Confiar en el futuro
Esta semana vivimos el 21 de octubre del año 2015, fecha tan esperada por los fanáticos de una de las nostálgicas películas de los 80’s recordada por varios llamada “Volver al Futuro”.
La historia se desenvuelve por medio del mítico trasporte inventado por un histriónico científico que permitía viajar en el tiempo y así poder “arreglar” las cosas que habían sucedido en el pasado para tener un mejor presente y futuro. En una de las escenas, los protagonistas viajan al futuro, exactamente al 21 de octubre del 2015. Por eso la tan esperada fecha. Sin embargo ¿qué sucedió? Nada, solo una leve mejoría en ventas de la trilogía de la película y mucha comercialización de productos y servicios relacionados con el tema.
El presente dista mucho de lo que el director de la película pensaba que sería 30 años atrás: no hay autos voladores, la ropa no se ajusta automáticamente, la comida no es hidratable y no hay patinetas gravitatorias. Todo queda en pura y mera ciencia ficción.
Pareciera que vemos con mucha esperanza un futuro en manos de una humanidad capaz de desarrollar soluciones y comodidades para todos. Y el tiempo, que se puede estirar como un chicle (Einstein), ha sido objeto de control desde tiempos ancestrales. Querer asegurar nuestra vida puede ser un pensamiento que a menudo cruza nuestra mente, sobre todo frente a la situación del mundo que, en todos los sentidos, es incierta. Por más que usted tenga todos los seguros contratados habidos y por haber, su futuro es incierto y pende de un hilo.
La Biblia relata historias muy interesantes, y en particular hubo un personaje que, descontrolado y dubitativo, quiso saber su futuro utilizando una hechicera. El primer rey (humano) de Israel lo hizo. El relato lo pueden encontrar en 1 Samuel 28. ¿Qué inseguridades tenía Saúl? Samuel era su nexo para comunicarse con Dios, pero ahora había muerto. El hecho de haber estado tan lejos de Dios, lo llevó a la desesperación tan grande de ir en contra del decreto que él mismo había puesto de expulsar a todos los adivinos, y ahora, disfrazado, ciego y perdido, buscó a una adivina en Endor que sirviera como “médium” para consultar al propio Samuel lo que había de acaecer.
¿Nos hemos encontrado en alguna situación que nos encantaría saber cuál es el desenlace? ¿Hasta qué punto llegaremos para traspasar nuestra integridad cristiana para tener un mayor “control” del futuro?
La película que hablamos anteriormente se titula “Volver al futuro”, pero me he dado el atrevimiento de renombrarla por una nueva en donde podemos ser los protagonistas: “Confiar en el futuro”. ¿Cómo podemos hacer esto?
Para poder tener un control sobre nuestro futuro, primeramente debemos tener un buen presente. Y aun cuando tengamos cientos de planes para el mañana, lo más importante es permitir que Dios nos guíe en cada uno de los movimientos que hagamos en nuestras vidas.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28
No permitamos que el futuro nos quite el sueño porque todavía no está escrito. Si Dios está con nosotros, podremos entonces tener un buen pasar y podremos “confiar en el futuro”. Así todas las cosas serán para nuestra ayuda teniendo a nuestro Padre amoroso, y a nuestro único intercesor, Cristo Jesús Señor Nuestro.