Un Liderazgo con Principios y Valores

Usted está aquí

Un Liderazgo con Principios y Valores

Los jóvenes necesitan hoy, más que nunca, desarrollar habilidades y competencias para enfrentar las exigencias de una sociedad cada vez más globalizada. La pandemia del COVID 19 ha puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de estar preparados ante los cambios repentinos.

El liderazgo no es solamente un posicionamiento, sino un proceso de influencia para inspirar e incentivar a otros a desarrollar sus talentos a fin de alcanzar metas individuales y colectivas.  

En los jóvenes, un liderazgo efectivo puede alcanzarse a través de cinco principios básicos:

Responsabilidad

Es un valor que nos ayuda a cumplir con nuestras obligaciones y actuar de una manera correcta. Cuando somos responsables, podemos cumplir planes, metas, objetivos y propósitos en el campo familiar, laboral y espiritual. Por esa razón, es importante que los jóvenes cumplan con sus deberes en forma oportuna y eficiente asumiendo, además, las consecuencias de sus propias decisiones y acciones.

Conocimiento

Es la acumulación de hechos e información adquirida por una persona para llevar a cabo ciertas empresas. Este se obtiene principalmente a través de la experiencia, enriquecida con educación, lectura, estudio, capacitación y actualización constante. El apóstol Pedro resalta la importancia del conocimiento que proviene de un Ser Superior: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Pedro 3:18).

Disciplina

Puede definirse como un conjunto de normas que nos ayudan a mantener un orden para alcanzar un fin. La disciplina, por tanto, evita la anarquía y contribuye a alcanzar metas y propósitos en la vida el campo laboral, la Iglesia y la familia. La disciplina es un excelente principio para formar un liderazgo efectivo. Existen muchos recursos que podemos utilizar para ser personas disciplinadas. Algunos de ellos son, por ejemplo: planificaciones, agendas, programas, cronogramas y flujogramas.

Integridad

Esta palabra se deriva del latín Integer que significa “intacto”, “entero” “no alcanzado por un mal”. Sabemos que el ser humano es por naturaleza imperfecto y con debilidades. Cuando la Biblia menciona la perfección, se refiere a que podemos ser perfectibles. Podemos desarrollarnos, avanzar, mejorar y crecer. Un líder íntegro es una persona digna de confianza, considerada un buen ejemplo, especialmente en un mundo donde la corrupción es la regla y no la excepción.

Humildad

Esta virtud consiste en considerar a los demás como superiores a nosotros mismos; Jesucristo enseñó que la humildad se demuestra con el servicio, sin ostentar merecimientos de buenas obras. La Biblia dice que debemos convertirnos en niños. Esto no significa ser inmaduros, sino tardos para la ira, compartir, no guardar rencor y adaptarse a cualquier circunstancia.

El apóstol Pablo nos da una excelente exhortación en cuanto a la humildad en Filipenses 2:3. “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”

Si un joven desarrolla un liderazgo basado en los principios expuestos, será un líder efectivo, porque influirá positivamente en los demás, en la familia, la Iglesia y la sociedad.  Su juventud será reconocida por su aporte y no será tomada en poco. (Timoteo 4:12).

Un líder con principios y valores resuelve problemas sin perjudicar a otros; no ejerce un poder dominante, obligando a otros a seguirlo. Su liderazgo es genuino porque proviene de su interior, con un deseo sincero de servir y ayudar a los demás. Este es el tipo de líderes que Dios desea formar dentro de su Iglesia para cumplir su propósito.