Celtas y escitas conectados mediante descubrimientos arqueológicos

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Celtas y escitas conectados mediante descubrimientos arqueológicos

La cultura celta de Hallstatt y la cultura escita de Vekerzug o Tracia son excelentes ejemplos de cuán estrechamente interactuaban estos dos pueblos. Tanto historiadores como arqueólogos llaman al pueblo que estableció la cultura Hallstatt (700-450 a. de C.) protoceltas o, simplemente, celtas. Dicha cultura, tal como es representada por los objetos hallados en los sepulcros de la aristocracia de Hallstatt, es notoriamente universal y única.

Los celtas de Hallstatt eran obreros metalúrgicos innovadores, y sus armas de hierro les daban una ventaja militar única. Tal como los escitas, poseían una mejor raza de caballos que podían correr con más rapidez y vigor en comparación con aquellos que ya se encontraban en el norte de Europa Central, lo cual les otorgaba mayor movilidad.

Muchos de los cementerios de la gente más rica de Hallstatt contienen sólidos carros de cuatro ruedas, que muestran una extraordinaria habilidad técnica. Sus ruedas radiadas tenían llantas de hierro que habían sido encogidas y clavadas en torno a un borde de madera compuesta. Sus yugos de madera estaban decorados con diseños de cabezas de clavos de bronce.

Estos sitios abundantes en artefactos parecen haber estado concentrados inicialmente en la región alta del Danubio hasta Bohemia. Sin embargo más tarde, en el siglo v a. C., el área controlada por la cultura celta de Hallstatt se expandió hacia el oeste.

Notablemente, los entierros de vehículos eran también una costumbre característica de la cultura escita. La última parte del siglo viii y todo el siglo vii fue un período de tumultos y cambios no solo en la cuenca de nacimiento del Danubio, sino también en las regiones de los mares Negro y Cáucaso, en donde se asentaron tribus de escitas en migración.

El estilo de vida de los celtas de Hallstatt se parecía en muchos aspectos al de los escitas. Una espada de Hallstatt exhibida en el Museo de Historia Natural de Viena tiene una ornamentación que muestra a los celtas vestidos con pantalones profusamente decorados. Estos son comparables a la vestimenta escita que aparece en el jarrón Chertomlyk, hallado en el área del mar Negro. La espada de Viena también representa un gabán asombrosamente similar a la vestimenta escita del norte encontrada por arqueólogos rusos en Katanda, en el sur de Altái (Siberia). Otra espada celta hallada en la municipalidad de Port, en Berna, Suiza, fue estampada durante su fabricación con una decoración de dos animales con cuernos, de pie, que flanquean un árbol de la vida — un tema escita clásico del Cercano Oriente.

La evidencia arqueológica muestra que los celtas y los escitas compartían y se relacionaban libremente entre ellos. Las excavaciones rusas y de Europa oriental revelan plenamente la mezcla entre estos dos grupos.

La mayoría de los investigadores también están de acuerdo en que es evidente que los escitas de Europa oriental mantuvieron esas relaciones cercanas con los escitas que aún se encontraban en las estepas del este y también con los celtas de Hallstatt-La Tène en el oeste.