Mantener el rumbo

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Mantener el rumbo

Mi padre era un amante de la astronomía.

Recuerdo escucharlo hablar por horas sobre los planetas y las estrellas y como la Tierra era un minúsculo puntito perdido en el inmenso universo.

Juntos vimos la llegada del hombre a la luna y me platicaba sobre la Nasa y los científicos que planearon el viaje del hombre, saliendo por primera vez de nuestro hermoso planeta.

Todos los cálculos que los expertos hicieron con computadoras tenían menor capacidad que nuestros teléfonos celulares actuales. Yo me imaginaba el tremendo trabajo que estos hombres de ciencia habían planeado con tanta dedicación y precisión.

En 1961, John F. Kennedy proclamó el objetivo nacional de “poner un hombre en la luna y traerle sano y salvo de vuelta antes de finalizar la década”. El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong daba los primeros pasos por la superficie lunar.

¿Saben ustedes que porcentaje de error tuvo la trayectoria del viaje lunar? Podríamos pensar que tendría un pequeño margen de error, pero la realidad es que CONSTANTEMENTE tenían que corregir la trayectoria, ya que de no hacerlo, la nave se desviaría tanto que no tendría combustible para llegar a su destino.

Sucede igual en nuestra vida cristiana:

a)Tenemos claro el objetivo: alcanzar la vida eterna

b)Tenemos nuestro manual de instrucciones para mantenernos saludables física, mental y espiritualmente.

c)Tenemos un gran líder en Jesucristo, que nos ha mostrado el camino y nos ha dado su ejemplo.

Nos corresponde vigilar nuestra trayectoria para no desviarnos y perder el camino.

En Juan 14:6 leemos: Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Vigilemos nuestra trayectoria queridos hermanos, hagámoslo como el gran equipo que somos; alentándonos unos a otros, inspirándonos, acompañándonos.

Los científicos de la NASA formaban un gran equipo. Actuaron con rapidez y precisión, sin críticas, sin juicios. Cada uno de ellos realizó los ajustes necesarios para corregir el camino cuantas veces fuera necesario, porque eran responsables de la vida de sus compañeros y astronautas.

Igualmente, nosotros tenemos nuestras vidas espirituales en juego. Debemos alentarnos, inspirarnos y ser ejemplo para otros, sin criticarnos ni juzgarnos.

Si un hermano cae, ofrezcamos nuestra mano para que se levante, ofrezcamos el hombro para que siga adelante. Y si eres tu el que cae, acepta humildemente la mano amiga de tu compañero.

En 1962 John F. Kennedy pronunció el discurso: "Iremos a la Luna" [...]

¿Por qué, se preguntarán algunos... elegimos la Luna...? ¿por qué la elegimos como nuestra meta...?
Y tal vez, también se pregunten: ¿Por qué escalar la montaña más alta...?
Elegimos ir a la Luna, en esta década... no porque sea fácil, sino porque es difícil... Porque esta meta, servirá para organizar y probar lo mejor de nuestras energías y habilidades...

La frase de Kennedy es una de las mejores muestras de lo que es una visión. La visión de una nación.

Jesucristo, nuestro gran líder, nuestro Mesías, dio un gran mensaje inspirador a sus apóstoles, el cual nosotros debemos seguir. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Queridos hermanos, cuidemos la trayectoria de nuestras vidas espirituales, estemos alerta y corrijamos cuando estemos perdiendo el rumbo y caminemos con Fe y alegría hacía la vida eterna.