Siete maneras de infundir esperanza en su vida

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Siete maneras de infundir esperanza en su vida

Hace poco, durante un estudio bíblico personal, leí Zacarías 9 y una frase de uno de los versos se alojó en mi mente. Ocurre en Zacarías 9:12: “Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble”. Por medio de estas palabras, Dios está alentando a su pueblo a recordar quién está a cargo y quién los salvará a pesar de sus circunstancias. La frase “prisioneros de esperanza” me impresionó y me llevó a considerarla profundamente.

¡Usted tiene la oportunidad de vivir una vida llena de esperanza!

La palabra “prisionero” suele tener una connotación negativa y nos trae imágenes mentales de cadenas, uniformes de prisión, restricción, labor forzada y miseria. Pero aquí muestra cómo los cristianos – aquellos que se han entregado a Dios – están absolutamente llenos de esperanza. Sin escapatoria. Estamos atados a la esperanza.

Al mirar a nuestro alrededor es fácil notar que el mundo necesita más esperanza. Las guerras (entre naciones e interpersonales), hambrunas y enfermedades (físicas y espirituales) y el ritmo maníaco de la vida ha robado a gran parte de este mundo actual cualquier sentido de esperanza y de ver más allá del diario vivir. Así que, ¿cómo construimos esperanza en nuestras vidas?

1. Pida a Dios por ella

Es así de sencillo. Jesucristo dijo a sus discípulos (y a nosotros hoy en día): “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá… ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo 7:7-11).

Dios nos ve como sus hijos y quiere darnos los mejores regalos – la esperanza es uno de esos dones.

2. Obedezca a Dios

El apóstol Juan elabora nuestro primer punto: “y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Juan 3:22). Cuando hacemos lo mejor para seguir lo que Dios dice, como lo dice en su Palabra, la Biblia, él nos da lo que necesitamos para continuar construyendo sobre esa obediencia y madurar como miembros de su Iglesia.

Invierta su tiempo en leer la Biblia a diario. Viva de ello. Usted notará una drástica diferencia en la trayectoria de su vida.

3. Guarde los días santos de Dios

Al estudiar la Biblia, comenzamos a ver un mensaje general que está absolutamente lleno de esperanza: el plan de Dios para la humanidad. De su instrucción directa a Israel con respecto a sus días santos en Levítico 23, a las masas de pasajes proféticos mostrando cómo esos días especiales se traducirán de una escala personal a una mundial, generando una gran esperanza para el futuro.

Sabemos que nuestro futuro está en sus manos y él está haciendo las cosas para bien de todos los que han vivido y de los que vivirán.

4. Busque mensajes e información que le ayude a entender el plan de Dios

iduai.org está repleto de profundas guías de estudio que nos ayudan a apreciar y entender el plan esperanzador de Dios para toda la humanidad. Navegue el contenido de la página y lea los artículos, blogs, sermones y videos que amplificarán su apreciación y convicción de los objetivos finales de Dios para todos nosotros. Solicite que le envíen a su casa material impreso. Tome su tiempo para comentar e interactuar con otros.

5. Alentar a los demás

Todos nos desanimamos de vez en cuando. Las circunstancias y gente difícil en nuestras vidas nos pueden frotar como papel de lija. Necesitamos la ayuda de cada uno para ayudarnos a mantener la vista en el propósito final de Dios para nuestras vidas. Pablo motivó a los miembros de la iglesia a “animaos unos a otros, y edificaos unos a otros” (1 Tesalonicenses 5:11).

El subproducto de ofrecer ánimo y guiar a otros a la esperanza es que al hacer eso sembramos lo mismo en nuestras vidas. El ánimo es sinérgico y beneficia a todos los involucrados.

6. Servir a otros

Las circunstancias difíciles llegarán a nuestras vidas. Es parte de vivir en un mundo que en general no sirve a Dios. Puede ser fácil enfocarse en lo negativo de la vida, pero cuando servimos, se nos recuerda que podemos aprender a pensar fuera de nosotros mismos y hacer aquello que beneficia a otros.

Sin duda alguna ha notado el efecto que tiene ayudar a otros desinteresadamente. A menudo usted puede salir de dicha experiencia sintiéndose mejor, aliviado y más enfocado en lo positivo. Ayudar a otros nos ayuda a mentalizarnos en el gran mandamiento lleno de esperanza, amar a otros (Marcos 12:31).

Imagine un mundo lleno solo de aquellos que se centran en servir a otros. ¡Ese es el futuro que Dios traerá!

7. Reflexione sobre sus bendiciones

El hecho de que usted está leyendo esto es esperanzador. Significa que usted está buscando aprender más sobre cómo vivir la vida de la forma que Dios quiere. Llevar una vida tal cual trae muchas bendiciones (Deuteronomio 28:1-14 es solo un ejemplo).

¿Eso significa que su vida será fácil? Definitivamente no. Vivir como un cristiano en este mundo no es simple (Mateo 7:13-14), pero no estamos solos en esto. Haga memoria de cuando Dios ha amplificado su vida con bendiciones por obedecerle y concéntrese en eso durante tiempos difíciles. Eso aumentará sus esperanzas.

Le exhorto a que tome una de las mencionadas estrategias donde usted sienta que ha flaqueado y concéntrese en ella durante las siguientes semanas o meses. Tome nota sobre su mentalidad antes de hacer un cambio y luego reflexione sobre cómo progresa. ¡Usted tiene la oportunidad de vivir una vida llena de esperanza!