¿Alguna vez ha trabajado en un lugar donde cada vez que algo se rompió, la solución rápida fue cinta adhesiva? Esto también se conoce como “La supervivencia de la Cinta”. A principios de los 90, trabajé en una fábrica de cortinas y bromeábamos diciendo que era "tiempo para la cinta".

Todos sabemos que la cinta es sólo una solución temporal y sólo se mantendrá un tiempo hasta que finalmente se romperá de nuevo. La máquina necesita ser revisada, y quizás agregar nuevas piezas antes quede operativa de forma permanente.

Si usted siente que está en una situación desesperada, llame a Dios y pídale que envíe a la gente que pueda ayudarle. ¡Busque ayuda, pero empiece con Dios!

El mundo está necesitando desesperadamente de un solucionador y sanador. Hoy en día no se pueden ver noticias sin escuchar una y otra historia de algo “roto”. Recientemente, vi una noticia donde un camionero golpeó un coche en la parte trasera, matando a los cinco pasajeros: un padre, una madre y sus tres hijos pequeños. La familia partiría al día siguiente a un viaje misionero. Cuando el juez le preguntó al camionero si tenía dinero para pagar la fianza, el hombre respondió: "No tengo señor juez, estoy a un mes de perder mi casa y mi auto".

Al parecer, este camionero estaba bajo tanta tensión y presión que no estaba concentrado en su conducción, lo que resultó en el accidente que se llevó cinco vidas. ¡Ahora su vida también está destrozada!

Es triste ver gente sufriendo dificultades y dolor. La vida de las personas puede cambiar de un momento a otro, como la vida de este camionero. Muchos recurren a las drogas, las cosas materiales, como su “cinta” de ayuda temporal o “cinta” para escapar o arreglar el dolor. Las estadísticas de las drogas muestran el asombroso aumento del número de muertes por sobredosis.

Recientemente, un hombre se sentó en una línea del tren y fue asesinado por este. ¿Qué empujó a este hombre para hacer tal cosa? ¿Cómo pueden las cosas ser tan desesperadas?

Entiendo que a la gente la vida se le torne abrumadora y “rota”.  Yo también, en lo personal  he pasado por esos valles. Mientras que en esos momentos, Dios hizo milagros en mi vida justo cuando sentía que era la más desesperada. ¡Soy un milagro ambulante!

Dios es un obrador de milagros, y nada de lo que usted o yo podamos pasar es demasiado difícil o grande para que él lo resuelva y arregle. ¡Dios es el sanador de todos los quebrantados de corazón! Él no pone una “cinta adhesiva” o la “cinta de supervivencia” sobre su corazón para arreglarlo.

¡Él nos alimenta con su Espíritu Santo que nos mueve para avanzar! Él siempre está cerca para animarnos en el camino. En Salmos 147: 3, el salmista dice: "Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. " No sana con “cinta adhesiva”, sino con su poderoso Espíritu.

¿No se alegra de que Dios sea un sanador? No importa lo que esté roto hoy en su vida. Nada es demasiado grande para él. Cuando realiza una obra de sanidad en nuestras vidas, nos hace mejores que antes. Lo que Dios desea, es traernos  con su cariñoso Espíritu una sanación completa, y lo hace de una manera muy tierna.

Si usted siente que está en una situación desesperada, llame a Dios y pídale que envíe a su vida a la gente que pueda ayudarle. ¡Busque ayuda, pero empiece con Dios!

Incluso la vida del camionero (aunque quizás deba enfrentar la vida en la cárcel) no ha terminado si busca a Dios por ayuda y se arrepiente. Dios puede darle coraje, paz y fuerza para enfrentar lo que pueda tener que soportar. Y la familia que murió en el accidente, ellos tampoco son olvidados por Dios, porque ellos serán resucitados y vivirán de nuevo.

Mientras todos andamos a través de la vida, recuerda mi escritura favorita: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia"(Isaías 41:10).

No vaya por la solución rápida, “cinta adhesiva”, que viene en forma de drogas, cosas materiales o cualquier otra cosa que solo será una solución temporal. En cambio, alcanza y toma la mano de Dios. ¡Nada es demasiado grande para él!

Fuente: UCG.org