¡No necesita hacer una cita!

Usted está aquí

¡No necesita hacer una cita!

¿Cuántos podríamos llamar al presidente de nuestro país y pedirle que nos concediera un poco de su tiempo? Para ello, ¡habría que comunicarse con un mar de personas primero! Abogar por nuestra causa, hablar sobre ciertos temas o incluso de nuestros problemas personales sería sencillamente impensable. A pesar de que el presidente fue elegido por el pueblo, éste debe tratar con problemas de una envergadura mucho mayor que nuestros problemas personales. Además, si el presidente nos recibiera, tendríamos que hacer nuestra cita con mucho tiempo de antelación.

Sin embargo, existe alguien más a quien podemos buscar que está mucho más arriba que el presidente y cuya autoridad lo rebasa. ¿Quién es este Administrador de tan alto mando?

Jesús. ¡Él es el administrador más alto que existe! ¡Él se halla sobre cualquier líder del mundo! ¡Dios el Padre y Jesucristo están sobre el universo entero! “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:16-20). ¡Es con este increíble y gran ser con quien podemos tener comunicación instantánea, aún sin previa cita! ¿Por qué?

Es a causa de su carácter que Jesús tiene compasión por los pobres, los débiles, los que sufren y con los enfermos. Por ejemplo, leemos en Mateo 14:14: “Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”. Jesús dijo en una ocasión: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30). Cristo jamás está demasiado ocupado que no pueda ocuparse de nosotros ¡y lo hace sin que tengamos que programar una cita con él?

Aunque el presidente de nuestro país esté demasiado ocupado como para recibirnos, Dios jamás lo está. ¡Podemos contactarnos con él en cualquier momento, ya sea de noche o de día! Su línea telefónica jamás está demasiado ocupada. Jamás ignorará nuestras súplicas pidiendo ayuda. Así que, ¿cómo podemos comunicarnos con el ser más grande del universo? He aquí algunas formas:

1. A través de la oración

“Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré” (Jeremías 29:12). ¡Dios jamás está demasiado ocupado que no pueda escuchar nuestras oraciones! Él está ahí para escuchar nuestra voz en cualquier momento del día o de la noche. “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. (Santiago 5:13).

2. A través de su Palabra

La Biblia está repleta de respuestas y palabras de aliento para todos. Además, ¿cómo podremos conocer a Dios y su voluntad si no conocemos su carácter? En varias ocasiones, me bastó abrir la Biblia ¡y exactamente ahí estaba la respuesta que necesitaba! Sabía que Dios me estaba hablando. Así que lo insto a conocer a Dios y su carácter; permita que Dios le hable a través de su palabra.

3. Por medio de su creación

¿Cómo no sentir la presencia de Dios cuando estamos empleando nuestro tiempo rodeados de lo que él creó? La tranquilidad, la paz, la suave brisa, el sol que brilla sobre nuestro rostro, las hermosas aves, todo ello nos inspira a hablarle. Comuníquele lo que está en su mente y dele las gracias por lo que ha obrado en su vida. ¡Salga a caminar y hable con Dios rodeado de su creación!

4. A través de la música

¡Escuchar alabanzas que animan siempre nos levantan! Nos ayuda a enfocarnos de nuevo. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Colosenses 3:16). ¿Sabía usted que la música tiene poder y que puede aportarnos varios beneficios en la salud, incluyendo limitar los niveles de estrés, cambiar nuestro estado de ánimo, desarrollar nuestros cerebros y otros beneficios? Así que escuche música inspiradora mientras medita en Dios y en toda su bondad; eso nos puede ayudar a contactarnos con él.

Existen tan variadas formas de comunicarse instantáneamente con el Administrador supremo del universo, nuestro Padre en los cielos, ¡sin tener que hacer una cita previa! ¡Lo podemos hacer por medio de la oración, a través del estudio de su Palabra, estando rodeados de su creación y escuchando música hermosa!

Él está siempre ahí para animarnos, levantar nuestro ánimo, dar una respuesta a nuestros problemas y ayudándonos a resolverlos. Nuestro Padre en el cielo está comprometido con nosotros y se preocupa como nadie por nosotros. Siempre tendremos una audiencia especial con él ¡y sin necesidad de pedirla con antelación!

Fuente: UCG.org