El Último Gran Día
¿Cuál es la séptima y última fiesta anual?
“Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta al Eterno por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de reposo” (Levítico 23:39).
“Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito”(Nehemías 8:18).
A continuación de los siete días de la Fiesta de Tabernáculos sigue otro día de gran solemnidad, en el que Dios nos ordena congregarnos. El octavo díarepresenta el paso final, el séptimo, del plan de salvación de Dios.
De la misma forma en que el reinado milenial de Cristo (Apocalipsis 20:4) es seguido por otros acontecimientos profetizados, la Fiesta de Tabernáculos también es seguida por una fiesta final, que representa la conclusión de todos estos sucesos—los aspectos finales del propósito y del plan que Dios tiene para la humanidad en esta tierra física. El libro de Apocalipsis revela que todas las personas que han muerto sin escuchar de Cristo o sin aprender acerca del camino de vida de Dios, serán resucitadas y se les dará la oportunidad de recibir vida eterna. Esto nos lleva a los aspectos finales del plan de Dios.
Juan escribió: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:12-15).
Esta es la resurrección de “los otros muertos (que) no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” mencionados en Apocalipsis 20:5. Esta resurrección de millones de personas que vuelven a la vida física, temporal, está descrita con mucho detalle en Ezequiel 37:1-12. En esta resurrección, según lo que dijo Jesús, todos los muertos de épocas pasadas serán resucitados juntos.
Este juicio va a ocurrir después de un período de tiempo en el cual estas personas escuchan y aprenden acerca de la verdad de Dios por primera vez. Aquellos que resuciten y se arrepientan recibirán el Espíritu Santo. “Y cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. Pondré en ti mi aliento de vida,y volverás a vivir… Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor” (Ezequiel 37:13-14, NVI). En esta resurrección, Dios les dará su oportunidad de salvación—una oportunidad que no tuvieron antes.
¿Estableció Jesús alguna conexión entre el Ultimo Gran Día y el hecho de recibir el Espíritu de Dios?
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7:37-39).
Muchos creen que a las personas que han muerto sin haber recibido la oportunidad de salvación, Dios las envía a un infierno que nunca se apaga. Este es uno de los más grandes engaños que Satanás ha logrado inculcar en la humanidad. Sencillamente esto no es verdad. En lugar de ello, las Escrituras enseñan consistentemente que cada persona que muere está en su tumba, sin conciencia ni dolor (Eclesiastés 9:5; Salmo 6:5), hasta que Dios la resucite (Si desea más detalles al respecto, no vacile en solicitar nuestros folletos gratuitos: El cielo y el infierno,y ¿Qué sucede después de la muerte?).
Jesús explicó que todo aquel que muere será resucitado de su tumba, no de un fuego que nunca se apaga: “No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcrosoirán su voz, y saldrán de allí. Los que han hecho el bien resucitarán para tener vida, pero los que han practicado el mal resucitarán para ser juzgados”(Juan 5:28-29, NVI). Algunas versiones traducen incorrectamente “a resurrección de condenación”, pero esto no refleja correctamente lo que las Escrituras enseñan al respecto.
El juicio final de la humanidad, según las Escrituras, noserá bajo la forma de una resurrección a una condenación automática. En lugar de ello habrá una época en la cual aquellos que nunca han escuchado la verdad de Dios claramente explicada, finalmente tendrán la oportunidad de oír y arrepentirse—cuando sean resucitados y enseñados en la verdad de Dios por un período de tiempo, suficiente para llegar a arrepentirse y probarle a Dios que realmente quieren la vida eterna y están dispuestos a someterse a él.
Por medio de esta enseñanza prodigiosa de Dios, todas las personas tendrán la oportunidad de aprender acerca de su verdad y llegar a arrepentirse, porque Dios “quiere que todos los hombres sean salvos” (1 Timoteo 2:4). Dios perdonará a aquellos que se arrepientan (según lo que nos da a entender la Biblia, la mayoría se arrepentirá) y les dará su Espíritu y finalmente la salvación en su Reino. Recordemos que “el Señor…no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9, NVI). Él provee a cada persona una verdadera oportunidad de tener su nombre escrito en el libro de la vida.
Finalmente, esta época de juicio concluirá cuando los impíos incorregibles—aquellos que después de haber recibido la oportunidad de arrepentirse, todavía se nieguen a aceptar los caminos de Dios—sean enviados al lago de fuego (Apocalipsis 20:14-15).
¿Qué describen las Escrituras en cuanto a la conclusión de este período final de juicio?
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:1-4).
Lo que sigue en Apocalipsis 21 y 22 describe brevemente la comunidad de aquellos que han recibido la salvación, viviendo de una manera pacífica y armoniosa entre sí en la presencia de Dios por toda la eternidad. En su maravilloso Reino Dios revelará el significado de su promesa: “…He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5).
Las fiestas santas de Dios celebran los siete pasos de su maravilloso plan que todo lo abarca, para que podamos tener fe en él y estar seguros de que él sabe lo que está haciendo. Él ha tenido en cuenta cada detalle necesario para llevarnos a todos los que estemos dispuestos al arrepentimiento y a darnos la vida eterna.
Cuando guardamos las fiestas de Dios permanecemos enfocados en lo que es verdaderamente importante en la perspectiva del futuro y el papel que en él vamos a desempeñar. Cada vez que las guardamos, ahondamos en nuestro entendimiento de las profecías que se encuentran a lo largo de la Biblia y que nos dan todos los detalles del maravilloso plan de Dios.
En esta lección hemos visto sólo los eventos sobresalientes de lo que la Biblia nos revela acerca de las fiestas santas de Dios y su relación con la profecía bíblica. Si desea más detalles acerca de este tema, no vacile en solicitar nuestro folleto gratuito, Las fiestas santas de Dios.Le ayudará a comprender más exhaustivamente las fiestas de Dios y su relación con su plan y con las profecías que revelan muchos de sus detalles.