¿Por qué la biblia dice que Dios creó el mal y el bien?
Dios es el autor del bien, pero de ninguna manera fue creador del mal, ni mucho menos. Todo lo que Dios creó fue bueno, en gran manera (Génesis 1:31). Fue bueno, porque cuando el adversario de Dios decidió proceder con rebeldía en contra de nuestro Creador y Padre, trató de destruir su maravillosa creación y, después de su lucha en el tercer cielo, (Apocalipsis 12:7) todo lo físico y material quedó corrompido, vacío, deteriorado y en medio de tinieblas. Estamos hablando del periodo comprendido entre Génesis 1:1 y 1:2, espacio de tiempo, muy grande e indeterminado.
De modo que la maldad, la codicia, la injusticia y la perversidad que existe en el ser humano, es obra de Satanás (2 Pedro 2:12-14). Pero esto no siempre fue así, porque al principio, mucho antes de la creación de la tierra, Dios había creado a sus ángeles y en especial a tres seres celestiales superiores cuyos nombres son: Gabriel, Miguel y Lucero.
El tercer ser celestial, es decir Lucero, en un momento de su existencia, decidió rebelarse contra su Creador, debido a que los seres angelicales fueron creados con libre albedrío, es decir, que ellos podían tomar decisiones por sí mismos en cuanto a obediencia o desobediencia.
Para conocer detalles de la rebelión del príncipe Lucero, ahora convertido en Satanás, el diablo, le recomiendo leer Isaías 14:12-15 y también Ezequiel 28:14-17. Ahí se encuentra la explicación de cómo fue Lucero en un principio, y cómo llegó a ser después de su rebelión, por lo cual paso a ser conocido como lo que actualmente es, un ser maligno, quien engaña al mundo entero (Apocalipsis 12:9; 1 Juan 5:19). Por eso Efesios 6:12 dice que la lucha del cristiano es contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Fue entonces cuando el diablo en su rebeldía, “arrastró” consigo a un tercio de los millones de ángeles (Apocalipsis 12:4) que se encontraban al servicio de Dios, convirtiéndolos luego, en demonios. Usted debe entender que cuando las Escrituras hablan proféticamente de “estrellas”, en realidad se refiere a los ángeles (Job 38:7; Apocalipsis 1:20).
La intención de Lucero fue de arrebatarle a Dios su trono celestial, mediante una especie de “golpe de estado” luchando en el tercer cielo (2 Corintios 12:2), pero no prevaleció y fue derrotado y lanzado a la tierra (Apocalipsis 12:9). Jesucristo mismo, durante su ministerio terrenal, confirmó este trascendental acontecimiento delante de sus discípulos (Lucas 10:18).
No, el mal no proviene de Dios sino de Satanás, el cual además de ser el gran acusador de los hermanos (Apocalipsis 12:10), también es padre de la mentira (Juan 8:44), quién siempre está tratando de desanimar, destruir y “devorar” a los hijos llamados a ser parte del Reino que nuestro rey Jesucristo establecerá en su segunda y gloriosa venida (Lucas 22:31-32; 1 Pedro 5:8-9).