La Fiesta de las Trompetas
Un momento decisivo en la historia
Las fiestas previas tienen que ver con lo que Dios hace en lo personal con la gente que él llama y escoge. Pero la Fiesta de las Trompetas anuncia la intervención de Dios en los asuntos de la humanidad a escala mundial; representa un momento absolutamente decisivo en la historia del mundo.
Esta fiesta, que se celebra el primer día del séptimo mes del calendario hebreo, también da principio a la tercera temporada de fiestas (Éxodo 23:14; Deuteronomio 16:16), en la cual se incluyen las últimas cuatro fiestas del año.
¡El retorno de Jesucristo!
¡La Fiesta de las Trompetas representa nada menos que el retorno de Jesucristo a la tierra para establecer el Reino de Dios! En el Apocalipsis se nos habla de una serie de acontecimientos terribles representados por siete ángeles que tocan trompetas. El sonido de la trompeta del séptimo ángel significa que “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo” (Apocalipsis 11:15). El retorno de Jesucristo es la culminación de los sucesos anunciados por el sonido de las trompetas proféticas. De todas las profecías de la Biblia, ¡ciertamente ésta proclama la noticia más alentadora que podría darse a este mundo decadente y lleno de pecado!
La Fiesta de las Trompetas representa el cumplimiento futuro de numerosas profecías que hablan de un Mesías que vendrá como Rey conquistador y regirá con poder y justicia. Poco después de la resurrección de Jesús, los apóstoles pensaban que él estaba a punto de cumplir estas profecías acerca de un Mesías conquistador. En esos primeros días le hicieron preguntas como: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6).
Durante su ministerio Jesús habló de las diferencias entre su primera venida y la segunda. Cuando Poncio Pilato, gobernador de Judea, lo interrogó antes de crucificarlo, Jesús le dijo claramente que no había venido a gobernar en ese tiempo: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”. Entonces Pilato le preguntó: “¿Luego, eres tú rey?” Jesús le contestó en forma afirmativa: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” (Juan 18:36-37).
Después de la resurrección de Jesús, los apóstoles esperaban emocionados el cumplimiento de sus promesas. Ellos conocían las profecías mesiánicas, como aquella de Isaías 9:6-7: “Un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro . . . Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite”.
Cuando los apóstoles le preguntaron a Jesús si establecería el reino en ese tiempo, su respuesta fue que no les tocaba a ellos “saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:7). Les dijo que lo que debían hacer era esforzarse en predicar el evangelio —las buenas noticias del Reino de Dios— por todo el mundo. Más tarde, los apóstoles se dieron cuenta de que el retorno de Cristo no era inminente. Varios pasajes hablan de cómo los santos esperan con ansia su regreso.
¿Por qué el simbolismo de las trompetas?
La emoción suscitada por estos formidables acontecimientos se hace evidente en el significado mismo de la festividad. El antiguo Israel la celebraba “al son de trompetas, y [con] una santa convocación” (Levítico 23:24). ¿Cuál era el significado de los dramáticos sonidos que acompañaban la celebración de esta fiesta? Para poder entender el significado de las trompetas, es necesario que repasemos brevemente el uso que se le daba a este instrumento en tiempos bíblicos.
Dios instruyó al antiguo Israel en el uso apropiado de las trompetas para transmitir mensajes importantes. El sonido de una sola trompeta quería decir que habría una reunión de los dirigentes de la nación. El sonido de dos trompetas era un llamado para que todo el pueblo se movilizara y se reuniera (Números 10:2-4). En forma similar, Dios también utilizó el sonido de “bocina”, un instrumento hecho del cuerno de un animal (Josué 6:4), para anunciar su reunión con todo el pueblo cuando descendió sobre el monte Sinaí (Éxodo 19:16-17).
El sonido de trompetas también podía ser un toque de alarma: “Cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas” (Números 10:9). En este caso las trompetas emitían determinado sonido para anunciar peligro y guerra inminentes.
También podían emitir un sonido de fiesta, como lo indica el versículo 10: “Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas . . . y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo el Eterno vuestro Dios”.
Debido a la capacidad para transmitir su sonido a grandes distancias, las trompetas eran excelentes instrumentos para captar la atención de la gente. En Salmos 81:3, y con relación a esta fiesta, se exhorta: “Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne”.
El significado más amplio de las trompetas
Los siervos de Dios que escribieron el Nuevo Testamento tuvieron una comprensión más amplia del significado del toque de trompetas. Al describir el retorno de Jesucristo, el apóstol Pablo escribió: “El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:16-17).
Pablo también habló del día en que las primicias representadas por la Fiesta de Pentecostés serán resucitadas a la vida inmortal: “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:52).
El apóstol Juan también asoció el retorno de Cristo con el toque de trompetas: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15). Estos pasajes confirman en forma dramática el significado de la Fiesta de las Trompetas.
Aunque en el Nuevo Testamento la Fiesta de las Trompetas no se menciona por su nombre, no tenemos ninguna razón válida para suponer que esta fiesta no debiera celebrarse. Todo lo contrario, la iglesia apostólica basó sus enseñanzas y sus prácticas en las Escrituras hebreas (2 Timoteo 3:16). Así como los Diez Mandamientos son inseparables (Santiago 2:10-11), cada una de las festividades de Dios está íntima y estrechamente relacionada con las demás. Al celebrarlas todas, podemos entender cómo se está llevando a cabo el extraordinario plan que Dios tiene para la humanidad. Así que no debemos pasar por alto ninguna de las siete fiestas que Dios ha ordenado en su Palabra.
La enseñanza profética de Jesús
Casi al final del ministerio físico de Jesús, los apóstoles le preguntaron acerca de los tiempos del fin: “Estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3). Siglos antes, Daniel había profetizado acerca del establecimiento del Reino de Dios y de cómo los santos (el pueblo de Dios) lo heredarían (Daniel 2:44; Daniel 7:18). No obstante, Daniel, igual que los apóstoles, no entendía cuándo habría de venir ese reino.
Sin embargo, Jesús empezó a explicar los acontecimientos que conducirían a su retorno. Explicó una profecía que había sido “cerrada y sellada” desde el tiempo de Daniel (Daniel 12:9). En Mateo 24 Jesús habló a sus discípulos sobre un cristianismo falso, guerras, hambres, epidemias, terremotos y otras desgracias (vv. 4-13). Describió el tiempo de su retorno como una época de odio e iniquidad. También dijo: “Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (v. 14).
En el Apocalipsis se dan más detalles
Más adelante, Jesús reveló muchos otros pormenores acerca de este crítico tiempo. El Apocalipsis es “la revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto” (Apocalipsis 1:1). En este libro Cristo repite, por medio del apóstol Juan, los mismos acontecimientos de que les había hablado a sus discípulos unas décadas antes. Sin embargo, en esta ocasión utilizó el simbolismo de una serie de sellos que él iría abriendo uno por uno (Apocalipsis 6).
Jesús profetizó que después de esto serán derramadas siete plagas sobre este mundo lleno de pecado. Cada una de ellas será anunciada con un toque de trompeta (Apocalipsis 8-9). Luego, Dios enviará dos “testigos” o “profetas” para anunciar su verdad a un mundo rebelde (Apocalipsis 11). Para su desgracia, esta inicua sociedad rechazará a estos dos siervos de Dios y los matará (vv. 7-10).
Todos estos acontecimientos prepararán el camino para que sea tocada la séptima trompeta y Jesucristo retorne para tomar las riendas del gobierno del mundo entero (Apocalipsis 11:15).
En relación con este mismo estado de cosas, en Mateo 24 se nos dice que “inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (vv. 29-31).
Acontecimientos estremecedores
Por increíble que nos parezca, cuando Jesucristo retorne al monte de los Olivos en Jerusalén, las naciones del mundo se unirán para pelear contra él (Zacarías 14:1-4). En Apocalipsis 19:19 se menciona esta batalla: “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo [Jesucristo], y contra su ejército”.
¿Por qué habría de querer alguien pelear contra el Salvador del mundo? Porque Satanás, el gran adversario que engaña al mundo entero (Apocalipsis 12:9), instigará a las naciones para que intenten destruir a Jesucristo. (En el próximo capítulo explicaremos cómo Dios pondrá fin a la obra destructora de Satanás.)
La Fiesta de las Trompetas señala también la resurrección de los muertos. Notemos estas palabras del apóstol Pablo: “Por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (1 Corintios 15:21-23). También, en otra de sus epístolas explicó: “El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4:16). Luego se reunirán con ellos los del pueblo de Dios que aún estén vivos en ese tiempo (v. 17).
En Apocalipsis 20:5 se menciona esto como “la primera resurrección”. Este cambio a la vida inmortal fue la ferviente esperanza de los primeros cristianos y continúa siéndolo para todos los que entienden el plan divino de salvación.
En su epístola a los cristianos en Roma, Pablo habló de la resurrección como una gloriosa liberación de la esclavitud: “El anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios . . . porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios . . . y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” (Romanos 8:19, Romanos 8:21, Romanos 8:23).
Podemos ver que a pesar de los acontecimientos terribles que se avecinan, hay buenas noticias. Dios impondrá su autoridad para salvar a la humanidad y enseñarle su camino de vida.
Cristo retornará para establecer el gobierno perfecto de Dios en la tierra. Este es el maravilloso significado de la Fiesta de las Trompetas. Jesús nos enseñó a que oráramos: “Venga tu reino” (Mateo 6:10). ¡Cómo nos urge la respuesta a esta oración!