¿Qué dice la Biblia acerca de hablar en lenguas?
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Hablar en lenguas, un milagro de la comunicación mencionado en el Nuevo Testamento, a menudo es mal interpretado y mal usado.
Muchos se han preguntado lo que la Biblia dice acerca de hablar en lenguas.
Lo que muchas iglesias llaman "hablar en lenguas" hoy en día no es nada parecido a lo que la Biblia dice en los libros de Hechos y Corintios. El milagro que ocurrió en el Día de Pentecostés en el año 31 d.C. (Hechos 2:4-8), fue la comunicación - al parecer tanto en hablar como oír. La palabra griega traducida como "lenguas" es glossa y significa "idiomas". El milagro de hablar en lenguas significaba que cada miembro de la audiencia podía oír en su lengua nativa (idioma, vea versículos 9-11).
También, algunos miembros de la iglesia primitiva, particularmente en Corinto, tenían la habilidad de hablar en diferentes idiomas. En ese caso, parece que la gente estaba mostrando sus habilidades, hablando todos los idiomas que podían, sin importar si las personas que los oían podían entender. Estaban atrapados en su vanidad, habiendo perdido de vista el hecho de que uno debe usar siempre los dones espirituales para servir a los demás. Pablo escribió en el capítulo 14 de 1 Corintios instrucciones específicas para lidiar con este tema. Señaló que el buen uso del don de lenguas sería hablar el idioma o idiomas que la congregación podía entender. Sería hablar español a un público que habla español o francés a un público que habla francés.
Pablo recordó a los Corintios en Corinto que hablar diferentes idiomas no tenía ningún valor real si el público no podía entender las palabras. Él les exhortó a concentrarse más en una comunicación comprensible que en sus habilidades lingüísticas.
Todos los ejemplos bíblicos de hablar en lenguas están completamente contrastados con el tipo de "hablar en lenguas" que practican algunas iglesias hoy en día, donde el orador pronuncia un "lenguaje" que suena como galimatías y no un lenguaje humano real.
En otras cartas, Pablo y Juan advierten a los cristianos a no dejarse engañar por fenómenos de apariencia espiritual, indicando que los demonios a veces imitan los dones espirituales en un intento de confundir a la gente (1 Timoteo 4:1; 1 Juan 4:1).