El uso moderado de maquillaje de la mujer es culturalmente aceptable en el mundo occidental en este momento y no entra en conflicto con las enseñanzas de la Biblia.

Este tema se relaciona con el aseo personal. Tal vez las declaraciones más claras en la Biblia sobre el aseo personal de una mujer cristiana se encuentran en 1 Pedro 3:3-4 y 1 Timoteo 2:9-10. Ambas referencias aconsejan a las mujeres a que se concentren en el aseo de su carácter interno de una manera que sea agradable a Dios, en contraste con un énfasis indebido en su apariencia exterior.

El aseo personal puede y suele reflejar la actitud de una persona, tal como vemos demostrado en la vida cotidiana. Es fácil detectar personas (tanto hombres como mujeres) que quieren “hacer una declaración” de la rebelión a través de arreglo personal que está en contra de la norma aceptada.

El arreglo personal que hace que una mujer se destaque como extraño o distinto de las normas culturalmente aceptadas de buen gusto hace que su carácter piadoso interno se disminuya. Esta indiscreción es un marcado contraste de los principios que leemos en la Biblia, caracterizado por las “hijas de Sión” en Isaías 3:16 quienes fueron rebeldes frente a Dios.