¿Es pecado donar mis órganos después de mi muerte?

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¿Es pecado donar mis órganos después de mi muerte?

Generalmente, las personas que hacen esta pregunta saben que todas las cosas fueron creadas por Dios y que el cuerpo humano es la cumbre de su creación física (Génesis 1:26-27). A quienes se hacen esta pregunta, les preocupa si la donación de órganos está deshonrando su cuerpo. Lo cierto es que Dios espera que cuidemos bien de nuestro cuerpo y mente y no los usemos indebidamente mientras vivimos (1 Corintios 6:18-20). También debemos mostrar respeto por el cuerpo de cualquier persona que haya fallecido.

La postura de la Iglesia de Dios Unida es que la decisión de una persona de donar sus órganos para ser trasplantados a otras personas para beneficiar su salud no constituye una falta de respeto al cuerpo ni es un pecado. A continuación, explicamos por qué:

¿Qué es un trasplante y cuál es su importancia?

Los órganos donados son extremadamente valiosos, ya que a menudo aumentan la esperanza de vida del receptor o bien, mejoran su calidad de vida y/o reducen considerablemente los gastos médicos relacionados a su salud (como en el caso de las diálisis renales).

La donación de órganos es un tema más amplio de lo que la mayoría de la gente piensa. Un “trasplante de donante vivo” ocurre cuando una persona viva dona uno de sus riñones o parte de su hígado para ayudar inmediatamente a un paciente enfermo. Un “trasplante de donante fallecido” consiste en que una persona fallecida dona uno o más de sus órganos a un paciente enfermo. La solicitud para ser donante de órganos generalmente se hace antes de morir, aunque a veces la decisión la toma el cónyuge o los padres después de su muerte. Por esa razón, es importante que la persona manifieste su voluntad a su familia antes de morir. Generalmente es fácil registrarse como donante de órganos. En algunos estados de los Estados Unidos de América, así como en ciertas regiones de Latinoamérica, el registro se puede asentar en la licencia de conducir de la persona.

 La donación sanguínea y las cirugías

La donación de órganos puede compararse con la donación de sangre, pues en ambos casos existe una transferencia a otras personas. Debido a que la sangre donada se divide en tres componentes, es posible que una sola donación pueda salvar la vida de tres personas.

También consideremos qué es una cirugía y cómo puede esclarecerse el caso de las donaciones. Tengamos en cuenta que algunas cirugías se realizan para extirpar un órgano (o parte de este) enfermo o dañado. Si una persona no considera que la extirpación quirúrgica de un órgano deshonra su cuerpo, se deduce que una donación de órganos después de la muerte tampoco lo deshonra.

Entonces, ¿es un pecado?

Algunas personas se preguntan: ¿Es pecado que alguien solicite la donación de sus órganos una vez fallezca? La definición principal de "pecado" en la Biblia es desobedecer las leyes de Dios, principalmente cualquiera de los Diez Mandamientos (1 Juan 3:4). La Biblia no contiene ninguna ley que prohíba la donación de órganos. Sin embargo, recuerde la importancia de la conciencia de cada persona. Cuando alguien hace algo que violenta su conciencia, Dios considera esa acción como pecado, incluso cuando no viole ninguna ley de Dios (vea Romanos 14:23).

El plan de Dios nos habla de una “resurrección de los muertos, así de justos como de injustos” (Hechos 24:15), y en eso consiste nuestra esperanza de vida después de la muerte. Después de que alguien muere, lo que le sucede al cuerpo físico no es de relevancia para Dios y no tendrá ningún efecto en la capacidad de él para resucitarle. Cuando un cuerpo está enterrado, se convierte en polvo. Cuando un cuerpo se quema, se convierte en cenizas. Cuando un animal o un pez se comen un cuerpo, se convierte en alimento para animales. El que un cuerpo se convierta en polvo, ceniza o alimento, no tendrá ningún efecto en la resurrección de la persona. Del mismo modo, el hecho de que al cuerpo le falte algún miembro, órgano u otras partes, no tendrá ningún efecto en la resurrección de cada persona.

Vivimos en una época de avances asombrosos en la ciencia médica. Es bastante sorprendente que los médicos sepan cómo trasplantar órganos de una persona a otra para salvar vidas y mejorarlas. En Internet se pueden conocer los muchos, muchos problemas de salud graves que a menudo los pacientes que reciben un trasplante de órganos resuelven, o al menos alivian en gran medida. ¡La donación de órganos y tejidos puede beneficiar significativamente hasta a ocho personas!

Tras la pérdida de un ser querido que eligió ser donante de órganos, una familia puede alcanzar un gran consuelo al saber que es probable que su ser querido haya dado el regalo de extender la vida a otros.

Muchas personas esquivan tomar decisiones acerca de lo que ocurrirá al final de su vida, mientras que otras veces evitamos pensar en temas que resultan psicológicamente desagradables. Ambas cosas son comprensibles, pero la interrogante de registrarse o no como donante de órganos es una decisión personal importante para considerar.

Si desea profundizar en el tema de la muerte y la maravillosa esperanza de la resurrección, le recomendamos nuestra guía de estudio gratuita "¿Qué sucede después de la muerte?"