Dios mata y da vida
En un pasaje de la Biblia, Dios manda al rey Saúl de Israel a matar personas. Dios dijo al rey: “…mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos” (1 Samuel 15:3). ¿Cómo es posible conciliar esto con lo que dice Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo”? ¿Cómo puede un Dios de amor matar a gente, incluso niños? ¡No tiene ningún sentido!
Esta es una pregunta que ha dejado perplejas a muchas personas que intentan comprender la Biblia. La respuesta se revela cuando vemos todo el propósito de Dios para la humanidad.
Dios, el amoroso Creador de todo, ha asesinado y ordenado la matanza de muchísimas personas. Considere lo que él hizo en la inundación en los tiempos de Noé; la destrucción ardiente de Sodoma y Gomorra; las invasiones de Israel en Canaán. Piense en las guerras continuas entre Israel y sus enemigos. ¡Todo esto suma tantos cadáveres! Si Dios es amoroso, ¿qué sucede entonces aquí?
Primeramente, hay que resaltar que solo Dios tiene el derecho de quitar una vida humana. Él ha extendido ese derecho a gobiernos humanos. “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1). El magistrado “es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo” (Romanos 13:4). Al ordenar al rey Saúl matar hombres, mujeres y niños, Dios autorizó a Saúl con el derecho de quitarles la vida.
En toda sección de las Escrituras donde Dios mata u ordena aniquilar a personas, lo hace porque sus víctimas practican maldad. Por ejemplo, él provocó el gran diluvio porque “la maldad de los hombres era mucha en la tierra” (Génesis 6:5). Él destruyó Sodoma y Gomorra porque sus habitantes eran “malos y pecadores contra Jehová en gran manera” (Génesis 13:13). Ordenó a Saúl matar a todos los hombres amalecitas, sus mujeres, niños e incluso sus animales porque eran enemigos de Israel (1 Samuel 15:2).
Dios prefiere no tener que destruir vidas humanas. Dice, “No quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva” (Ezequiel 33:11). Sin embargo, tiene que hacerlo para poder avanzar con sus planes. Su mayor deseo es “que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4).
Ya que Dios ha destruido a toda esta gente, ¿cómo los salvará? La respuesta revela una de las grandes verdades de la Biblia que el mundo no conoce. Dios resucitará a todo el que ha muerto, incluso aquellos que él mató. Jesús dijo “Vendrá hora cuando los que están en los sepulcros oirán su voz…y saldrán a resurrección…” (Juan 5:28-29).
En ese tiempo, todos los “muertos, grandes y pequeños” estarán “de pie ante Dios” (Apocalipsis 20:12). Dios traerá de vuelta, en carne y hueso, a todo al que él mató. ¡Les devolverá la vida que él les quitó! Entonces, estas personas que hicieron maldad tendrán una oportunidad de volverse a Dios.
Dios mata personas para impedir que sus maldades interfieran con sus propósitos. Mas recuerden, “Jehová mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir” (1 Samuel 2:6). La maldad de estas personas los puso alguna vez en desacuerdo con los planes de Dios. Cuando Dios los traiga de las tumbas, les mostrará cuán bondadoso y amoroso él es. Será entonces, si la gente que Dios ha matado cree y le obedece, entenderán por qué él tuvo que destruirlos. Le agradecerán ellos por traerlos de vuelta para una vida eterna.
Fuente: UCG.org