¿Por qué Pablo utilizó el término 'toda la ley' en Gálatas 5:3?

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¿Por qué Pablo utilizó el término 'toda la ley' en Gálatas 5:3?

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Cuando el apóstol Pablo dijo: “Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley” (Gálatas 5:3), ¿estaba implicando con ello que por el hecho de que los gentiles no estuvieran obligados a circuncidarse, no tenían que obedecer ninguna de las leyes de Dios?

Esto es lo que se enseña comúnmente al hablar de este pasaje. ¡Pero no es lo que Pablo quiso decir! Las leyes del pacto del Sinaí variaban mucho en cuanto a su propósito y su contenido. Algunas definen el pecado; especifican las transgresiones. Estas leyes, aunque incluidas como parte del pacto del Sinaí, ni comenzaron allí ni terminaron con la crucifixión de Jesucristo.

Otras leyes incluidas como parte del pacto del Sinaí establecían procedimientos y castigos administrativos por la desobediencia. Eran necesarias para gobernar la nación de Israel.

Y otras —tales como la circuncisión y los sacrificios— tenían un propósito simbólico. En la Epístola a los Hebreos se explica que, en su mayoría, estas leyes tenían tan sólo un propósito temporal porque consistían “sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas” (Hebreos 9:9-10). Pero Hebreos no dice que todo lo que estaba en “toda la ley” era temporal.

Cuando Pablo escribió a los gálatas acerca de estar “obligado a guardar toda la ley”, estaba en el contexto de aquellos que querían imponerles la circuncisión. El razonamiento de esas personas implicaba, tal vez sin intención, que al menos algunos de los aspectos simbólicos de la ley debían exigirse a los gentiles. Esta es la falsa enseñanza contra la cual Pablo argumentaba vehementemente en la Epístola a los Gálatas.

Debido a su obediencia perfecta, Jesucristo calificó para ofrendar su vida de tal forma que pudiera liberar de la esclavitud del pecado y la pena de muerte a todos aquellos que tienen fe en él. Así que Pablo razona con los gálatas: “Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz” (Gálatas 5:11).

Su argumento era que al exigir el rito simbólico de la circuncisión se negaba la plenitud del sacrificio de Cristo y su obra. Él rechazó esto, pero no rechazó toda la ley.

Los mandamientos de Dios que definen el pecado están escritos en “la ley”, pero no constituyen “toda la ley”. Pablo utilizó el término “toda la ley” para aclarar que la ley tiene aspectos simbólicos que no debían exigirse a los gentiles.

En una carta a los corintios Pablo expresó claramente la diferencia que había entre lo que los gentiles debían guardar y lo que no: “La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios” (1 Corintios 7:19).