Se descubre el trabajo musical de Bob Dylan como “reciclado”.
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[Darris McNeely] ¿Eres un fanático de Bob Dylan? Muchos lo son. Que yo recuerde, Bob Dylan ha estado presente desde hace mucho tiempo, muchas décadas, componiendo música y por lo que sé, continúa tocando actualmente.
Tengo un amigo que ve a Bob Dylan casi como una deidad, como un dios. Él asiste a múltiples conciertos de Bob Dylan cada vez que puede, analiza las letras de las canciones, y trata de encontrar el significado de la vida a través de las letras de sus canciones. Esto puede ser un poco exagerado, pero es un testimonio de la popularidad del señor Dylan. Recientemente, salió al mercado una gran compilación de su trabajo, y fue estudiado por algunas personas, utilizando motores de búsqueda disponibles en Internet, y ciertamente profundizando en los orígenes de las letras de las canciones de Bob Dylan. ¿Sabes lo que hallaron? Descubrieron que gran parte de lo que él había escrito, muchas de las famosas letras habían sido halladas en otros escritos de otros autores, poetas, músicos, y otras fuentes, que se remontan a décadas e incluso a más de cien años. De hecho, a medida que escudriñaron los archivos de música de Dylan, se encontraron con elementos del material de Ernest Hemingway, el escritor estadounidense. Incluso encontraron algo del material de guías de viajes. Y sí, se encontró la poesía de un oscuro poeta de la guerra civil americana incluída en algunas de las letras de las canciones de Bob Dylan.
Observé eso y: ¿sabes qué? reconozco que es interesante. Yo escribo, hablo, todos tenemos que hacerlo. Cuando se hace esto como publicador, se debe tener mucho cuidado para evitar el plagio y si de hecho se hace un préstamo de las palabras de otra persona, se les debe dar el crédito de manera apropiada. Eso es precisamente la forma de hacerlo. Pero también reconozco que todos somos la suma de lo que hemos leído, observado y lo que ha sido parte de nuestra vida, y a veces estas cosas se entrelazan en nosotros. Muchas personas famosas, sin querer tal vez, así como el Sr. Dylan se han visto envueltas en el uso de material de otras personas, sin dar el debido crédito, el hallazgo de que las palabras de las letras de las canciones fueron provenientes de múltiples fuentes de hace varios años, décadas, e incluso siglos, probablemente no debería sorprendernos especialmente teniendo en cuenta el poder de búsqueda en Internet hoy en día, donde está disponible mucha información y puede ser fácilmente obtenida. Esto muestra el poder del Internet.
También nos muestra otro principio que creo que deberíamos entender, especialmente cuando se trata tal vez de un músico, un poeta o un autor - alguien a quien podemos admirar, alguien que de alguna manera nos habla musical o poéticamente y están conscientes de que reconocemos que todos somos humanos. Eclesiastés 1:9 dice: “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol”. No hay nada nuevo bajo el sol fue escrito por Salomón, hace más de 2000 años, hace mucho tiempo. Y entonces escribió, mientras contemplaba todo lo que estaba frente a él, “No hay nada nuevo bajo el sol”.
Así que avanzamos rápidamente a la actualidad y vemos la letra de la canción de cualquier persona, las palabras de alguien, las ideas, los sentimientos, y todo lo que es hablado, o se ha escrito, tenemos que advertir que alguien, en algún lugar, probablemente ha dicho la misma cosa, ya sea documentada o no en el pasado. ¿Qué nos enseña esto? Que todos somos humanos. La palabra de Dios permanece para siempre. Como Salomón llegó a reconocer al final del libro de Eclesiastés: todo de la vida del hombre es temer a Dios y guardar sus mandamientos.
Aprendamos a adorar a Dios, aprendamos a ver a los seres humanos por lo que son, no como gente que inevitablemente se acoge al máximo sentido de la vida. Dios nos proporciona eso en su Palabra, y Dios mismo es original. Creo que esto es un punto a recordar de la vida del señor Bob Dylan por ejemplo, o de cualquier otro artista, e incluso para nuestra propia vida.
