Sol en lugar del nacimiento de Cristo” (From Sabbath to Sunday [“Del sábado al domingo”], 1977,
pp. 257-258).
La Fiesta de los Tabernáculos de finales de otoño [en el hemisferio norte] anticipa el tiempo en que Cristo, junto con sus seguidores resucitados, gobernará a todas las naciones durante mil años (véase Apocalipsis 20:4-6). Los cristianos que han observado la Fiesta de los Tabernáculos con este entendimiento saben cuánto regocijo encierra esta celebración, siempre que se practique la moderación bíblica que enseñan las Escrituras. Durante esta fiesta no hay presión para endeudarse intercambiando regalos ni para utilizar adornos de origen pagano, como los árboles de Navidad, el muérdago y los troncos de Yule.
Durante el reinado de Cristo se enseñará a todas las naciones a “adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14:16-19). La Navidad, por otra parte, ya no existirá.
8- El Año Nuevo suplantó al Octavo Día
Por último, Levítico 23:36 dice: “El octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida al Eterno; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis”. Justo después de la celebración de siete días de la Fiesta de los Tabernáculos hay otra fiesta llamada “el Octavo Día” (también en Nehemías 8:18). Está relacionada con la fiesta anterior, pero su significado se extiende más allá.
¿Qué sustituyó al Octavo Día, para completar la duplicidad de estas fiestas creadas por el hombre? La fiesta católica que celebra el Año Nuevo, restablecida por el papa Gregorio XIII en 1582, tiene lugar el octavo día después de Navidad, al igual que el Octavo Día bíblico, que cae una semana después del comienzo de la Fiesta de los Tabernáculos.
Como señala cierto escritor: “Los paganos de Roma se dedicaban al libertinaje y a hacer propósitos para el nuevo año, algo que la modernidad ha adoptado . . . La mayor parte de la sociedad occidental ha vuelto al jolgorio y a la adopción de nuevos propósitos . . . en lo que es el octavo día de Navidad” (Erick Erickson, “It’s a New Year, but for Many, the Same Problems Still Exist” [“Es un nuevo año, pero muchos siguen teniendo los mismos problemas”] periódico Orange County Register, 7 de enero de 2025, p. 11).
Por supuesto, es evidente que esta fiesta tradicional de Año Nuevo inventada por el hombre no tiene nada que ver con la fiesta bíblica a la cual sustituyó. El Octavo Día bíblico representa un verdadero nuevo comienzo para todos los que han sido embaucados por el diablo para seguir falsas tradiciones de culto. (Nuevamente le sugerimos que consulte nuestra guía de estudio ofrecida más abajo para más información al respecto).
En resumen, al igual que Dios estableció ocho fiestas sagradas a lo largo del año (el sábado semanal y las siete fiestas anuales), entre las muchas fiestas católicas creadas por el hombre existen ocho en particular que de manera fraudulenta han desviado la atención del significado de las fiestas bíblicas originalmente enseñadas y practicadas por la Iglesia del Nuevo Testamento.
Ahora que ha visto ambos conjuntos de festivales, ¿cuál de los dos decidirá observar? BN