Lecciones de la pandemia

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Lecciones de la pandemia

No son pocos los que han opinado respecto a este interrogante. Médicos, psicólogos, sociólogos, políticos, historiadores, publicistas, periodistas, profesores, escritores y otros, han expresado sus opiniones acerca de lo que pasará después de la pandemia.

La gama de opiniones es amplia y muchas veces disímil, sin embargo, a pesar de lo distintas que puedan ser las visiones de unos respecto a otros, hay algo en lo cual todos coinciden. Este “algo” está descrito por Jared Diamond en su libro “Crisis”, el cual dice: “. . . las naciones, al igual que los individuos, afrontan sus horas más oscuras mediante un duro proceso de autoevaluación, cambio y adaptación”.

En todo el mundo, las naciones y las personas estamos viviendo la crisis del coronavirus. ¿Sacaremos algo en limpio después de esta crisis? ¿Puede lo vivido durante este año enseñarnos algo?

Lo primero que se me ocurre cuando pienso en esto, es que si Dios ha permitido que vivamos la pandemia es por algo. Nada de lo que ocurre en nuestro planeta es desconocido para Dios. Jesucristo dijo que no cae un pajarillo en la tierra sin que Dios lo sepa (Mateo 10:29); y para Dios, nosotros valemos más que un pajarillo. Lo que pasa y lo que pase con nosotros, para Dios es importante.

Lo segundo que se me viene a la mente cuando pienso en esto, es que Dios tiene un plan. Nada de lo que ocurre en el mundo es por azar. El plan de Dios es que todos los hombres procedan al arrepentimiento. El ánimo de Dios no es de destrucción sino de construcción. Dios no desea la destrucción del hombre ni del planeta que el remodeló para que vivamos en él.

Y lo tercero que pienso cuando reflexiono en lo que estamos viviendo, es que Dios se solaza con los pobres y humildes de espíritu. Si clamamos y le adoramos con el espíritu correcto, él hará salir agua de la peña, nos dará el pan en el desierto y nos dará la seguridad que necesitamos.

Estos tiempos de pandemia son tiempos de aprendizaje y reflexión respecto de las maravillas que Dios hará con todos los que aman su venida (2 Timoteo 4:8).